El 21 de octubre de 1971, el poeta chileno Pablo Neruda fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Su verdadero nombre era Ricardo Eliezer Neftalí Reyes Basoalto, y entre las hipótesis que hay sobre por qué cambió su nombre, se dice que, para evitar problemas con su padre, al cual la poesía no era de su agrado.
El poema Si tú me olvidas se encuentra en su libro Los Versos del Capitán, publicado por primera vez de forma anónima en Italia en 1953.
Diez años más tarde, en 1963, se editó en Chile con el nombre de Neruda, quien añadió una breve explicación del motivo del
anonimato en la primera edición. Es un libro un tanto controversial, describe un amor secreto, clandestino y, al mismo tiempo, conmovedor. Los amantes -Pablo y Matilde, sabían que sería devastador que su relación se hiciera pública y por eso viven una temporada en la isla de Capri. Es un poema de amor que expresa la esencia de la ilusión del desamor: le reciprocidad. El autor piensa en su amada, pero si ella decide abandonarlo «al borde del corazón donde tiene sus raíces», él, borrará su recuerdo. Es la definición de un amor puro, fundamentado en la libertad, si la amada no le corresponde, quedará libre de los sentimientos del poeta, o será esclava del olvido.
Neruda, era un intelectual, diplomático y defensor de los Derechos Humanos, que vivió muchos años en su querida Isla Negra, en
Chile. En 1973, un cáncer de próstata lo estaba matando. Descansaba en la cama de su recámara cuando un grupo de
soldados desembarcó en la isla e invadió su casa. Una semana antes, el 11 de septiembre, Augusto Pinochet lideraba un golpe de
estado contra el Gobierno legítimo de Salvador Allende, gran amigo de Pablo Neruda. «Busque todo lo que quiera. Aquí, hay una sola
cosa peligrosa para ustedes», dijo el escritor a los militares. «¿Qué cosa?», preguntó el oficial que los comandaba. «La poesía»,
respondió Neruda. Unos días después fue trasladado a una clínica en Santiago, de Chile, donde falleció el 23 de septiembre, tan sólo
doce días después del inicio de una terrible dictadura que afortunadamente, Neruda ya no tuvo que enfrentar.
En una ocasión, un gran amigo le preguntó por qué su insistencia en vivir en la isla y Pablo Neruda le contestó: “Necesito el mar
porque me enseña: no sé si aprendo música o conciencia».
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