El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha ordenado el cierre temporal de las fronteras terrestres con Colombia y Perú desde este viernes hasta el lunes, en una medida de seguridad adicional para las elecciones generales que se celebrarán este domingo. Noboa, quien busca la reelección en estos comicios, también ha implementado una serie de medidas de seguridad, incluida la militarización de los puertos del país, que sirven como principales puntos de salida de la droga hacia Europa, así como el refuerzo de las líneas fronterizas con los países vecinos.
Cierre de fronteras como medida de seguridad
El cierre de fronteras con Colombia y Perú, que será efectivo desde el sábado 8 hasta el lunes 10 de febrero, responde a una estrategia de prevención ante posibles actos de violencia o desestabilización por parte de grupos armados. Este anuncio fue hecho por el propio presidente Noboa a través de un mensaje en redes sociales. La medida regirá desde un día antes de las elecciones y se extenderá hasta el día posterior a la jornada electoral.
Noboa tomó esta decisión tras una serie de amenazas y ataques atribuidos a bandas criminales, las cuales han intentado socavar la estabilidad del país, especialmente en el contexto de las elecciones presidenciales. En su mensaje, el mandatario afirmó: “Ante los intentos de desestabilización de grupos armados, las fronteras permanecerán cerradas desde el 8 hasta el 10 de febrero”. Este refuerzo de seguridad subraya la creciente preocupación del gobierno ecuatoriano sobre los riesgos que los grupos del crimen organizado representan para la integridad de los comicios y la seguridad nacional.
El narcotráfico como principal preocupación
Ecuador ha sido señalado como uno de los principales puntos de tránsito de la cocaína procedente de Colombia, uno de los mayores productores de esta droga en el mundo. Gran parte de la cocaína que se distribuye desde Ecuador tiene como destino final los mercados de Norteamérica y Europa. Los narcotraficantes han utilizado diversas rutas, incluidos puertos en la costa ecuatoriana y embarques encubiertos en contenedores de productos de exportación, para mover grandes cantidades de drogas.
La frontera con Perú también ha sido un foco de preocupación en los últimos meses, debido a la creciente actividad de bandas criminales involucradas en minería ilegal y la circulación de armamento proveniente del vecino país. Los esfuerzos del gobierno para contener esta violencia han sido intensificados, ya que los grupos criminales continúan operando en la zona, generando una situación de creciente inseguridad.
La violencia y la inseguridad en Ecuador
El narcotráfico y la violencia generada por las bandas criminales han llevado a Ecuador a convertirse en uno de los países más peligrosos de América Latina. En 2023, Ecuador registró la tasa más alta de homicidios en la región, con un índice de 47,2 homicidios por cada 100.000 habitantes, una cifra alarmante que es ocho veces superior a la tasa registrada en 2016. La violencia vinculada al crimen organizado ha impactado severamente a las comunidades, causando un aumento significativo de asesinatos, secuestros y extorsiones.
En respuesta a esta situación, Noboa ha decretado varios estados de excepción, en los que ha desplegado a las fuerzas militares para combatir a los grupos del crimen organizado. Esta estrategia también ha incluido la militarización de las cárceles controladas por las organizaciones criminales, con el objetivo de desmantelar las estructuras delictivas que operan dentro y fuera de las prisiones. Como resultado de estas medidas, se ha logrado una disminución del 17% en los homicidios, aunque las denuncias de otros crímenes como extorsiones y secuestros siguen siendo frecuentes.