Algo muy dramático y peligroso está ocurriendo en la Unión Americana. Lo hemos comentado
en notas anteriores pero cada día que pasa, la situación se agrava.
Cada vez, con más frecuencia, y dicho por varios de los más respetables y mesurados analistas
políticos e historiadores, escuchamos frases que estremecen: “La Democracia puede llegar a su
fin en los próximos años en los Estados Unidos”. El pasado viernes, David DePape un extremista
de derecha invadió la casa en San Francisco de Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de
Representantes e hirió seriamente con un martillo a su esposo, Paul Pelosi. DePape atacó a
Pelosi gritando “Dónde está Nancy?
El país por supuesto que ha tenido altibajos desde su declaración de Independencia el 4 de julio
de 1776, hace 245 años. Se ha enfrentado a problemas políticos, recesiones, y por supuesto, la
guerra Civil del Norte contra el Sur que se extendió de 1861 hasta 1865 con un costo en vidas
en ambos bandos, de aproximadamente 762 000 soldados y civiles. Atlanta fue escenario, el 27
de junio de 1864, de una de las más cruentas y decisivas batallas de ese conflicto fratricida, la
cual ocurrió en la montaña de Kennesaw. Situada al noroeste de Atlanta, es una de las más
elevadas del norte de Georgia. Las bajas de ese combate fueron de casi 4.000 muertos, heridos
y desaparecidos.
El divisionismo y los ataques al sistema democrático y legal nunca han sido tan profundos como
en estos momentos. Las elecciones de medio término, que ya han comenzado con votaciones
anticipadas y por correo, pueden modificar la balanza de poder si la tendencia fascista, que
parece se ha adueñado del partido Republicano, logra mayoría en la cámara de Representantes
y en el Senado.
Ulysses S. Grant, quien fuera el general victorioso del Ejército de la Unión y posteriormente el
18.o presidente de Estados Unidos (1869-1877), pronunció el 29 de septiembre de 1875 un
discurso, que fue muy bien recibido, en la reunión anual de la Sociedad del Ejército de
Tennessee. Sus conceptos parecen ser una premonición de noviembre de 2022. Este es un
pasaje de su discurso.
“En una república como la nuestra, en la que el ciudadano es el soberano y el funcionario el
servidor, en la que ningún poder se ejerce sino por la voluntad del pueblo, es importante que el
que es soberano -el pueblo- posea inteligencia. La escuela gratuita es la promotora de esa
inteligencia que ha de preservarnos como nación libre. Dejen el asunto de las enseñanzas
religiosas a la familia; mantengan la Iglesia y el Estado siempre separados. Si vamos a tener otra
contienda en el futuro cercano de nuestra existencia nacional, predigo que la línea divisoria no
será del Norte contra el Sur, sino entre el patriotismo y la inteligencia de un lado, y la
superstición, la ambición y la ignorancia en el otro.”