Frida Kalho, nació y murió en Coyoacán. Distrito Federal (1907-1954). Estudió en la Escuela Normal de Maestros y en la Escuela Nacional Preparatoria de la Ciudad de México. En 1925 sufrió un accidente que marcó el resto de su vida. Durante su larga convalecencia comenzó a pintar. Primero fue realista –rosas, caballos, niños – después, a causa de la tragedia íntima de su cuerpo hecho pedazos, pintó imágenes cargadas de rarezas oníricas: a veces de una brutal expresión. En 1929 contrajo nupcias con el pintor Diego Rivera, y militó con él en el Partido Comunista Mexicano.
En 1953 ingresó como profesora a la Escuela de Arte La Esmeralda y se abrió una exposición individual de su obra en la galería de Arte Contemporáneo en la capital del país, la única que se presentó en México con ella en vida. Museos célebres de Europa y Estados Unidos poseen cuadros suyos. Existe en Nueva York recientemente un enorme interés por su vida y su obra, incluso se habla de una “Fridamanía” que se ha apoderado de los círculos artísticos e intelectuales estadounidenses.
Frida fue una mujer que vivió intensamente, rebelde, autónoma, fiel a sus raíces mexicanas y a su condición de género. En un siglo en el que la mujer dio pasos firmes para su emancipación, Frida estuvo en la vanguardia de ésta lucha por la equidad entre hombres y mujeres. Frida fue una mujer de amores y se entregó a todos sus amores: Amó intensamente a Diego, así como amó el arte, amó a su pueblo y a su México, amó a la naturaleza y todo ello lo reflejó en su pintura, profundamente humana y profundamente mexicana.
Frida y Diego se conocieron a raíz de que ella entró en 1922 en la Escuela Nacional Preparatoria en México DF., la más prestigiosa institución educativa de México, la cual empezaba por primera vez a admitir a las mujeres, para tomar clases de dibujo y modelado. Allí sus travesuras la convirtieron en la cabecilla de un grupo mayoritariamente formado por chicos rebeldes con los que realizó innumerables tropelías en la escuela teniendo generalmente como víctimas a sus profesores. Fue precisamente en esta escuela donde entraría en contacto con su futuro marido, el conocido muralista mexicano Diego Rivera, a quien le había sido encargado pintar un mural en el auditorio de la escuela.
Diego Rivera fue un pilar del movimiento muralista mexicano que tuvo un impacto mundial y reflejó la historia, las luchas del pueblo de México, la identidad de nuestros pueblos originarios y la dimensión de la clase obrera llamada a construir un nuevo mundo.
El arte de Diego Rivera, así como el de José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros tiene una cualidad diferente, porque es arte público, destinado a los espacios colectivos para llegar a grandes multitudes y en particular a las masas trabajadoras.
Diego supo combinar su sensibilidad artística con la social y con sus convicciones políticas. Cuenta su hija Guadalupe Rivera Marín en su libro “Diego el Rojo” que de joven participó en la lucha zapatista y que tuvo contacto con Lenin y con el movimiento revolucionario europeo y ruso. Frida fue siempre una mujer cercana a las causas del pueblo y fue una pionera de los derechos de la mujer.
Diego Rivera (1886-1957) en 1922 ingresa al Partido Comunista de México y empieza a pintar murales en edificios públicos comenzando con el de la Escuela Nacional Preparatoria y posteriormente los de la Secretaría de Educación. En 1930-34 vivió en Estados Unidos, donde realizó los murales de la Escuela de Bellas Artes de San Francisco, del Instituto de Bellas Artes de Detroit. En México decoró la Secretaría de Educación, la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, el Palacio de Cortés, en Cuernavaca, el Palacio Nacional y el Palacio de las Bellas Artes.
En los Estados Unidos causó gran revuelo cuando pintó la imagen de Lenin en el Rockefeller Center de Nueva York, que fué destruido por los Rockefeller, posteriormente Rivera reproduce éste mismo en el Palacio de Bellas Artes. De regreso a México continuó con su obra en el Palacio de Cortés de Cuernavaca, en el Palacio Nacional, en el Hospital La Raza de Azcapotzalco, por mencionar sólo algunos.
Es importante rescatar en toda su profundidad el significado de ésta pareja, porque en la propaganda oficial y en la “moda” que han impulsado desde Estados Unidos, eliminan o trivializan sus convicciones sociales y políticas y se centran en reales o supuestos episodios de su vida personal para crear “escándalo” y distraer de lo profundo de su vida y su compromiso. Ambos se opusieron con fuerza al Imperio Americano y a sus crímenes. La última actividad de Frida – que por cierto siempre llevaba tradicionales vestidos mexicanos – a unos días de su muerte fue la de asistir a una marcha en repudio de la invasión norteamericana contra Guatemala en julio de 1954.
Fueron comunistas hasta la muerte. A Frida Kahlo se le rindió homenaje de cuerpo presente en Bellas Artes y en su féretro fue colocada la bandera de la hoz y el martillo, a lo que el gobierno respondió con un escándalo y el cese fulminante del Director de Bellas Artes.
La obra de Rivera está en el corazón de México, en el mismo Palacio Nacional, Diego pintó los famosos murales donde podemos admirar las culturas indígenas de nuestras tierras, las luchas de los trabajadores, el retrato de los crueles opresores comenzando por el del invasor Hernán Cortés, que contrasta con la imagen de Marx y Engels y las luchas ancestrales del pueblo, así como la reivindicación de nuestras raíces ancestrales y el verdadero rostro de los colonialistas españoles y los neocolonialistas norteamericanos.
Sin embargo, hoy, hasta sus peores enemigos se ven obligados a “rendirles homenajes” y a enaltecer su obra artística, tratando infructuosamente de desligarla de su compromiso social y nacional.