Diciembre es la temporada de la celebración de grandes festividades: la Navidad, Janucá, Kwanza, y el último día del año. En todas ellas el tema de la paz es fundamental, pues sin ella no puede haber alegría y contento. Sin embargo, son más las ocasiones en que la paz no está presente, sino al contrario; guerras, divisiones, odios, rencillas y viles intereses políticos dominan al último mes del año.
En esto, 2023 no es la excepción. Por donde veamos, la maldad y las malas voluntades dominan el panorama nacional y mundial. Por ello, es urgente encontrar la forma de vivir armoniosamente con nosotros mismos, los demás y todos los seres conscientes que hay a nuestro alrededor. Crear un ambiente pacífico y fomentar las relaciones cordiales en nuestras comunidades. Nuestra mente debe estar preparada para saber distinguir cuándo una relación no es conveniente y origina básicamente problemas, por ello es mejor reducir la interacción con esa o esas personas, eliminando así su impacto negativo en nuestra vida. Saber perdonar cuando nos insultan, superarnos y no obsesionarnos con el sentimiento de la venganza, que al final no lleva a nada bueno. Estar listos para ayudar a resolver conflictos entre familia y conocidos, si están en desacuerdo, tal vez se pueda encontrar una solución si todos ponen lo mejor de su parte para encontrar una salida en la que nadie resulte afectado. No expresarnos en forma negativa, tratando de utilizar lo menos posible las palabras “no” y “nunca”, pues ellas automáticamente crean una barrera que luego es difícil de superar. Si estamos enojados, tratemos de encontrar un lugar tranquilo, para ver la situación que nos molesta, en forma diferente. Salir a caminar al aire libre es una forma muy simple para relajarnos, y dejemos, al menos por un rato, los celulares y las redes sociales. En los lugares de trabajo, fomentemos que el ambiente sea amigable, pacífico, con estrategias para resolver conflictos o malentendidos. No fomentar chismes ni intrigas, y ver a los colegas como parte de un equipo en lugar de competir con ellos, tratando de que se vean mal. Estemos agradecidos si contamos con los satisfactores más necesarios, como un lugar para vivir, alimento y las cosas que realmente necesitamos, valorarlas y eliminar en lo posible el deseo insaciable de poseer más.
La música, de preferencia la clásica, la llamada nueva era o la que sea de su preferencia, si no es estridente, nos ayudan a crear un ambiente pacífico. Los sonidos de la naturaleza son maravillosos para calmar el espíritu. Si estás cerca de un río, o del mar, disfruta del sonido del agua, igualmente con la lluvia, el trino de las aves, el canto de las ranas. Las cosas más simples son las más satisfactorias. Algo que es muy efectivo, es encontrar momentos en los que podamos meditar, eso nos aumenta la sensación de calma, para enfocar la vida y buscar soluciones, que muchas veces, por estar sumergidos en los problemas, no podemos verlas.
Quizás usted diga: ‘pero con esto no se resuelven los problemas del mundo.’ Tal vez, pero si muchos hacemos estas cosas, la humanidad puede mejorar en forma increíble y posiblemente encontremos, el verdadero camino de la paz.