¿Tomar café todos los días puede aumentar la esperanza de vida?
El café es una de las bebidas más populares del mundo, con 2.250 millones de tazas consumidas cada día en el planeta. Ahora, nueva evidencia científica señala que el consumo habitual de café puede ser un aliado para la longevidad al sumar años de vida saludable, gracias a los beneficios antioxidantes de sus principios activos.
Según una nueva investigación, que revisó más de 50 estudios realizados en Europa, América, Australia y Asia, tomar de 2 a 3 tazas de café diarias se vincula a una disminución del 17% en la mortalidad por todas las causas, entre ellas, enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Esto significa -según lo investigadores- que podría aumentar la esperanza de vida saludable en hasta 1,84 años en las personas mayores de 65 años.
El estudio realizado por la Universidad de Coimbra, Portugal, señaló que componentes como la cafeína y los ácidos clorogénicos cumplen un papel esencial en la adaptación al estrés y en la preservación de los mecanismos biológicos del envejecimiento, ya que ayudan controlar el daño celular y la inestabilidad genómica.
“La población mundial está envejeciendo más que nunca, por lo que es cada vez más importante explorar intervenciones dietéticas que puedan permitir no solo vivir más tiempo, sino también tener vidas más saludables”, señaló el autor principal Rodrigo Cunha, director del Instituto de Bioquímica de la Universidad de Coimbra (CNC) y coordinador científico del Instituto Multidisciplinario del envejecimiento de Portugal.
El investigador, quien dirige el grupo Purines en CNC que investiga las propiedades neuroprotectoras de la cafeína, planteó que el análisis “subraya el papel que el consumo regular y moderado de café puede desempeñar en la mediación contra los mecanismos biológicos que se ralentizan o fallan a medida que envejecemos, y desencadenan una serie de posibles problemas de salud y comorbilidades -agregó Cunha-. Todavía falta comprender mejor cómo funcionan exactamente estos mecanismos, así como qué tipo de personas pueden estar biológicamente predispuestas a beneficiarse más”.
La revisión se publicó en la revista Aging Research Reviews y contó con el apoyo del Instituto de Información Científica sobre el Café (ISIC, por sus siglas en inglés) con el objetivo de investigar conexión entre el consumo de café y el envejecimiento saludable.
Ante la consulta de Infobae, la licenciada en Nutrición Silvina Tasat, consideró que “contrariamente a lo que se pensaba en otros momentos, la cafeína no es perjudicial para la salud, sino que tiene efectos antioxidantes importantes. El café es un grano natural con más de 2.000 sustancias bioactivas diferentes, entre ellas, las más presentes son la cafeína y el ácido clorogénico, que es lo que más se estudia”.
Y aclaró que generalmente los estudios científicos se refieran al café de filtro, no al expreso o del café instantáneo.
Tasat, quien es miembro de la subcomisión científica de la Sociedad Argentina de Nutrición, enfatizó en la recomendación del consumo moderado y que, desde su perspectiva, no recomendaría a alguien empezar a beber café si nunca lo hizo.
“Para gente que sí consume café y para población general, los límites seguros de consumo de café es el equivalente a 400 miligramos de cafeína por día, que equivalen a entre tres y cuatro tazas de 330 centímetros cúbicos o mililitros por día. Siempre hay que tener en cuenta que en la preparación, las concentraciones pueden llegar a variar”, detalló la especialista.
E hizo importantes aclaraciones sobre el consumo de café, especialmente en personas con ciertas condiciones de salud. Advirtió: “Es fundamental tener precaución con aquellas personas que presentan problemas gástricos, como gastritis, úlceras gástricas o reflujo gastroesofágico, ya que deben ser muy cuidadosas en el consumo”.
“Aunque siempre es arriesgado considerar cualquier nutriente aislado de una matriz alimentaria, existe evidencia acumulada que vincula la ingesta de café con una mayor esperanza de vida y una mayor salud en el envejecimiento”, dijeron los autores en el estudio portugués y apuntaron que investigaciones anteriores ya habían señalado que el consumo moderado de café (normalmente de 2 a 3 tazas al día) puede contribuir a una dieta sana y equilibrada.
