Miles de personas han salido este viernes a las calles de las principales ciudades de Eslovaquia para expresar su descontento con la gestión del primer ministro Robert Fico. Las movilizaciones se producen en medio de las acusaciones que Fico ha lanzado esta semana, denunciando un supuesto plan para derrocarle, lo que ha avivado las tensiones en el país.
Protestas en Bratislava contra Robert Fico
En Bratislava, la capital de Eslovaquia, unas 60.000 personas se han concentrado en la Plaza de la Libertad, ubicada frente a la sede del Gobierno. Los manifestantes corearon consignas en contra de Fico, exigiendo su dimisión. Según el diario Pravda, las manifestaciones están principalmente motivadas por el rechazo a la política del primer ministro y la creciente preocupación por la influencia que Rusia podría tener sobre el gobierno eslovaco.
Estas protestas reflejan un malestar generalizado en Eslovaquia sobre la posible orientación política del gobierno de Fico hacia Moscú. Aunque el primer ministro ha sido claro en su postura a favor de una relación más cercana con Rusia, una parte importante de la población teme que este acercamiento ponga en riesgo la estabilidad del país dentro de la Unión Europea y su lugar en la órbita occidental.
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La relación de Fico con Rusia y su impacto en Eslovaquia
La relación de Robert Fico con Rusia es uno de los puntos clave de la polémica. A lo largo de su carrera, el primer ministro ha manifestado en diversas ocasiones su simpatía por el Kremlin, lo que ha generado preocupación en una parte significativa de la población. La movilización bajo el lema “Eslovaquia es Europa” defiende la permanencia del país en la senda europea, rechazando cualquier intento de desviar su política exterior hacia Moscú.
Aunque Fico ha insistido en su derecho a mantener relaciones diplomáticas con Rusia, las protestas han crecido en número y en fuerza, con ciudadanos que consideran que la influencia rusa podría amenazar la estabilidad interna de Eslovaquia y su relación con otros países de la UE. De hecho, las movilizaciones no solo han sido organizadas por grupos de la sociedad civil, sino que también algunos partidos de oposición han aprovechado la situación para hacer oír sus voces en las calles.
Fico denuncia un complot contra su gobierno
Mientras las manifestaciones continúan, Robert Fico ha denunciado esta semana un supuesto complot para desestabilizar su gobierno. Según el mandatario, este plan incluiría la participación de agentes extranjeros y la connivencia de sectores de la oposición eslovaca, los cuales, según él, estarían trabajando para sacarlo del poder.
A pesar de la acusación, Fico ha afirmado que garantizaría el derecho de la ciudadanía a la protesta pacífica. No obstante, alertó sobre posibles enfrentamientos entre algunos manifestantes y las fuerzas de seguridad, acusando a ciertos grupos de intentar generar disturbios durante las marchas.
El primer ministro ha manifestado en varias ocasiones que el malestar que se refleja en las protestas no está relacionado con la verdadera situación política de Eslovaquia, sino con intereses ajenos que buscan influir en la política interna del país.
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Recuerdos de la crisis política de 2018 en Eslovaquia
Lo ocurrido en las últimas semanas recuerda a la crisis política vivida en 2018, cuando las protestas masivas en Eslovaquia llevaron a la renuncia de Fico. En ese momento, las movilizaciones fueron impulsadas por el asesinato del periodista Ján Kuciak, lo que desató una ola de indignación en la sociedad eslovaca. Aunque el contexto actual no está relacionado directamente con este evento, las comparaciones entre ambas situaciones no se han hecho esperar, y algunos analistas aseguran que la creciente polarización política podría conducir a una crisis similar.