La higiene bucal diaria es fundamental para evitar la acumulación de bacterias en los dientes y encías. Además de reducir el riesgo de caries, una correcta higiene bucal protege contra enfermedades periodontales, que pueden desencadenar problemas de salud más graves, como diabetes y enfermedades cardiovasculares. La forma en que se lleva a cabo la limpieza bucal es clave para garantizar no solo la eliminación de residuos, sino también una protección efectiva.
El orden correcto en la higiene bucal
El orden de los pasos durante la rutina de higiene bucal puede marcar la diferencia entre una limpieza superficial y una protección efectiva. Para optimizar el proceso, los expertos recomiendan:
- Usar hilo dental antes de cepillarse los dientes.
- Cepillarse los dientes al menos dos veces al día.
- Limpiar la lengua dos veces al día después del cepillado.
- Utilizar enjuague bucal libre de alcohol una vez al día, pero no inmediatamente después del cepillado.
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Uso del hilo dental: un paso esencial
El hilo dental es un elemento indispensable en cualquier rutina de higiene bucal. Su función principal es eliminar los restos de alimentos y el biofilm que se acumulan entre los dientes, zonas que el cepillo no alcanza. Aunque muchas personas lo usan al final de su rutina, los especialistas coinciden en que debe aplicarse antes del cepillado para obtener los mejores resultados.
Carla Masoli, presidenta de la Asociación Odontológica Argentina (AOA), explicó que la correcta eliminación de restos alimenticios y la placa es clave para prevenir enfermedades periodontales. Si el uso del hilo dental se omite, se pueden generar áreas no limpiadas que favorecen la inflamación de las encías y el desarrollo de enfermedades bucales.
Michaela Gibbs, profesora en la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Colorado, resalta que, aunque no existen estudios científicos que respalden todos los aspectos del orden recomendado, este procedimiento es considerado la mejor práctica en odontología.
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La importancia del cepillado adecuado
El cepillado es el paso más conocido en la higiene bucal, pero para que sea efectivo, debe seguir una técnica adecuada y utilizar un dentífrico con fluoruro. Es importante recordar que la elección de la pasta de dientes también juega un papel crucial para la protección de los dientes y encías.
El profesor Aldo Fabián Squassi, de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó que no existe una única técnica de cepillado, ya que cada persona requiere un enfoque adaptado a su edad y salud bucal. Sin embargo, la técnica de Bass, que consiste en colocar el cepillo a 45 grados hacia las encías y hacer movimientos suaves, es la más recomendada para personas con gingivitis leve o para adultos saludables.
Un error común es enjuagarse inmediatamente después del cepillado. Lo ideal es esperar al menos 30 minutos para no eliminar el fluoruro aplicado con la pasta de dientes.
Limpiar la lengua: un paso a menudo olvidado
Un aspecto frecuentemente olvidado dentro de la higiene bucal es la limpieza de la lengua. La lengua puede acumular bacterias que no solo afectan el aliento, sino que también contribuyen a la formación de placa dental.
Los expertos recomiendan limpiar la lengua dos veces al día, es decir, con la misma frecuencia que el cepillado de los dientes. Para ello, se puede utilizar un raspador lingual o, si no se dispone de uno, el propio cepillo de dientes.
El uso adecuado de enjuagues bucales
Los enjuagues bucales son un complemento útil en la higiene bucal, pero deben usarse correctamente. Aunque algunos enjuagues contienen fluoruro y otros agentes antimicrobianos, su uso debe hacerse por separado del cepillado con pasta fluorinada. De lo contrario, el fluoruro pierde su efectividad.
Los enjuagues de venta libre están diseñados para ser utilizados una vez al día, pero su aplicación inmediata tras el cepillado puede interferir con los beneficios del fluoruro.
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Dieta saludable y su impacto en la salud bucal
Más allá de la higiene bucal, la alimentación juega un papel fundamental en la salud dental. Los expertos sugieren aumentar el consumo de frutas, verduras y granos en su forma más natural y sin azúcares añadidos. Los productos pegajosos, como las golosinas o las galletas, deben limitarse ya que están asociados con un mayor riesgo de caries. Los azúcares de estos productos alteran el equilibrio de microorganismos en la boca, favoreciendo a aquellos que producen ácidos y aceleran la desmineralización de los dientes.
Además, las bebidas ácidas como los refrescos y los jugos procesados no solo favorecen la caries, sino que también pueden provocar erosión dental. Si bien los jugos naturales pueden causar erosión, no están relacionados directamente con la formación de caries.
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El cuidado de los dientes en todas las edades
Es importante tener en cuenta que la higiene bucal debe adaptarse a las necesidades de cada persona según su edad y condiciones de salud. La higiene adecuada de prótesis dentales, protectores bucales y otros dispositivos debe ser supervisada por un profesional odontológico.
Para las personas mayores, que pueden tener dificultades para cepillarse de manera adecuada, el uso de técnicas personalizadas y la atención regular con un dentista son esenciales para prevenir problemas dentales.