El rápido envejecimiento de la población global, con un incremento proyectado del 10% al 16% en personas mayores de 65 años para 2050, impulsó la investigación sobre hábitos que promuevan la calidad de vida en la vejez.
El estudio, además, asoció el consumo de café con mejoras en el estado de ánimo, el rendimiento cognitivo y la calidad del sueño, lo que contribuye al bienestar general en edades avanzadas. Este impacto positivo resultó consistente en diferentes grupos de género y etnias, por lo que los investigadores subrayaron su relevancia como un hábito beneficioso para poblaciones de distintas regiones del mundo. Sin embargo, los autores advirtieron que se necesitan más investigación para entender cómo estos efectos beneficiosos interactúan con los procesos biológicos del envejecimiento humano.
Sobre los beneficios del café, Tasat afirmó a Infobae que “tiene propiedades antienvejecimiento como menciona el estudio, y para diabetes inclusive. También para la esteatosis hepática. Antes se decía que, en caso de problemas de hígado, no debía consumirse café. Sin embargo, cuando se trata de esteatosis hepática, conocida como hígado graso, se recomienda su consumo, siempre y cuando la persona ya tenga el hábito de consumirlo”.
El café contiene más de 2.000 compuestos bioactivos, entre ellos los polifenoles, conocidos por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Estos componentes juegan un papel crucial en la reducción del daño celular, la regulación de la sensibilidad a la insulina y la neuroinflamación, factores clave en la prevención de enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Además, investigaciones recientes destacan su impacto en la salud mental y emocional, incluyendo una menor incidencia de depresión y un mejor rendimiento psicomotor. Estas características transforman al café en un aliado integral para el bienestar físico y mental en la vejez.
Los efectos del café sobre el envejecimiento se relacionan con procesos biológicos como la proteostasis, que mantiene el equilibrio de las proteínas celulares, y la reducción del daño macromolecular, fundamentales para retrasar el deterioro asociado a la edad.
Aunque se identificaron mecanismos alentadores, como el control de la inestabilidad genómica y la preservación de las células madre, todavía existen lagunas en la comprensión científica. Nuevos estudios resultarán clave para descifrar cómo el café interactúa con estos procesos en diferentes contextos y poblaciones.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) recomendó un consumo diario moderado de cafeína, fijado en 400 mg al día para adultos (equivalente a 3-5 tazas de café). En el caso de mujeres embarazadas y lactantes, esta cifra desciende a 200 mg diarios por razones de seguridad.
En línea con las autoridades europeas, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) recomienda que las personas limiten su ingesta diaria de cafeína a 400 miligramos, aproximadamente tres tazas de café de 350 ml. Mantenerse dentro de estos límites permite aprovechar los beneficios del café, y minimizar los riesgos asociados a un consumo excesivo.
Los expertos de la FDA indican que la cafeína puede integrarse en una dieta equilibrada para la mayoría de las personas. Sin embargo, su consumo excesivo puede provocar efectos adversos, y grandes cantidades podrían representar un riesgo para la salud.
El concepto de “exceso” varía según factores como el peso corporal, los medicamentos que se consumen, ciertas condiciones de salud y la sensibilidad individual. Por ello, es importante considerar la cantidad de cafeína en la dieta y estar atento a posibles señales de exceso.
En relación con la incorporación de café en la dieta de personas no habituadas, la licenciada Tasat aclaró: “Por más que la cafeína sea una sustancia que provenga de la naturaleza, no la indicaría para agregar de cero en la alimentación de una persona que no lo consuma, más allá de sus beneficios para la hipertensión o a la diabetes”.
Finalmente, remarcó que los estudios científicos se realizan en individuos con consumo previo de café: “Los estudios de investigación siempre se hacen en poblaciones que ya son consumidoras. Tienen distintos criterios de inclusión y de exclusión para hacer un estudio clínico y por lo general es en personas que ya vienen consumiendo café”.
La doctora Tasat aconsejó no beber café en ayunas y esperar al menos dos horas después de ingerir alimentos antes de tomar la primera taza del día.
“Esto es especialmente relevante para personas con dificultades en la absorción de hierro o que están en tratamiento por anemia. Estas personas nunca deben consumir infusiones de té, café o mate inmediatamente después de comer, ya que contienen sustancias que pueden inhibir la absorción del hierro”, cerró la nutricionista.