Sigamos reflexionando sobre las VENTAS. La semana pasada tuve el gran placer de compartir con muchas de ustedes el Webinar: “7 pasos para INCREMENTAR tus VENTAS con Inteligencia Emocional Financiera”. Más de 100 mujeres emprendedoras estuvieron en VIVO, ahí presentes en el ZOOM, aprendiendo sobre ventas, la sala no dio a basto. ¿Por qué? Porque las ventas son el motor de todos los negocios. Si no hay ventas, no hay ganancia, y justamente uno de los principales objetivos de los negocios es obtener ganancias (además de servir e impactar positivamente en la comunidad). Por lo tanto si no hay ventas no hay negocio lo cual lleva a muchas personas a poner mucho enfoque en sus habilidades y estrategias de venta.
Sin embargo, sé que muchas de ustedes si bien aman sus negocios, aman el producto o servicio que ofrecen y los beneficios que le ofrecen a sus clientes, detestan vender. Si bien entienden la gran importancia de saber vender bien, no les gusta. ¿verdad? De hecho ahí mismo, en el webinar, muchas de ustedes nos compartieron que les genera ansiedad, miedo y hasta vergüenza y culpa el proceso de venta. Esto no es ninguna novedad y de hecho durante el webinar les pude compartir diferentes razones por las cuales muchas personas experimentan dichas emociones durante el proceso de venta que van desde poca formación en técnicas de venta hasta aspectos de autoconocimiento (creencias en relación con el dinero y las ventas, patrón financiero personal y personalidades financieras) entre otros que impactan significativamente en el proceso de venta.
Pero hay algo más, también muy profundo en relación con las ventas que poco se habla y por lo tanto pocas personas son conscientes de que lo experimentan, y es el miedo, la culpa y la vergüenza que muchas personas, y sobre todo las mujeres, sienten cuando logran cerrar la venta. ¡Sí! Suena difícil de creer. A primera vista si yo te pregunto ¿Cómo te sientes cuando logras cerrar la venta? Lo más probable es que me contestes ¡Felíz, por supuesto! Pero… ¿estás 100% segura? A mí me pasó de estar atenta a la emoción que sentía apenas lograba la venta y no era 100% felicidad, había también, en mi caso, miedo. Luego comencé a explorar este aspecto en mis consultantes y al observarse fueron conscientes de que también les pasaba lo mismo. Entretejido entre la felicidad había emociones para unas de miedo y para otras de vergüenza y de culpa.
Te invito a que a partir de ahora estés muy muy atenta a la emoción que te surge apenas cierras la venta, porque si sientes miedo, culpa o vergüenza, dichas emociones puede ser otra de las principales razones por las cuáles tus ventas no estén escalando. ¿Por qué? Porque si cada vez que vendes la emoción es “negativa”, tu ser va a interpretar que no es algo que te hace bien, que no es algo que realmente quieres y te va a alejar de tu vida.
¿Cuál es la solución? El primer paso es ser consciente de que esto te está ocurriendo. Muchas personas creen que no sienten estas emociones y por lo tanto al desconocerlas el cambio no puede ocurrir. En segundo paso comprender qué nos están informando estas emociones. Todas las emociones son funcionales, tienen un propósito y nos están informando algo. Por ejemplo, la emoción del miedo, como ya les compartí en otras oportunidades, es una señal de alerta que nos informa que la amenaza que tenemos presente es mayor a los recursos que disponemos. ¿Cuál es la amenaza que tienes frente cuando cierras una venta? ¿Por qué crees que es una amenaza? ¿Con qué recursos cuentas para resolverla?
La forma en que significamos cada situación en nuestras vidas, en este caso la amenaza, está muy influenciada por nuestras creencias. Por lo tanto, dicha amenaza tiene diferentes significados para cada una dependiendo de nuestras creencias. ¿Cómo expresamos nuestras creencias? Con nuestro comportamiento, con nuestras acciones, con nuestra personalidad. Si reflexionamos específicamente a lo referente al dinero, nuestra forma de gestionar nuestro dinero, o sea, cómo nos comportamos a la hora de generar, vender, administrar, compartir, recibir y disfrutar el dinero, comunica nuestra Personalidad Financiera.
Por lo tanto conociendo tu Personalidad Financiera podrás comprender por qué sientes a veces miedo, vergüenza o culpa al concretar la venta. Una vez que conozcas profundamente tu forma de significar el dinero y tu forma de comportarte con el mismo vas a entender por qué reaccionas como reaccionas y por qué vendes cómo vendes.
¿Quieres conocer tu Personalidad Financiera en profundidad y aprender los cambios potentes que puedes generar para transformar por completo tu forma de vender? ¿Quieres lograr vender más y mejor y disfrutar de todo el proceso de venta y sentir pura felicidad en los cierres atrayendo así cada vez más y más ventas?
Entonces súmate al Entrenamiento: “Cómo vender más y mejor conociendo TU Personalidad Financiera y la de tus clientes” en el cuál te lo voy a compartir todo: https://subscribepage.io/Entrenamiento-vender-mas-y-mejor
¡Hasta la próxima columna!
“Si desarrollar TU Inteligencia Emocional Financiera te es COHERENTE, ¡VALE!”
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