Ejército del Líbano entrega a 70 sirios a nuevas autoridades
El Ejército del Líbano entregó a unos 70 sirios, entre ellos oficiales de diversos rangos de las fuerzas del depuesto régimen, a una delegación del Departamento de Operaciones Militares de Siria en el paso fronterizo de Arida, que conecta ambos países, informó el sábado (28.12.2024) el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Según la ONG, con sede en Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, «tres autobuses de la Seguridad General libanesa entraron en el lugar llevando a bordo a los detenidos», entre los que había algunos oficiales de las fuerzas del depuesto presidente sirio.
La comitiva llegó al cruce fronterizo, en el norte del Líbano, escoltada por vehículos de una delegación de la Inteligencia del Ejército libanés y de la Seguridad General, encabezada por un coronel de esta última institución.
Arrestados en Jbeil
En esta ubicación, «los detenidos sirios fueron entregados al Departamento de Operaciones Militares y trasladados al lado sirio», detalló el Observatorio, antes de agregar que algunos de los oficiales fueron arrestados ayer por entrar de forma irregular en la región de Jbeil, en el norte del país mediterráneo.
El gobierno del Líbano advirtió el pasado 10 de diciembre que arrestará a los responsables del depuesto régimen de Bachar al Asad que entren en su territorio y que estén buscados por la justicia, un anuncio que tuvo lugar cuando la Seguridad General estaba inmersa en «la implementación de instrucciones estrictas para evitar entradas arbitrarias en el Líbano» tras los acontecimientos en el país vecino.
El líder de facto de Siria, Ahmed al Sharaa, anunció tras la caída de Al Asad que las nuevas autoridades sirias perseguirán «a los criminales de guerra» y exigirán su entrega «a los países a los que huyeron para que reciban su justo castigo».
También anunció un «indulto general» para todos los soldados del país reclutados «bajo el servicio obligatorio» durante el derrocado régimen y posteriormente extendió la amnistía a todos aquellos que depusieran las armas y se presentaran en los «centros de reconciliación» para regular su situación.