Las autoridades migratorias de Estados Unidos han anunciado el cierre de cinco centros temporales de procesamiento en la frontera con México. Esta decisión responde a la baja en el número de detenciones, que ha caído a un promedio de 300 por día. Los centros cerrados se encuentran en Donna, North Eagle Pass y Laredo en Texas, así como en Yuma y Tucson en Arizona. No obstante, las instalaciones en San Diego (California) y El Paso (Texas) seguirán funcionando, según informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
Cierre de centros de procesamiento: razones detrás de la medida
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos explicó que el cierre de estos centros temporales de procesamiento se debe a la significativa disminución del flujo de migrantes hacia la frontera suroeste. La reducción de detenciones diarias, especialmente después de las nuevas medidas implementadas por la administración Trump, ha hecho innecesario mantener tantas instalaciones operativas en puntos clave de la frontera.
«El drástico descenso en la detención de inmigrantes ilegales como resultado del liderazgo del presidente Trump nos permite reducir el número de instalaciones temporales de procesamiento en puntos estratégicos a lo largo de la frontera suroeste», señaló Pete Flores, comisionado interino de la CBP.
El descenso en las detenciones es tan significativo que las instalaciones de procesamiento temporales, que anteriormente servían para gestionar la gran cantidad de inmigrantes detenidos, ya no son necesarias, debido a que los migrantes están siendo expulsados de manera más rápida que en el pasado.
Foto de CBP
Disminución de las detenciones y su impacto en la política migratoria
En febrero, la CBP reportó que las detenciones de inmigrantes en la frontera suroeste fueron las más bajas en la historia reciente, con un total de 8.347 inmigrantes detenidos, lo que representa una caída del 94 % en comparación con el mismo mes del año pasado. Además, hubo una disminución intermensual del 71 %, con un promedio de solo 330 detenciones diarias a nivel nacional. Este descenso es particularmente notable teniendo en cuenta que febrero fue el primer mes completo después de la implementación de las nuevas políticas migratorias bajo la administración Trump, que buscan reducir la migración irregular.
La caída en las detenciones también se ha reflejado en la frontera suroeste, donde el número de arrestos diarios se ha reducido a menos de 300. Este cambio ha tenido un impacto directo en la necesidad de mantener abiertos tantos centros de procesamiento temporales a lo largo de la frontera.
El papel del presidente Trump en la reducción de migrantes
Las políticas de mano dura contra la migración irregular implementadas por el presidente Donald Trump han sido clave en la disminución de las detenciones. El gobierno ha intensificado las expulsiones y ha implementado medidas para disuadir el cruce ilegal de la frontera. Como resultado, los inmigrantes que intentan ingresar al país son procesados más rápidamente y, en muchos casos, deportados antes de que puedan llegar a los centros de procesamiento de inmigrantes.
Paula Díaz/EFE
El presidente Trump ha defendido sus políticas migratorias, argumentando que son necesarias para proteger la seguridad nacional y frenar la entrada de inmigrantes indocumentados al país. La reducción en las detenciones y el cierre de centros migratorios son, según las autoridades, una prueba de que estas políticas están funcionando.
La situación migratoria en Panamá
Este jueves, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, también anunció el cierre gradual de los centros migratorios que han estado operando en la provincia del Darién desde 2016. Estos centros, que han atendido a cientos de miles de migrantes, ahora están viendo una disminución drástica en el flujo de personas que cruzan hacia el norte del continente.
El presidente Mulino detalló que en 2023, un total de 36.841 migrantes cruzaron por el Darién en el mismo mes, mientras que en marzo de 2025, ese número se redujo a solo 112. Esta caída en el flujo migratorio es similar a la observada en la frontera sur de Estados Unidos y refleja una tendencia en toda la región. Las políticas migratorias más estrictas, tanto en Panamá como en Estados Unidos, parecen estar disuadiendo a muchos migrantes de intentar llegar a estos destinos.