En su concepto más estricto, la democracia va más allá de la perspectiva electoral, se entiende como un sistema que promueve y permite el respeto irrestricto de los derechos y libertades de las personas, la creación de oportunidades iguales para todos, la vigencia del Estado de derecho, la formación de valores de igualdad, tolerancia y respeto.
Tanto el titulo como la introducción tienen que ver, una vez más, con la tragedia que se vive en Venezuela y muy particularmente con la que se vivió el día 6 de diciembre del corriente año 2020, cuando el tirano escenifico una farsa electoral en las que participaron solo los votantes muy adeptos al régimen y aquellos que fueron obligados a asistir so pena de no seguirles otorgando las cajas de comida que reciben, cada cierto tiempo el 60% de la población venezolana. Se eligió, fraudulentamente, una nueva Asamblea Nacional.
Vale señalar que a pesar de las amenazas, el 86% de la población se abstuvo de participar en esa farsa electoral, por lo que presumiblemente el hambre en el país se hará sentir con mayor fuerza.
Algo muy singular es que lo acompañaron sus amigos, invitados a una gira no de “observación” sino de turismo electoral que asegurarán a los cuatro vientos que todo ha transcurrido en sana paz, armonía y democracia plena: Irán, Rusia, China, Turquía, el expresidente de Ecuador Rafael Correa hoy perseguido por la justicia de su país por corrupción y el inefable Evo Morales.
Del lado de los serios ningún organismo ni país estuvo presente, pero quienes organizaron el evento, igual proclamaron, a toda voz, su victoria en las urnas, avalada por numerosísimos millones de votos que no se corresponden con la escasísima presencia de electores en los centros de votación.
¿Qué significa la pérdida de la Asamblea Nacional para el ciudadano de a pie?: debilitará la posición de Juan Guaidó como líder de la oposición, aun cuando continúa disfrutando del apoyo y el reconocimiento internacional. Vale señalar que sin el reconocimiento estadounidense y europeo de los resultados de las elecciones del 6 de diciembre, Maduro tendrá dificultades para establecer la legitimidad de la nueva legislatura. Esto podría resultar en que dos asambleas intenten realizarse en paralelo. No obstante, mientras continúe la lealtad de las fuerzas armadas, le garantizará, a Maduro, su permanencia en el poder.
En Venezuela, durante casi dos años, dos hombres han afirmado ser presidente de Venezuela. Pero después de las elecciones legislativas del fin de semana, uno de ellos finalmente puede salir perdiendo. Al ganar la Asamblea Nacional, el Partido Socialista de Maduro ha ganado el control total de todas las instituciones políticas en Venezuela. Esto le ahora asegura su capacidad para aprobar presupuestos, ratificar acuerdos internacionales y firmar acuerdos con empresas extranjeras. También significa, por ejemplo, que Maduro ahora podrá continuar haciendo, lo que se le antoje con los dineros de la nación
¿Qué viene después? Por iniciativa de la sociedad el presidente encargado juanGuaidó ya está realizando un referéndum popular contra la «usurpación del poder» por parte de Maduro. Cualquiera que sea el resultado, lo único seguro es que la crisis política de Venezuela no terminará pronto.
Quien escribe estas líneas, siente cómo nuestra Venezuela se nos va como arena entre los dedos mientras se deja pasar con indiferencia las últimas opciones de su destino.