Alcaraz venció a Rafa por 6-3 y 6-3 y jugará la final del Six Kings Slam contra Sinner, verdugo de Djokovic. Antes de ese partido, habrá un Nole – Nadal.
Alcaraz impuso la lógica en las semifinales del Six Kings Slam y derrotó a Rafa Nadal por 6-3 y 6-3, en el que será el último enfrentamiento entre ambos, el que certifica el relevo en el tenis español, de la leyenda al que sigue sus pasos. En realidad, la millonaria exhibición que se está disputando en Arabia ha mostrado el relevo global del deporte de la raqueta, porque antes del duelo fratricida, Sinner pudo con Djokovic. El serbio, el mejor tenista de la historia, será el único que siga en activo del «Big 3» el próximo curso y, por supuesto, nunca hay que darlo por muerto, así lo dice su trayectoria, pero tanto Sinner como Alcaraz se lo ponen ya muy difícil.
Alcaraz empieza fuerte
Alcaraz comenzó el duelo con ocho puntos consecutivos, para ganar en blanco los dos primeros juegos. Fue un arranque imponente, que Nadal supo contener. El manacorense es la gran atracción en Arabia, porque será la penúltima oportunidad de verlo en una pista, antes del último baile en la Davis de Málaga. No jugaba desde la cita olímpica en París y en las dos últimas temporadas apenas ha podido tener continuidad por las lesiones.
Esa falta de partidos se le notó ante Carlos. El murciano, pura energía con sus 21 años, podía en los intercambios largos. Rafa llegaba un pelo tarde, le costaba más reaccionar y eso le impidió dominar los peloteos. Trató el zurdo de acortar los puntos y de cerrarlos en la red, pero sin buenos golpes de aproximación es complicado. Pese a ello, logró mantenerse cerca en ese primer set, después del explosivo comienzo de su rival. No fue un mal partido suyo, pero en estos momentos es inferior a uno de tenistas que está dominando el circuito. Lo importante para el zurdo será la Davis. Tiene un mes para seguir poniéndose en forma y ganando consistencia. Le queda un partido más en Arabia y muchos entrenamientos de calidad, para poner en un «apuro» a David Ferrer, el capitán, que tiene que decidir si el mito juega un duelo en individuales o se le reserva para el dobles, junto a Marcel Granollers, uno de los mejores del mundo por parejas.
El segundo set también se decidió sólo con un break. A Nadal se le notó la falta de competición, por ejemplo, en que le costó restar los segundos saques de Alcaraz, lo que le hizo regalar algunos puntos. En el juego final, Rafa mostró la derecha que se ha visto miles de veces en una pista para lograr un ganador. Sacó una sonrisa. No pudo ir más allá y asumió la derrota con cierta sensación de felicidad, quizá de liberación. Se saludó con Alcaraz, con el que hizo buenas migas durante los Juegos, se dieron un abrazo e incluso hicieron las entrevista juntos. Está disfrutando el balear de sus últimos días como profesional.
Antes del partido entre los españoles, Novak Djokovic volvió a perder ante Jannik Sinner, en el duelo que medía al mejor de siempre contra el actual número uno del mundo. Esta vez, el serbio ofreció más resistencia que las dos veces que se han encontrado durante el curso en partidos oficiales, en las semifinales del Open de Australia, donde cedió por 6-1, 6-2, 6-7 (6/8) y 6-3; y en la reciente final de Shanghái, por 7-6 (7/4) y 6-3. Lo curioso de esos partidos es que Novak, posiblemente el mejor restador que ha visto el tenis, no había tenido ni una posibilidad de break contra el italiano. Sí dispuso de ellas en esta ocasión, e incluso consiguió concretarlas, tanto en el segundo set como en un tercero, en el que se jugó de poder a poder. Se decidió por los clásicos detalles a favor de Sinner, por 6-2, 6-7 (0/7) y 6-4.
Se vivieron puntos de gran velocidad y ritmo en ese parcial definitivo, con exhibición de reveses, de puntos al límite… Hubo un intercambio de breaks en ese último set, hasta que Sinner logró confirmar el suyo para volver a levantar los brazos ante el ganador de 24 Grand Slams.
Estos resultados dejan una última jornada, que se disputa el sábado (a partir de las 18:30 horas) en la que se cruzan los jóvenes y los veteranos. Primero, Nadal y Djokovic, el último capítulo de un clásico eterno del tenis. Después, Alcaraz-Sinner, el nuevo clásico, que ya ha vivido momentos extraordinarios..