La Corte Constitucional de Sudáfrica, el máximo órgano judicial del país, declaró este lunes (20.05.2024) al expresidente Jacob Zuma inelegible debido a una condena a cárcel de 2021 y lo excluyó de las elecciones legislativas previstas en nueve días. Zuma era candidato a un escaño en el Parlamento y figuraba en las papeletas ya impresas como líder de un nuevo partido de oposición llamado Umkhonto We Sizwe (MK, la «lanza de la Nación» en zulú y nombre del brazo armado del Congreso Nacional Africano durante sus primeros años de lucha contra el apartheid).
Zuma, de 82 años, fue condenado por este mismo tribunal a 15 meses de cárcel por desacato tras negarse reiteradamente a comparecer ante una comisión de investigación. «El señor Zuma fue declarado culpable por una infracción y condenado a una pena de cárcel de más de 12 meses», afirmó la jueza Leona Theron al leer su fallo. «Por lo tanto, no puede ser miembro de la Asamblea Nacional ni presentarse a las elecciones», añadió, precisando que esta decisión puede recurrirse ante la misma instancia.
Durante las diez horas de debates celebrados a principios de mayo, el abogado Dali Mpofu, que representaba a Zuma, había intentado argumentar que el expresidente no podía ser considerado inelegible al haberse acortado su pena de prisión. Encarcelado en julio de 2021, lo que provocó fuertes disturbios, el que fuera presidente entre 2009 y 2018 sólo pasó algo más de dos meses entre rejas, ya que primero obtuvo una libertad condicional por motivos de salud y luego una reducción de condena. El alto tribunal, no obstante, dictaminó que sólo es relevante la duración de la condena impuesta, no la duración de la condena cumplida.
La saga judicial en torno a la participación de Zuma en las elecciones ha monopolizado el debate en vísperas de unas elecciones que se perfilan como las más indecisas de los últimos treinta años en Sudáfrica. Más de 27,5 millones de sudafricanos están llamados a las urnas el 29 de mayo para elegir a sus diputados, que a su vez elegirán al próximo presidente. El Congreso Nacional Africano (ANC), en el poder desde el final del apartheid, corre el riesgo de perder por primera vez su mayoría absoluta en el Parlamento y verse obligado a formar un gobierno de coalición.