Hace escasamente una semana se realizó en México el primer encuentro entre la delegación que representa al gobierno ilegal de Nicolas Maduro, que efectivamente detenta el poder desde el palacio de gobierno (Miraflores) y por el otro lado la delegación que se da en llamar “oposición”, cuya representatividad y muchísimo menos unidad es objeto de numerosas, lamentables y justificadas especulaciones. Vale señalar que un encuentro de esta naturaleza no es el primero que se realiza; esos diálogos se iniciaron en diferentes lugares del mundo a partir de 2017, sin resultados visibles.
Si bien se agradece al presidente López Obrador por haber facilitado que México sirviera como asiento de este importante Diálogo, también lo es que entre las reglas básicas de una mediación es que la sede donde se desarrolla el encuentro sea realmente neutral. No me atrevería a asegurar que el gobierno de López Obrador lo sea. Al menos en el caso de Venezuela no lo es. No obstante, debo reconocer que, por primera vez en la historia, México ha sido la sede de una negociación de trascendental importancia para otro país, en este caso Venezuela. Por supuesto, si pensamos que allí se tejerían los hilos para una salida a la crisis democrática que durante años ha vivido Venezuela por el enfrentamiento entre el chavismo y los grupos de oposición.
Otra regla es que, para llevar a cabo y participar en la negociación es que las delegaciones tengan el mismo nivel de poder negociador, que no es el caso ya que la delegación del gobierno usurpador además de ejercer el poder real se presentó con conocimiento claro de que su objetivo mínimo era la permanencia en el poder. En cambio, del lado de la oposición lo menos que existe es unidad y ello es tan nítidamente evidente que de antemano constituye una debilidad determinante. La delegación de la “oposición” solo representó a una facción de cuanto menos 5 que hacen oposición en el país y, por consiguiente, todas aspiran asumir el poder en Venezuela. El tema más sobresaliente fue la solicitud de un cronograma electoral fiable. Muy buena intención.
No esta nada fácil un dialogo como éste y tampoco es fácil esperar a que se obtengan resultados diferentes a los obtenidos anteriormente. Durante este primer encuentro se firmó un memorándum de entendimiento que contiene los puntos de la agenda: derechos políticos, un cronograma electoral con garantías, respeto al estado de Derecho, el levantamiento de sanciones, la renuncia a la violencia, medidas de protección social y garantías de implementación de lo acordado. Impecable, pero con el poco conocimiento que tengo en negociaciones me da la impresión de que tendremos que esperar mucho tiempo para poder ver la luz a la salida del túnel, mientras, las urgencias de la población (vacunas anti-covid19, alimentos, seguridad, control de la inflación) que necesitan atención urgente.
Por el lado del individuo de a pie, es evidente que no tiene mucha información ni mayor interés sobre los pormenores del evento en la medida en que su cotidiana preocupación se centra en la supervivencia, la enésima y nuevamente fantasiosa reconversión monetaria, la seguridad y otros temas que ocupan la atención de las mayorías.
Finalmente, no hay otra alternativa que sentarse a negociar porque nuestros únicosaliados en la comunidad internacional, así lo exigen y porque no tenemos la fuerza para producir un colapso. Esperemos la próxima ronda en septiembre próximo y veremos.