En 1992, como Representante para América Latina de la Sociedad Cousteau, me uní a Jean-Michel Cousteau y su equipo en la isla de Espíritu Santo, Baja California Sur, para filmar un documental sobre los viajes de las ballenas por los mares del planeta.
La música fue compuesta e interpretada por John Denver, quien narró el documental junto con Jean-Michel.
Mi participación fue como coordinador de la producción en México, sobre todo con la Secretaría de Ecología y Pesca, quienes nos otorgaron permisos y logística.
En esa ocasión, volé de Espíritu Santo a Mazatlán para obtener un helicóptero Bell 47, el «Azteca», que permitiría a Jean-Michel y su cámara captar escenas inéditas de las ballenas «surfeando» en las olas del Mar de Cortés, también conocido como «El Acuario del Mundo» según lo había descrito el Capitán Jacques Cousteau.
Entre los logros está la colocación de marcadores en las aletas de las ballenas para seguir sus hábitos migratorios. Fue una experiencia maravillosa que permitió conocer el desplazamiento de los cetáceos. La población de ballenas estaba reducida por la caza despiadada, pero vislumbramos una gran esperanza de que los humanos actuarían con inteligencia y sensatez.
Las aguas mexicanas eran su lugar para alimentarse, reproducirse y tener a sus ballenatos, quienes luego las acompañarían en un viaje extraordinario de miles de kilómetros hacia aguas de Hawái, Alaska y costas europeas. Las ballenas y otros mamíferos marinos se comunican a grandes distancias bajo el agua emitiendo sonidos muy especiales.
Sin embargo, todos esos logros están en peligro de desaparecer ante los trabajos del Proyecto Saguaro, que llevará gas por un oleoducto desde Texas hasta Puerto Libertad, Sonora, donde se licuará en una mega planta actualmente en construcción, y luego se transportará en enormes buques petroleros a través del Mar de Cortés, pasando por Los Cabos para entrar en el Pacífico y dirigirse hacia Asia. El paso de esos buques en el Mar de Cortez pondrá en peligro la supervivencia de las ballenas y la fauna marina debido a la posible contaminación y destrucción de su hábitat.
Jean-Michel Cousteau envió una carta dirigida a la presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum, solicitando su urgente intervención para evaluar este proyecto y evitar errores y daños como los ocurridos en el Tren Maya en Quintana Roo. Ahí, donde están los cenotes, esos extraordinarios pozos de agua subterránea que alimentan con sus aguas a la península y el Mar Caribe, han sido gravemente afectados por los miles de enormes pilotes insertados para el soporte de las vías del tren.
El futuro del Mar de Cortés, hogar de más de 800 especies marinas, está en juego. La ventana de oportunidad para actuar se cierra rápidamente. Proteger este ecosistema es clave para combatir el calentamiento global y detener la cada vez mayor destrucción de la biodiversidad.