La reciente decisión del gobierno de declarar el inglés como lengua oficial de los Estados Unidos ha generado una gran controversia, especialmente entre las comunidades inmigrantes. Esta medida, que se implementó el 1 de marzo, pone en riesgo el acceso de millones de personas a servicios públicos esenciales como la salud, la educación y la justicia, especialmente para aquellos que no dominan el inglés. La implementación de este decreto podría complicar la vida diaria de muchos, limitando su acceso a derechos fundamentales debido a la barrera lingüística.
El inglés como lengua oficial y sus consecuencias para los inmigrantes
A partir de la decisión del presidente de Estados Unidos de declarar el inglés como idioma oficial, se ha generado un gran debate sobre las implicaciones de esta medida. Si bien la Administración presenta esta medida como un intento de integrar mejor a los inmigrantes y agilizar la comunicación en el país, los defensores de los derechos de los migrantes consideran que se trata de una política excluyente que perjudica a quienes no dominan el inglés. Esta decisión afecta especialmente a aquellos que dependen de servicios públicos clave, como la asistencia sanitaria a través de programas como Medicare y Medicaid, y la educación pública.
El gobierno había mantenido hasta ahora un sistema que permitía ofrecer servicios en múltiples idiomas, lo que facilitaba la inclusión de millones de inmigrantes que no hablaban inglés. Bajo la orden firmada por Bill Clinton en el 2000, las oficinas gubernamentales y aquellas que recibían fondos federales debían proporcionar servicios en diferentes idiomas para garantizar el acceso a la población diversa del país. Sin embargo, con la nueva medida, aunque no se prohíbe el uso de otros idiomas, se da la posibilidad de prescindir de ellos, lo que podría resultar en la exclusión de una parte importante de la población.
FELIPE CHACON/ EFE
Las cifras detrás del cambio
Según datos de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, más de 67 millones de personas en el país hablan un idioma distinto al inglés en sus hogares, lo que representa aproximadamente el 20% de la población total. En este contexto, el español es la lengua más hablada después del inglés, y la población latina, que es la más numerosa de las comunidades inmigrantes, enfrenta las mayores dificultades debido a la falta de acceso a servicios en su idioma. A pesar de los esfuerzos anteriores para proporcionar formularios y servicios en español y otros idiomas, la nueva medida podría restringir esta posibilidad.
En estados con una alta concentración de población latina, como California, Texas y Florida, esta medida podría tener un impacto devastador. Si bien el inglés es ya la lengua predominante en muchos de estos estados, la capacidad de acceder a servicios en otros idiomas ha sido una herramienta clave para garantizar la inclusión de comunidades que históricamente han sido marginadas.
El impacto en el acceso a servicios públicos esenciales
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los inmigrantes y las comunidades no angloparlantes es el acceso a los servicios de salud. Programas como Medicare y Medicaid, que ofrecen asistencia sanitaria a millones de estadounidenses, podrían convertirse en un campo de batalla lingüístico para quienes no hablan inglés. En muchos casos, los migrantes dependen de traductores y materiales en su idioma nativo para poder comprender cómo acceder a estos servicios y cómo se gestionan los beneficios.
Priscilla Prado, una inmigrante naturalizada de Costa Rica, expresó su preocupación por la medida, señalando que la falta de servicios en español podría dificultar su acceso a la atención médica o incluso a la inscripción en programas gubernamentales. «Cuando necesite algún servicio público o atención médica, me va a ser difícil solicitarlo si no hay traductores», comentó Prado. «Puedo malinterpretar lo que me están diciendo, y eso puede ser muy perjudicial para mi salud».
Además del sector sanitario, la medida afectará el acceso a otros servicios esenciales como la educación pública. Las familias inmigrantes, especialmente aquellas que no hablan inglés, podrían enfrentarse a barreras lingüísticas que dificulten la inscripción de sus hijos en las escuelas, el acceso a recursos educativos e incluso la comprensión de la documentación escolar.
