La neumonía atípica avanza en los Estados Unidos y afecta a los niños
En las últimas semanas ha habido un fuerte incremento en las consultas pediátricas por neumonía atípica según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La infección pulmonar es causada principalmente por la bacteria Mycoplasma pneumoniae
- Crece la incidencia de neumonía atípica en niños, especialmente en Nashville, EE. UU.
- La infección, por Mycoplasma pneumoniae, presenta síntomas leves pero persistentes.
- Los CDC emiten recomendaciones de prevención y diagnóstico en entornos escolares y comunitarios.
Lo esencial: un incremento de casos de neumonía atípica en niños ha despertado alertas en el sector salud de EEUU Según los CDC, el aumento de consultas pediátricas este año muestra una tendencia en la que síntomas leves, como tos seca y febrícula, dificultan su diagnóstico temprano.
Esta infección se presenta principalmente en ambientes cerrados y concurridos, como escuelas, lo que contribuye a su rápida expansión. Para un tratamiento eficaz, los especialistas recomiendan pruebas rápidas, dado que los antibióticos comunes no son efectivos contra la bacteria responsable, Mycoplasma pneumoniae.
Por qué importa: el aumento de casos de neumonía atípica en menores subraya la necesidad de vigilancia en síntomas respiratorios leves y persistentes. La neumonía “ambulante” que se manifiesta con tos seca y febrícula puede pasar inadvertida, favoreciendo la transmisión en espacios cerrados como escuelas y hogares.
Así como ocurrió en China a finales de 2023, este año, una inusual alza en los casos de neumonía atípica en niños ha generado preocupación en el sector de la salud de los Estados Unidos.
Esta infección pulmonar, causada principalmente por la bacteria Mycoplasma pneumoniae, se caracteriza por síntomas leves y prolongados, que dificultan su detección y tratamiento. El incremento en las consultas pediátricas por esta infección en Estados Unidos fue confirmado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), quienes han emitido alertas para informar a médicos y familias sobre esta problemática.
La neumonía atípica es una forma de infección pulmonar causada por patógenos menos comunes y difíciles de identificar mediante pruebas de laboratorio convencionales, como las tinciones de Gram. Entre los microorganismos causantes más habituales están Mycoplasma pneumoniae, Chlamydophila pneumoniae y Legionella pneumophila, según explican especialistas de Medline Plus, perteneciente a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Lo que hace que esta enfermedad sea “atípica” es que tiende a presentar síntomas más leves en comparación con la neumonía tradicional, lo cual puede dificultar su diagnóstico. En términos generales, las personas afectadas experimentan tos seca, escalofríos y febrícula, síntomas que aumentan gradualmente, haciéndola pasar inadvertida. Esta infección se propaga fácilmente en ambientes cerrados y concurridos, como escuelas y hogares, lo que contribuye a su rápida expansión entre los más jóvenes.
Según el doctor Buddy Creech, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, el incremento de casos de neumonía atípica se observó desde mediados de este año, particularmente en el área de Nashville. “Ha estado muy presente en nuestro radar desde principios del verano, cuando empezamos a ver un aumento notable en la cantidad de niños con neumonía que parecían tener este tipo particular de neumonía”, detalló Creech.
La neumonía atípica en niños se manifiesta con tos persistente, dolor de cabeza, fiebre leve y escalofríos. Sin embargo, en muchos casos, los pacientes pueden continuar con sus actividades cotidianas sin darse cuenta de que están desarrollando una infección pulmonar. Este tipo de síntomas “suaves” es lo que lleva a algunos especialistas a denominarla “neumonía ambulante”.
En Estados Unidos, el número de niños en edad preescolar que dieron positivo en la prueba de micoplasma aumentó siete veces desde abril hasta octubre de 2024, y aunque los casos parecieran haber alcanzado su pico en agosto, aún siguen siendo elevados.
Así, la cantidad de niños de entre 2 y 4 años que fueron atendidos en urgencias por neumonía y que dieron positivo en la prueba de micoplasma aumentó del 1 % en abril de 2024 al 7,2 % a principios de octubre, un aumento de siete veces. Los diagnósticos en niños mayores se duplicaron durante el mismo período de tiempo, aumentando del 3,6 % al 7,4 %.
Históricamente, detectar el micoplasma ha sido un desafío, pues la bacteria no se desarrolla fácilmente en los cultivos tradicionales de laboratorio. Actualmente, nuevas pruebas de diagnóstico rápido permiten identificar esta infección de manera más fiable, un recurso que los CDC recomiendan utilizar para guiar el tratamiento adecuado.
