¿Qué es la inflamación sistémica de bajo grado? Cuando usted se golpea, tiene un traumatismo, por ejemplo, en el codo y es probable que esa zona se hinche, que se genere lo que coloquialmente llamamos “un chichón”. Eso es una inflamación aguda.
En esos casos, aparece una protuberancia porque ocupa espacio, se hincha y tiene dolor. Aparece un rubor porque la piel se pone colorada, roja por vasodilatación y presenta calor porque usted lo toca y está caliente.
La inflamación aguda es una respuesta natural y necesaria del cuerpo ante una herida o infección, pero no es la única inflamación que nuestro organismo puede tener. Existe otro tipo que se denomina inflamación sistémica de bajo grado, que es un fenómeno inmunológico en el cual uno tiene el cuerpo inflamado. Pero usted no se da cuenta, porque su manifestación parece mínima, pero constante en el tiempo.
¿Por qué se produce la inflamación sistémica de bajo grado? Se genera por mala alimentación o por estrés. También está asociada a no dormir bien y a vivir rodeado de contaminantes ambientales.
Desde la salud, es importante saber que, cuando tenemos inflamación sistémica de bajo grado se condicionan enfermedades crónicas, como la diabetes tipo dos. También puede derivar en complicaciones cardiovasculares, procesos neurodegenerativos cerebrales o actuar como condicionamiento de demencias, entre otras cosas.
También se condicionan ciertos tipos de cánceres como el de mama y el de colon. Fíjese todo lo que pasa con la inflamación sistémica de bajo grado.
¿Cómo prevenir la inflamación sistémica de bajo grado?
En primer lugar es clave seguir una dieta antiinflamatoria. Con muchas frutas y verduras que tienen antioxidantes.
También hay que incluir en las comidas ácidos grasos Omega 3, que combaten la inflamación sistémica de bajo grado. ¿Dónde están? En los pescados grasos, en el atún, la caballa, las sardinas. Estos pescados brindan un efecto antiinflamatorio. También encuentra esta fuente de grasas saludables en el aceite de oliva.
En segundo lugar, es sumamente importante el adecuado manejo del estrés y mantener un buen sueño, descansar bien por la noche.
Cuáles son las mejores frutas para reducir la inflamación
Una de las formas más efectivas de combatir la inflamación crónica es a través de una dieta adecuada. En la verdulería, se pueden encontrar “ibuprofenos naturales” en forma de frutas ricas en antioxidantes, fibras y vitaminas.
Los frutos rojos como arándanos, frutillas, grosellas y moras son especialmente recomendados por su alto contenido de fitoquímicos, como las antocianinas y el ácido elágico, que tienen propiedades antiinflamatorias. Estudios han relacionado el consumo de bayas con un menor riesgo de enfermedades cardíacas, Alzheimer y diabetes.
Otras frutas que ayudan a prevenir la inflamación son las manzanas y peras, ricas en polifenoles, pectinas y fibras. Las cerezas también son altamente antiinflamatorias gracias a su alto contenido de antioxidantes.
Además, los cítricos, como mandarinas, naranjas, limones y limas, son una excelente fuente de vitamina C, complejo B, fibras y antioxidantes, contribuyendo a la salud del corazón.
Reducir el consumo de alimentos procesados que contienen azúcares añadidos y grasas no saludables es igualmente importante. Considere incorporar estas frutas en su dieta diaria para ayudar a combatir la inflamación crónica de bajo grado y mejorar su salud en general.