Nueva Orleans se alista para recibir a más de 125.000 visitantes durante la semana del Super Bowl, que se celebrará el próximo 9 de febrero en el Caesars Superdome. Este evento, que enfrentará a los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles, ocurre en un contexto de máxima alerta luego del ataque ocurrido el 1 de enero en la emblemática calle Bourbon, ubicada en el Barrio Francés. Ante este incidente, las autoridades locales, estatales y federales han implementado un extenso plan de seguridad, que incluye medidas sin precedentes para proteger a los asistentes y garantizar el desarrollo del evento sin contratiempos.
El ataque de Año Nuevo en el Barrio Francés
El ataque del 1 de enero, perpetrado por Shamsud-Din Jabbar, quien embistió con su camioneta F-150 a una multitud en el Barrio Francés, dejó un saldo de 14 muertos y decenas de heridos. Este incidente expuso serias vulnerabilidades en las medidas de seguridad de la ciudad, lo que generó múltiples demandas e investigaciones. El ataque también puso en evidencia las deficiencias en el sistema de protección, ya que el sistema de bolardos de acero diseñado para bloquear vehículos estaba en proceso de reemplazo en el momento de la tragedia.
Tras este ataque, las autoridades decidieron reforzar los planes de seguridad y garantizar que no se repitiera una tragedia similar durante el Super Bowl. La alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, aseguró que la ciudad está ahora «más segura que nunca» gracias a los esfuerzos realizados para blindar el área.
El despliegue de medidas de seguridad para el Super Bowl
Con el Super Bowl a la vuelta de la esquina, las autoridades de Nueva Orleans han triplicado las medidas de seguridad en comparación con otros eventos de gran magnitud. Miles de agentes de seguridad, tanto locales como estatales y federales, estarán desplegados en las calles de la ciudad durante la semana del evento deportivo. Además, se han implementado medidas como la prohibición del uso de drones en el área del Superdome y el centro de la ciudad, así como restricciones de vuelo que alcanzan hasta los 5.486 metros de altura, según la Administración Federal de Aviación (FAA).
Otra de las medidas destacadas es la presencia de agentes federales como los marshals aéreos en los principales puntos de transporte de la ciudad, quienes estarán encargados de detectar actividades sospechosas y prevenir el uso ilegal de drones. Además, el Departamento de Seguridad Nacional ha desplegado francotiradores en los tejados y vehículos blindados BearCat en las inmediaciones del estadio y en el Barrio Francés para garantizar la seguridad.
El Superdome, que tiene una superficie de 37.161 metros cuadrados y una capacidad para más de 70.000 personas, está siendo inspeccionado minuciosamente. Más de 100 perros entrenados para detectar explosivos están siendo utilizados en esta inspección, que incluye la revisión de cada rincón del edificio, desde los pasillos hasta debajo de cada asiento.
La creación de una «zona de seguridad mejorada»
El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, ha anunciado la creación de una «zona de seguridad mejorada» en la calle Bourbon, uno de los lugares más emblemáticos de Nueva Orleans. Esta medida estará vigente durante los días previos y posteriores al Super Bowl y busca reforzar aún más la seguridad en el área. Entre las restricciones más importantes, se incluye la prohibición de hieleras y la implementación de registros obligatorios de bolsas para las personas que ingresen a la zona. Además, se desplegarán 350 miembros de la Guardia Nacional para apoyar las labores de seguridad.
Sin embargo, a pesar de estas medidas de seguridad, la polémica sigue siendo una constante en torno a la seguridad en la ciudad. Las leyes estatales de Luisiana permiten el porte de armas de fuego, incluidas las de portación oculta sin permiso, dentro de esta «zona de seguridad». No obstante, las armas están prohibidas en los bares, lo que ha generado cierta preocupación entre los residentes y visitantes de la ciudad.
EFE/Shawn Fink
Innovación en tecnología de seguridad: La inteligencia artificial al servicio de la protección
Una de las medidas más innovadoras para garantizar la seguridad de los asistentes al Super Bowl es el uso de inteligencia artificial. El propietario del Superdome, ASM Global, ha contratado a la empresa neoyorquina de inteligencia artificial Dataminr, que se encargará de supervisar posibles amenazas en tiempo real. El sistema utiliza inteligencia artificial generativa para analizar más de un millón de fuentes de datos públicos en 150 idiomas, incluyendo redes sociales, foros de la dark web y cámaras de tráfico.
Según Robert Crowley, director de seguridad de Dataminr, esta tecnología permite identificar patrones de comportamiento, como el aumento de multitudes o disturbios, y generar alertas inmediatas para que las autoridades puedan actuar de manera rápida y eficiente. Además, la ciudad ha lanzado la aplicación NOLA Ready Public Safety App, que permitirá a los visitantes recibir actualizaciones de seguridad y reportar actividades sospechosas.