Desigualdad y discriminación lingüística
La decisión de declarar el inglés como lengua oficial también podría tener implicaciones más amplias en cuanto a la participación cívica y la integración social de los inmigrantes. En el pasado, se ha observado que las personas no angloparlantes enfrentan barreras significativas para votar, denunciar delitos o incluso testificar en tribunales debido a la falta de servicios en su lengua materna.
«El acceso a la justicia, la educación y otros servicios no debe depender de la habilidad lingüística de las personas», señaló Murad Awawdeh, presidente de la Coalición de Inmigración de Nueva York. «Negar a las personas el derecho de interactuar con las agencias gubernamentales en el idioma que hablan creará una división aún mayor en la sociedad y obstaculizará la participación cívica.»
Las preocupaciones también se extienden a las comunidades de habla asiática y negra, que, aunque menos numerosas que la comunidad latina, también se verán afectadas por la falta de servicios en sus idiomas nativos. Legisladores de diversos orígenes, como Adriano Espaillat del Caucus Hispano y Grace Meng del Caucus Asiático-Pacífico, han expresado su alarma por la falta de consideración de las necesidades lingüísticas de las comunidades inmigrantes y de color.

Fotografía de archivo de trabajadores de Walmart en Washington (Estados Unidos). EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS
A continuación, se detallan algunas opciones disponibles:
1. Traductores y servicios de interpretación
Muchas agencias gubernamentales, hospitales, escuelas y organizaciones sin fines de lucro ofrecen servicios de interpretación y traducción gratuitos o a bajo costo. Estos servicios pueden incluir intérpretes en persona, por teléfono o incluso mediante videoconferencia. Por ejemplo, hospitales y clínicas federales están obligados a ofrecer intérpretes a los pacientes que no hablen inglés a través de la Ley de Justicia Lingüística (Language Access Act).
2. Organizaciones comunitarias y sin fines de lucro
Las organizaciones comunitarias, muchas de las cuales están dirigidas a inmigrantes, suelen ofrecer apoyo lingüístico, desde clases de inglés hasta ayuda para completar formularios en su idioma nativo. Estas organizaciones pueden asistir a los migrantes en procesos administrativos, como la inscripción en programas de salud, la solicitud de beneficios de seguridad social o la inscripción escolar de los hijos.
3. Aplicaciones de traducción y herramientas digitales
Con la creciente disponibilidad de tecnología, los migrantes pueden usar aplicaciones de traducción como Google Translate para traducir documentos o para comunicarse con servicios gubernamentales, médicos o educativos. Sin embargo, es importante señalar que, aunque estas aplicaciones pueden ser útiles, a veces no son 100% precisas, lo que puede generar malentendidos.
4. Redes de apoyo entre inmigrantes
Muchas comunidades de inmigrantes han desarrollado redes de apoyo que permiten a los nuevos miembros acceder a recursos en su idioma. Los inmigrantes a menudo recurren a amigos, familiares o conocidos que ya dominan el inglés para ayudarles con tareas como la traducción de formularios o la interpretación en citas médicas o legales.
5. Asistencia legal y en derechos humanos
Diversas organizaciones de derechos civiles y de inmigrantes brindan asistencia legal y defensa de derechos lingüísticos. Por ejemplo, organizaciones como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) o el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes ayudan a los migrantes a asegurarse de que puedan acceder a servicios en su idioma y luchan contra la discriminación lingüística. También pueden asistir en caso de que no se les ofrezca traducción o interpretación en servicios gubernamentales.
6. Escuelas de adultos y programas de alfabetización en inglés
Muchas escuelas públicas y universidades en Estados Unidos ofrecen programas de ESL (Inglés como segundo idioma, por sus siglas en inglés) y clases de alfabetización para adultos. Estos programas son gratuitos o de bajo costo y permiten que los migrantes aprendan inglés de manera progresiva, lo que facilita su integración a la sociedad y su acceso a servicios públicos. Las clases de ESL suelen estar disponibles en muchas bibliotecas públicas y centros comunitarios.