A mi modo de ver y creo que, el de casi todo el mundo, UN SUEÑO NO REALIZADO es aquel que nos muestra que no hemos hecho lo que queríamos y tampoco lo deseábamos alcanzar.
Palabras más, palabras menos, es lo que en mi opinión ocurrió en la reciente VI Reunión Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), celebrada el día 18 de septiembre próximo pasado en la Ciudad de México, en donde se dieron cita entre otros, 15 presidentes demócratas de la región y 2 dictadores, también de la región.
Con México como anfitrión, la reunión alojó importantes y numerosos temas, incluidos el cambio climático, las estrategias para combatir el coronavirus, y el plan para atender la crisis financiera. Una agenda digna de cualquier foro internacional que no refleja el objetivo a alcanzar en un tiempo determinado. Sin embargo, se aprobó una declaración política contentiva de 44 puntos, también digna de cualquier organismo internacional, casi insípida, inodora e incolora.
PRIMER SUEÑO NO CUMPLIDO
Más allá de eso, había temas que, si bien no estaban incluidos en la agenda escrita, habían sido planteados de manera informal como aspiración de deseos. Como por ejemplo la vieja aspiración de la izquierda latinoamericana de crear un organismo latinoamericano para substituir a la OEA. Es de hacer notar que, no hay ni dinero ni poder político entre los gobiernos izquierdistas de América Latina para tratar de recrear un bloque regional “antiimperialista”, independientemente de qué país quisiera liderarlo.
A los aspirantes de izquierda se les dejo claro que como todos los organismos había que actualizarlos solamente, no eliminarlos.
Es decir, propuesta que finalmente murió antes concretarse, llevándose con ella la aspiración del Presidente López Obrador de transformarse en el líder de Latinoamérica, ungido del mandato de dirigir las relaciones con Estados Unidos, así como con el resto del mundo desarrollado. Esa frustrada aspiración no solo se lleva consigo a López Obrador y a la CELAC, sino como como también, a sus deseos de presentar, a su base partidista de izquierda, algún triunfo por más escuálido que este sea.
En este punto es importante señalar que la CELAC es una institución que existe en el papel: no tiene sede, ni conducción permanente, ni personal, ni financiamiento. Además, no incluye a Argentina, Brasil, Canadá ni Estados Unidos.
SEGUNDO SUEÑO NO CUMPLIDO
Los 2 dictadores asistentes al evento: Diaz Canel de Cuba, y Nicolas Maduro de Venezuela, así como los otros gobernantes de izquierda de la región les quedo bien claro que Latinoamérica es una región de demócratas, donde no hay cabida a acciones que coarten el libre desenvolvimiento de los ciudadanos.
TERCER SUEÑO NO CUMPLIDO
El caso de Maduro es aún más PATETICO, quien, al parecer, algo improbable, decidió asistir en último momento a la cita latinoamericana. Fue a México con el objetivo de conseguir algo de legitimidad y reconocimiento de parte de los otros mandatarios y salió con las tablas en la cabeza, como reza la jerga popular, no solo no consiguió nada, sino que el Presidente de Paraguay Abdo Benites le expreso: “Mi presencia en esta cumbre en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento al gobierno de Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi gobierno y creo que es de caballeros decirlo de frente». En el mismo sentido se expresó el Presidente de Uruguay Lacalle Pou.
CUARTO SUEÑO NO CUMPLIDO
El de Diaz Canel, el presidente de Cuba, puesto a dedo por quien ejerce el poder real en ese país. Diaz Canel deseaba retomar protagonismo después de las violentas manifestaciones en contra del sistema imperante en Cuba. Al igual que Maduro, también salió con las tablas en la cabeza, el presidente uruguayo leyó parte de la letra de la canción «Patria y Vida», que se convirtió en un himno durante las fuertes protestas que se desataron en Cuba en julio contra el gobierno de Díaz-Canel.
«Quiero citar simplemente (…) es una canción muy linda que quienes la cantan se sienten oprimidos por el gobierno: “que no siga corriendo la sangre por querer pensar diferente, quién les dijo que Cuba es de ustedes si mi Cuba es de toda mi gente'», destacó Lacalle Pou”.
Como han podido constatar, esa reunión en vez de ser una reunión de esperanza para Latinoamérica fue todo lo contrario fue de desesperanza, y presagia aun mas desigualdad de la que podemos mostrar hoy. Sobre todo, si tomamos en cuenta que muchos de los lideres que participaron en la cumbre están mas interesados en llenar sus alforjas que en el bienestar de la sociedad.