La Armada de Rusia ha incorporado un nuevo submarino nuclear a su flota: el Arkhangelsk, un submarino polivalente de la clase Yasen-M. Esta incorporación, que se llevó a cabo el 27 de diciembre de 2023 durante la ceremonia de aceptación del buque en la planta de Sevmash, marca un avance significativo en la modernización de la fuerza naval rusa. El Arkhangelsk es el cuarto de este tipo y ha pasado a formar parte de la 11.ª División de Submarinos de la Flota del Norte. Este submarino, cuyo puerto base se encuentra en Zapadnaya Litsa, a tan solo 60 kilómetros de la frontera de la OTAN con Noruega, está equipado con misiles hipersónicos Tsirkon, con un alcance de hasta 1.000 kilómetros.
Características del Arkhangelsk: Misiles hipersónicos y propulsión avanzada
El Arkhangelsk, de la clase Yasen-M, ha sido diseñado para una amplia gama de misiones militares, siendo uno de los más avanzados de la flota rusa. Equipado con misiles de crucero Oniks y Kalibr, así como torpedos de 533 mm, tiene la capacidad de realizar ataques tanto contra objetivos navales como terrestres. En el futuro, se espera que los submarinos de esta clase se actualicen para incorporar los misiles hipersónicos Zircon.
La propulsión nuclear del Arkhangelsk le permite alcanzar velocidades de hasta 16 nudos sobre el agua y entre 28 y 31 nudos bajo el agua, lo que le da una gran maniobrabilidad y autonomía. Este tipo de propulsión también le otorga la capacidad de sumergirse hasta una profundidad máxima de 480 metros, lo que lo convierte en un adversario formidable en el océano.
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El cambio de estrategia en la doctrina
La incorporación de submarinos como el Arkhangelsk marca un cambio importante en la estrategia submarina de Rusia. Mientras que en el pasado Rusia intentó proyectar su poder naval en el océano Atlántico, ahora su enfoque parece centrarse en la utilización de misiles hipersónicos de largo alcance, lo que le permite mantenerse alejada de las aguas internacionales y operar en las cercanías de su territorio. Este cambio de estrategia tiene implicaciones geopolíticas, ya que permite a Rusia mantener en alerta a muchas capitales europeas y otros objetivos estratégicos sin abandonar el Mar del Norte o sus aguas territoriales cercanas.
Uno de los aspectos más destacables de este cambio es la capacidad del Arkhangelsk para lanzar misiles de ataque terrestre y misiles antibuque, incluidos los misiles hipersónicos 3M22 Zircon, lo que le otorga una ventaja considerable frente a otras naciones con capacidad naval avanzada.
La amenaza: Impacto en la OTAN y los aliados de Estados Unidos
La ampliación de la flota, especialmente con la incorporación del Arkhangelsk, ha puesto a los rusos en el radar de la OTAN y sus aliados. Los submarinos de la clase Yasen, incluidos los modelos modificados Yasen-M, se encuentran entre los más avanzados del mundo. Su capacidad de operar en aguas profundas y su tecnología de propulsión avanzada los hacen difíciles de detectar, lo que los convierte en una amenaza constante para las fuerzas navales de Estados Unidos y sus aliados.
Desde que los submarinos de la Armada rusa equipados con misiles Kalibr comenzaron a expandir sus operaciones en el Alto Norte, la región ha ganado una mayor atención de la comunidad internacional. Esto ha llevado a los países de la OTAN a reforzar sus sistemas de vigilancia y protección en áreas estratégicas, particularmente en el Mar del Norte, donde las actividades militares rusas son cada vez más frecuentes.
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¿Qué hace a los submarinos de clase Yasen-M únicos?
Los submarinos de clase Yasen-M, como el Arkhangelsk, se consideran una de las flotas más avanzadas tanto de Rusia como de China. En cuanto a sigilo, rivalizan con los submarinos de propulsión nuclear más silenciosos de Estados Unidos. La tecnología de propulsión y la capacidad de ataque de estos submarinos los colocan en una categoría superior frente a las flotas convencionales.
A pesar de que el Arkhangelsk es algo más pequeño que los Yasen originales, el diseño reducido permite una construcción más rápida y una disminución en los costos sin comprometer la calidad ni las capacidades operacionales del submarino. Esta estrategia de hacer submarinos más pequeños ha sido favorecida por los astilleros rusos debido a la eficiencia en la construcción.
Posibles desafíos: Torpedos y armamento
Aunque el Arkhangelsk está armado con misiles y torpedos de última generación, existe cierto escepticismo sobre la efectividad de algunos de estos armamentos, especialmente en lo que respecta a los torpedos. Los torpedos de la clase Yasen aún no han sido probados de manera exhaustiva, lo que plantea dudas sobre su rendimiento en escenarios de combate reales. Un recordatorio trágico de los peligros asociados a los torpedos rusos es el desastre del submarino Kursk en el año 2000, cuando un torpedo explotó accidentalmente, causando la muerte de todos los miembros de la tripulación.
A pesar de estos desafíos, la capacidad de los submarinos Yasen-M de lanzar misiles de largo alcance y su sofisticada tecnología de propulsión los convierten en un componente crucial de la estrategia naval rusa.