El pasado lunes 6 de junio, falleció en Nueva York a los 84 años, Astrud Gilberto, tal vez la voz más representativa del bossa-nova por su versión original de La Chica de Ipanema, una de las canciones fundamentales de los años sesenta. Astrud, sólo tenía 22 años cuando la grabó el 18 de marzo de 1963.
Astrud Evangelina Weinert nació en Salvador de Bahía, Brasil el 29 de marzo de 1940, y grabó su primer disco por mera casualidad. Ese 18 de marzo se encontraba en los estudios A&R de Manhattan acompañando a su esposo João Gilberto, el célebre guitarrista que ayudó a crear el bossa nova. João estaba grabando el álbum Getz/Gilberto, para Verve Records, junto con el célebre saxofonista de jazz Stan Getz y el pianista y compositor Antonio Carlos Jobim.
Sin embargo, lo que debió haber sido una historia de triunfo -la celebración de una joven cantante que con su voz seductora y susurrante marcó la diferencia en el éxito de la canción, se convirtió en una triste historia de cómo una joven tímida fue explotada, manipulada y destrozada por una industria musical dominada por los hombres y llena, como ella misma dijera, de «lobos que se hacen pasar por ovejas”. El disco sencillo editado en 1964 de «La chica de Ipanema» omitió la letra en portugués cantada por João Gilberto y consagró a Astrud como la cantante de Bossa Nova. Vendió en ese año, más de un millón de copias., que le valió un Grammy a la mejor canción del año y una nominación a la mejor interpretación vocal femenina. Se calcula que se han vendido más de 30 millones de copias, y está considerada como la segunda canción más famosa jamás grabada. Por su interpretación, Astrud solo recibió los honorarios estándar de la sesión, $120 dólares. Gene Lees, considerado el mejor escritor de jazz de los Estados Unidos escribió en su libro Cantantes y la Canción Segundo Tomo, publicado en 1987, que Getz pidió al productor Creed Taylor que se asegurara de que no le pagaran nada a Astrud, porque «solo era una ama de casa».
La chica de Ipanema fue compuesta en 1962 por Carlos Jobim y Vinícius de Moraes, en un bar, cerca de la playa de Ipanema, cuando veían pasar a las chicas hacia la playa. La letra, en portugués, fue traducida al inglés por Norman Gimbel.
Gimbel, un exitoso letrista de canciones estaba presente en el estudio cuando se planteó la posibilidad de grabar dos versiones, una en portugués cantada por Joao Gilberto y la otra en inglés. El ingeniero de sonido de A&R, Phil Ramone hizo la grabación y cuenta que fue Astrud quien se ofreció a cantar a dúo. –Astrud estaba en la sala de control cuando Norm llegó con la letra en inglés», relató en 2010 en una entrevista a la revista JazzWax. –El productor Creed Taylor dijo que quería terminar la canción de inmediato y miró alrededor de la habitación. Astrud se ofreció voluntaria, diciendo que podía cantar en inglés. Creed dijo: ‘Genial’. Astrud no era cantante profesional, pero era la única que se ofreció a hacerlo allí aquella noche».
Astrud no era una novata. Creció en un mundo musical, su madre, Evangelina Neves Lobo Weinert, tocaba múltiples instrumentos y cantaba regularmente con su marido, Fritz Weinert, un profesor de idiomas emigrante alemán, quien enseñó a Astrud 6 idiomas, que dominaba a la perfección.
Su fama le valió críticas injustas de los periodistas de su país. –Muchos músicos brasileños consagrados nunca aceptaron el éxito de Astrud. La consideraban afortunada más que talentosa, en el lugar adecuado en el momento preciso», afirma el escritor musical Bryan McCann en su libro Getz/Gilberto. Más tarde, ella confesó sentirse muy dolida por las duras críticas y el sarcasmo injustificado que recibió de los periodistas de su país. Los periódicos publicaron rumores infundados de que mantenía una relación amorosa con Getz. Nunca volvió a cantar en Brasil y no estuvo presente cuando La chica de Ipanema se utilizó en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Río de 2016.
Establecida en Estados Unidos la mayor parte de su vida, anunció en 2002 que se tomaba un «descanso indefinido» de las actuaciones públicas, dedicando gran parte de su tiempo a hacer campaña contra la crueldad hacia los animales. Me despido compartiendo el final de su famosa canción.