El lunes 18 de noviembre de 2024, el Senado de Australia aprobó una medida de censura contra la senadora aborigen Lidia Thorpe por su polémica intervención contra el rey Carlos III. La senadora, conocida por su postura firme en defensa de los derechos de los pueblos indígenas australianos, increpó al monarca británico durante su visita oficial a Australia el 21 de octubre de 2024, llamando la atención de los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales. Thorpe, quien desafió la figura del rey, hizo un llamado a la reparación histórica por el «genocidio» y el saqueo de las tierras y recursos de los pueblos originarios de Australia, lo que generó un profundo debate sobre el legado colonial en el país.
Esta medida de censura, aprobada por 46 votos a favor y 12 en contra, se produce en un contexto en el que Australia sigue siendo una monarquía constitucional, manteniendo al monarca británico como jefe de Estado, a pesar de que desde hace décadas se discute la posibilidad de convertirse en república. La intervención de Thorpe fue vista por algunos como un acto de valentía y resistencia, mientras que otros lo consideraron un desafío irrespetuoso hacia la monarquía y las instituciones establecidas.
1. El incidente de la protesta: lo que ocurrió el 21 de octubre de 2024
La controversia comenzó durante una ceremonia oficial en el Parlamento australiano el 21 de octubre de 2024, cuando el rey Carlos III, acompañado de la reina Camila, se encontraba en una visita oficial en Australia. La ceremonia, que había sido organizada para marcar la presencia del monarca en suelo australiano, fue interrumpida por Lidia Thorpe, quien en un acto desafiante y sorpresivo, se levantó y comenzó a gritarle al rey.
«Devuélvenos nuestra tierra, lo que robaste a nuestro pueblo», exclamó Thorpe, refiriéndose al legado de colonización de los británicos en Australia. La senadora también gritó: «¡Que se joda la colonia!» mientras se dirigía al monarca. Además, condenó el «genocidio» que, según ella, los pueblos indígenas habían sufrido a manos de los colonos británicos, así como el expolio de los restos humanos indígenas, como huesos y cráneos, que fueron robados durante la colonización. En su intervención, Thorpe también hizo un llamado a la soberanía de los pueblos originarios, afirmando que «los pueblos originarios son los verdaderos soberanos de estas tierras».
El acto de Thorpe fue un golpe directo a la monarquía, que es considerada por muchos como un símbolo del colonialismo que arrasó con las culturas y tierras indígenas en Australia. La senadora, que pertenece a la comunidad aborigen y es una feroz defensora de los derechos de los pueblos originarios, ha mantenido una postura crítica sobre la falta de reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en el sistema político australiano.
2. La reacción política y la medida de censura
La intervención de Thorpe fue interpretada de manera muy distinta por los diversos sectores políticos en Australia. Por un lado, los defensores de la monarquía y varios líderes políticos condenaron el acto de la senadora, considerándolo como un ataque directo a una figura institucional importante para el país. En cambio, los partidarios de Thorpe y los activistas indígenas vieron la intervención como una llamada a la acción para reconocer el sufrimiento de los pueblos originarios y para exigir una reparación histórica.
El Senado de Australia, en una votación que reflejó esta polarización, aprobó la medida de censura contra Thorpe. La moción de censura, aprobada por 46 votos a favor y 12 en contra, argumentaba que la intervención de la senadora fue «irrespetuosa y perturbadora», señalando que la actitud de Thorpe ponía en duda la legitimidad de la figura del monarca en un momento de unidad nacional. A pesar de esta condena formal, la medida de censura no tiene consecuencias legales directas, ya que no implica la destitución o suspensión de Thorpe de su cargo en el Senado.
Lidia Thorpe, quien no estuvo presente en la votación del Senado, reaccionó rápidamente a la decisión. En declaraciones a los medios en Canberra, la senadora reiteró su postura desafiante hacia la monarquía británica, afirmando que la medida de censura «no le importa un bledo». «Si el rey colonizador volviera a venir a mi país, a nuestro país, volvería a hacerlo. Y seguiré haciéndolo. Me opondré a la colonización en este país», dijo Thorpe, reafirmando su lealtad a los pueblos indígenas y su compromiso con la lucha por sus derechos.
3. El legado colonial en Australia y el reconocimiento de los pueblos indígenas
El incidente con Lidia Thorpe no solo fue una manifestación personal de descontento, sino también una manifestación de una lucha histórica que los pueblos indígenas de Australia han librado durante más de dos siglos. La colonización británica de Australia, que comenzó con la llegada de la Primera Flota en 1788, trajo consigo la explotación, la violencia y el despojo de tierras de los pueblos aborígenes. Miles de indígenas fueron asesinados o desplazados, y muchas de sus tierras fueron tomadas para establecer colonias británicas.
