Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la frontera norte de México se prepara para enfrentar una nueva oleada migratoria. Miles de migrantes se establecen en Ciudad Juárez, buscando refugio debido a la violencia en sus países de origen o con la esperanza de reunirse con sus familiares en Estados Unidos.
Migrantes en Ciudad Juárez: una esperanza incierta
Ciudad Juárez, frontera directa con el estado de Texas, se ha convertido en un punto de espera para miles de migrantes. Como muchos otros, Katherine Nicole Velázquez García, originaria de Tapachula, Chiapas, había planeado cruzar hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, el endurecimiento de las políticas migratorias de Trump ha cambiado sus planes.
«Yo tengo un plan, seguir trabajando y hacer mi vida acá, en Juárez», expresó Velázquez García, mientras relataba las dificultades que enfrentan los migrantes en la zona. «El trato es muy malo, la verdad. Nosotros teníamos la esperanza de que por lo menos de 100, unos cinco sí pasaran, pero ahora están rechazando a demasiadas personas». Estas palabras reflejan el sentimiento generalizado de frustración y desesperanza de miles de migrantes atrapados en la frontera.
EFE/ Luis Torres
La creciente ocupación de albergues en Ciudad Juárez
En medio de esta situación, las organizaciones de apoyo a los migrantes en Ciudad Juárez han registrado un aumento en la ocupación de los refugios. El pastor Francisco González, representante de la red de albergues ‘Somos Uno por Juárez’, informó que la ocupación de los refugios ha aumentado a un 40%-45%, con un total de 469 migrantes en los 12 albergues de la organización.
“Estas personas realmente han decidido quedarse. Siguen con la esperanza de que esto va a mejorar en los próximos días o meses, y que las restricciones se flexibilicen”, comentó González, quien también señaló que las organizaciones humanitarias prevén que la permanencia de migrantes en la frontera se prolongue debido a varios factores, como la presencia de familiares en Estados Unidos y la violencia en sus países de origen.
Quedarse cerca de la frontera: un refugio temporal
Muchos migrantes, como Velázquez García, eligen permanecer cerca de la frontera, a pesar de las dificultades. González explica que, además de las restricciones migratorias, hay un componente emocional que impulsa esta decisión. «Muchos de ellos tienen hijos o esposas con estatus legal en EE. UU. y prefieren quedarse cerca. Otros vienen de estados mexicanos con altos índices de violencia, como Michoacán, Guanajuato y Guerrero, y temen regresar», agregó el pastor.
La proximidad con la frontera ofrece una oportunidad, por más remota que sea, de reunirse con sus familiares o intentar cruzar cuando las condiciones mejoren. Además, los migrantes de países como Venezuela, Nicaragua y Cuba, cuyas relaciones con EE. UU. están tensas, se ven especialmente afectados por las políticas migratorias de Trump. González advirtió sobre la mayor demanda de ayuda humanitaria que podría generar este tipo de migrantes en la región.
EFE/ Luis Torres
El impacto de las deportaciones masivas y la vigilancia militar
El endurecimiento de las políticas migratorias bajo la administración Trump ha tenido un impacto directo en los migrantes en Ciudad Juárez. Muchos migrantes, que intentaron entregarse a las autoridades estadounidenses a principios de año, han sido rápidamente deportados. «Muchos se entregaron el 17 y el 18 de enero, pero ya regresaron. Los de Guatemala y Honduras volvieron a la frontera y están regresando a los albergues», informó González.
Además, el despliegue militar en la frontera sur de Estados Unidos ha generado preocupación entre activistas y defensores de los derechos humanos. El pastor González expresó su temor de que los migrantes sean tratados de manera injusta. «Ha ocurrido antes que los migrantes son discriminados y tratados de manera injusta. Nos preocupa que se sobrepasen con ellos. Hay migrantes que van con la mentalidad de superarse y no todos son delincuentes, como se les ha etiquetado», señaló.