“Este es el momento exacto en el que necesitamos utilizar estas pruebas diagnósticas que puedan guiar el tratamiento”, señaló Creech. Esto es crucial, dado que los antibióticos de primera línea para niños, como la amoxicilina y la penicilina, no son efectivos contra esta bacteria, mientras que antibióticos específicos, como la azitromicina, sí logran combatirla.
Según datos de los CDC, el uso de estas pruebas avanzadas ha permitido identificar una mayor cantidad de casos de neumonía por Mycoplasma pneumoniae, lo cual explica en parte el aumento aparente de esta infección en comparación con años anteriores. Además, se ha observado que la neumonía atípica sigue un patrón cíclico, con picos cada tres a siete años, lo que hace que algunos períodos, como el actual, registren más casos que otros.
Expertos en enfermedades infecciosas han identificado al menos tres factores que podrían estar detrás del aumento de casos. La primera razón es el regreso de las infecciones a niveles prepandémicos. Durante el pico de la COVID-19, el aislamiento y otras medidas preventivas redujeron significativamente la propagación de patógenos como el micoplasma, pero ahora los niveles de exposición están recuperando su curso natural.
“Parece muy dramático ahora, pero se debe más bien a que durante el pico de la pandemia de COVID, prácticamente todo lo demás se redujo”, explicó el doctor Geoffrey Weinberg, especialista en el Centro Médico de la Universidad de Rochester.
El segundo factor es el carácter cíclico de estas infecciones, que tienden a repuntar cada ciertos años. Así, aunque los casos habían disminuido anteriormente, estamos en un momento en el que la pérdida de inmunidad natural en la población podría estar contribuyendo a un mayor contagio. “A veces, simplemente pasamos un mal año y no nos damos cuenta durante un tiempo; ahora estamos sufriendo más”, añadió Weinberg.
El tercer factor corresponde a la mejora en los métodos de diagnóstico, pues las pruebas de detección múltiple permiten identificar simultáneamente diversos virus y bacterias en el organismo. Esto hace posible detectar con mayor precisión los casos de neumonía atípica y diferenciarlos de otros tipos de infecciones respiratorias que afectan a los niños.
El Mycoplasma pneumoniae se transmite a través de las gotitas respiratorias generadas al toser o estornudar, lo cual facilita su propagación en ambientes cerrados y concurridos, como hogares, escuelas y oficinas. Este tipo de neumonía afecta principalmente a niños y adolescentes que están en contacto estrecho y continuo con otras personas, aunque también se ha visto en adultos jóvenes y en comunidades de ancianos.
Uno de los desafíos en su prevención es que los síntomas iniciales son genéricos y suelen pasar desapercibidos. La infección comienza con fiebre leve, dolor de garganta y fatiga, y no se asocia de inmediato con una infección pulmonar. La tos seca que caracteriza a esta neumonía va aumentando progresivamente hasta volverse persistente y duradera. A pesar de la ausencia de flema, la tos prolongada puede ser un indicio importante de que la infección está presente.
En la mayoría de los casos, la neumonía atípica puede ser tratada de forma ambulatoria mediante antibióticos específicos, como los macrólidos, o en algunos casos con doxiciclina. Dado que hasta el 75% de los niños y jóvenes que desarrollan esta infección suelen recuperarse sin necesidad de tratamiento, la intervención médica se enfoca principalmente en los casos que presentan complicaciones o agravan otras condiciones preexistentes, como el asma.
Sin embargo, en casos raros, las infecciones por Mycoplasma pneumoniae pueden extenderse a otras partes del cuerpo. En estas situaciones, las bacterias pueden infectar el sistema nervioso central o los nervios periféricos, generando complicaciones graves que podrían requerir hospitalización. Algunos síntomas extrapulmonares pueden incluir dolor de cabeza intenso, confusión o problemas de coordinación, aunque estos casos son excepcionales y no siempre presentan la característica tos seca de esta neumonía.
Para frenar la propagación de esta infección, es crucial mantener medidas de prevención en espacios escolares y comunitarios. Dado que el Mycoplasma pneumoniae se transmite por gotas de saliva, es fundamental que los niños y adolescentes con síntomas de resfriado o tos se mantengan en casa, con el fin de evitar contagios en las aulas. La higiene de manos, el uso de pañuelos desechables y la ventilación de espacios cerrados son medidas esenciales para limitar la circulación de este patógeno en la comunidad.
El reciente aumento de casos de neumonía atípica en niños subraya la necesidad de estar atentos a cualquier síntoma respiratorio persistente en los más pequeños, especialmente en aquellos que interactúan en entornos cerrados y concurridos. La mejora en los diagnósticos permite un tratamiento más específico, pero la prevención sigue siendo la herramienta más eficaz para proteger a los menores de esta y otras infecciones respiratorias.