Estimados lectores de LA VISIÓN, la Navidad es una época de celebración y reflexión para muchas personas alrededor del mundo. Aunque es una fiesta cristiana, creyentes de diferentes religiones y aún sin religión se unen a la festividad, llena de buenos deseos, amistad y amor. En estos momentos en que en el planeta vivimos tiempos de incertidumbre y temor, es más importante que nunca recordar el verdadero espíritu de reconciliación y comprensión de la Navidad.
Es fácil sentirse abrumado por la desesperanza y las malas noticias. En nuestro país, las divisiones políticas se agudizan y el panorama que se avecina para las clases trabajadoras no es muy halagüeño con la nueva administración en Washington. Sin embargo, motivemos a los políticos con consciencia para que comprendan que el bienestar de todos es fundamental para la democracia, y que se deben superar los deseos egoístas de los que ya tienen demasiado y aún anhelan más bienes materiales.
En este sentido, la Navidad es una oportunidad para renovar nuestra fe en la humanidad y en la capacidad de las personas para trabajar juntas hacia un futuro mejor. Es un momento para recordar que, a pesar de nuestras diferencias, compartimos una casa común y la necesidad de vivir en un mundo más justo. Para terminar, les comparto una interpretación que hice de la famosa canción de Navidad ‘Jingle Bells’. Espero que la escuchen como mi modesta y sincera muestra de cordialidad.
Su amigo, Rubén D. Arvizu.