Además de la violencia física, los pueblos indígenas de Australia también sufrieron un genocidio cultural. Muchos grupos aborígenes fueron forzados a abandonar sus tradiciones, idiomas y modos de vida. Los colonos británicos también saquearon tumbas y restos humanos indígenas, una práctica que Thorpe denunció enfáticamente durante su protesta contra el rey Carlos III.
A pesar de los esfuerzos de los pueblos originarios por recuperar su cultura, sus tierras y sus derechos, la discriminación y la marginalización continúan siendo problemas persistentes en la sociedad australiana. Si bien existen avances, como la reciente inclusión de los pueblos indígenas en la Constitución mediante un referéndum en 2023, los esfuerzos por lograr una verdadera justicia social y reconocimiento continúan siendo un desafío.
4. La monarquía en Australia: un sistema en debate
Australia es una nación independiente que, sin embargo, sigue siendo parte del sistema monárquico británico. El monarca británico, actualmente el rey Carlos III, es el jefe de Estado de Australia, aunque su papel es en gran medida ceremonial y su poder está limitado por la Constitución. Este sistema de monarquía constitucional ha sido objeto de debate durante varias décadas, y en 1999 se celebró un referéndum en el que los australianos decidieron mantener la monarquía, rechazando la opción de convertirse en república.
El sistema de gobierno de Australia sigue siendo un tema divisivo. Por un lado, hay quienes defienden la monarquía como un elemento de estabilidad institucional y continuidad histórica. Por otro lado, los críticos de la monarquía, muchos de ellos provenientes de sectores republicanos y de la comunidad indígena, argumentan que la figura del monarca es un vestigio del colonialismo británico y que Australia debería avanzar hacia un sistema republicano en el que el jefe de Estado sea elegido democráticamente.
Lidia Thorpe, como muchos otros líderes indígenas y republicanos, ha sido una firme defensora de la idea de que Australia debe dejar atrás su pasado colonial y avanzar hacia una mayor autonomía política. La intervención de Thorpe contra el rey Carlos III puede verse como una manifestación de este deseo de liberarse del yugo simbólico de la monarquía y de reconocer la soberanía de los pueblos indígenas.
5. El futuro de la relación entre los pueblos indígenas y el Estado australiano
La protesta de Lidia Thorpe pone de manifiesto las tensiones que existen entre la herencia colonial y el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en Australia. Si bien se han logrado algunos avances, como el reconocimiento formal de los pueblos originarios en la Constitución, muchos indígenas siguen luchando por una verdadera justicia social y por la reparación por los crímenes cometidos durante la colonización.
Thorpe ha sido una figura clave en esta lucha, utilizando su plataforma en el Senado para hablar en nombre de aquellos que han sido históricamente silenciados. Su llamado a un tratado con los pueblos indígenas y su condena al legado colonial siguen siendo temas de gran relevancia en la política australiana.
El futuro de Australia, y su relación con los pueblos indígenas, está lejos de resolverse. La discusión sobre la monarquía, el reconocimiento de los derechos indígenas y la justicia histórica continuará siendo un tema candente en el país. La intervención de Lidia Thorpe contra el rey Carlos III es solo un ejemplo de cómo los pueblos originarios siguen luchando por su dignidad, su reconocimiento y su soberanía.
Conclusión: La protesta de Lidia Thorpe y el debate nacional sobre la monarquía y los pueblos indígenas
La censura a Lidia Thorpe por parte del Senado de Australia es un reflejo de las tensiones políticas y sociales que existen en el país. Mientras que algunos ven su intervención como un acto de valentía y resistencia frente al legado colonial, otros consideran que su actitud desafiante pone en peligro la estabilidad institucional y el respeto por las tradiciones. Sin embargo, más allá de la controversia política, el incidente también ha puesto de manifiesto las luchas históricas y contemporáneas de los pueblos indígenas de Australia, quienes siguen luchando por su reconocimiento y derechos en un país que aún guarda las huellas de su pasado colonial.
La cuestión de la monarquía en Australia sigue siendo un tema relevante, con sectores del país abogando por un cambio en el sistema de gobierno y otros defendiendo su continuidad. En este contexto, las acciones de Thorpe no solo cuestionan la figura del monarca, sino que también abogan por un futuro en el que los pueblos indígenas de Australia sean finalmente reconocidos como los verdaderos soberanos de la tierra.
La protesta de Lidia Thorpe es, sin duda, un recordatorio de que, en Australia, las heridas del pasado colonial siguen abiertas, y la lucha por la justicia social y la reparación histórica continúa siendo una prioridad para muchos australianos, especialmente para las comunidades indígenas que siguen luchando por sus derechos.