Suspender pagos, auditar la deuda y renegociar es hoy por hoy urgente ese es el planteamiento de la Promotora por la Suspensión del Pago de la Deuda Pública en México.
En 2024 se pagarán 1 billón 263 mil millones de pesos, un billón son mil millones, para que se entienda mejor serán mil veces mil millones más 263 mil millones. ¡Un segundo! ¿Por qué debemos tanto? ¿En un segundo? … 40 mil de pesos … dame un minuto … 2.4 millones de pesos por minuto. ¡¿Pero a qué horas?! Cada hora se pagan 144 millones de pesos. ¿¡Pero a diario?! 3 mil 460 millones al día. 25,200 millones a la semana. ¿Y al mes? 105 mil 333 millones. Al año 1,263, 000,000. Eso es lo que se paga por el servicio de la deuda pública de México.
Esta danza de números es difícil de entender, para explicarlo más claramente, cada segundo pagamos lo que equivaldría a reforestar 2 hectáreas, o instalar un sistema de cosecha de aguas en una escuela y en mercado.
Cada diez segundos, lo que equivale a regalar una vivienda a los acreedores, cada hora se paga lo que costaría pavimentar 20 kilómetros de carretera, cada día la cantidad necesaria para construir 100 hospitales, semanalmente lo que cuestan 5 termoeléctricas, cada mes lo que financiaría un aeropuerto, cada año 4 refinerías.
Lo que se paga por el servicio de la deuda, equivale a 6 casas cada minuto, 36 viviendas por hora, 864 por día, 315 mil viviendas al año. O cada año el costo de 35 mil hospitales o 12 aeropuertos.
Cada mexicano o mexicana debe alrededor de cien mil pesos. Cada familia promedio medio millón de pesos. ¿Es correcto pagar a ciegas? Esta deuda es una carga heredada del viejo régimen corrupto, que se endeudó alegremente para beneficio de grupos y mafias. ¿Por qué pagar a ciegas? Es necesario hacer una auditoría ciudadana-gubernamental a esta deuda, revisarla, renegociarla, para que el nuevo gobierno cuente con recursos suficientes.
Tomemos un ejemplo, el Fobaproa-IPAB, era una deuda privada de los bancos, producto de fraudes y chanchullos de la oligarquía, el presidente priista Zedillo la convirtió en deuda pública que ascendía a 553 mil millones de pesos, en la actualidad ya se han pagado 724 mil millones pero resulta que todavía debemos 1 billón 200 mil millones de pesos. Este monto equivale al pago total del servicio de la deuda de todo este año 2024.
Este año vamos a pagar 66 mil millones por una deuda de los bancos, mientras estos no pagan un centavo y rompen récord de ganancias, el año 2023 ganaron 273 mil millones de pesos. Pero toda la carga de esa deuda recae en nosotros los contribuyentes. Esa es una deuda odiosa que debe ser desconocida. Hoy es momento de suspender pagos para auditar la deuda y renegociarla. No debemos pagar a ciegas, así lo demuestra la historia.
El pago de la deuda se llevó el 14% del presupuesto en 2024 y el pago a pensiones el 17%, esto quiere decir que con ese dinero se podrían duplicar las pensiones de las y los trabajadores, eximiendo a las pensiones de privilegios de exfuncionarios. Los ingresos en 2022 del 30% de los hogares más pobres sumó 977 mil millones, mientras que el pago de la deuda pública sumó 1 billón 100 mil millones, de modo que con ese monto se puede más que duplicar los ingresos de estos hogares marginados. El costo financiero de la deuda supera anualmente el costo de todos los programas sociales prioritarios, supera también al costo de los proyectos prioritarios. Al concluir este sexenio el gobierno federal habrá destinado 2.7 billones de pesos del erario a los programas sociales, cifra sin precedente en la historia del país, según un informe oficial Carlos Torres, coordinador de Programas para el Desarrollo de la Presidencia mientras que al pago de la deuda se ha destinado 5 billones según informa la Secretaría de Hacienda, de modo que con el dinero del servicio de la deuda cada beneficiario de un programa social podría recibir el triple de dinero.
La proporción de la riqueza nacional que corresponde al gobierno ha disminuido debido a las políticas neoliberales, al pasar de 23.2 a 9.3 % de 2003 a 2020. Es necesario que el Estado recupere capacidad financiera para garantizar los derechos de la población y construir la plena soberanía económica, política y social. Además de la suspensión de pagos para auditar y renegociar, hace falta una reforma fiscal progresiva para obtener billones de pesos adicionales. Actualmente, mientras el impuesto sobre la renta para la población es del 35%, las corporaciones solo pagan el 2.4% y las mineras 0.02 % según ha informado Raquel Buenrostro, secretaría de Economía. La situación actual exige una reforma fiscal para que México deje de ser uno de los países en los que se pagan menos impuestos. México ocupa el último lugar de recaudación en países de la OCDE. Mientras que en Dinamarca se pagó el 46.3% de impuestos como porcentaje en México fue sólo el 16.5% ese año.
Esta reforma fiscal progresiva debe ir acompañada de un impuesto a las grandes fortunas. Según la revista Forbes en 2024, las 10 personas más adineradas del país alcanzan un monto conjunto de 176,800 millones de dólares, lo que representa un incremento de 45.2%, si se le compara con los 121,700 millones que alcanzaron sus fortunas en 2018.
En el caso del empresario Carlos Slim, el hombre más rico de México y de Latinoamérica, su fortuna se ha mantenido como la más valiosa del listado, la cual hoy se estima en 102,000 millones de dólares, que representa un avance de 52.2%, si se le compara con los 67,000 millones de dólares que tenía en 2018. Oxfam evalúa que concentre casi tanta riqueza como la mitad más pobre de la población mexicana, alrededor de 63.8 millones de personas. La fortuna de Germán Larrea, el segundo hombre más rico de la región y del país, se incrementó en 125 % en términos reales desde el inicio de la pandemia. Esta organización ha asegurado que la fortuna de Carlos Slim y Germán Larrea en los últimos cuatro años se ha incrementado en 70% durante los últimos cuatro años.
294 mil personas poseen una cifra igual, o superior, al millón de dólares. La suma de este pequeño sector de ricos representa el 60% del total de la riqueza privada en México, según el reporte El monopolio de la desigualdad, realizado por la organización internacional Oxfam. De estos las 2 mil 500 personas más acaudaladas de México, el 0.002 por ciento de la población, acumulan riquezas de alrededor de 20 billones de pesos.
México es uno de los países más desiguales del mundo. De acuerdo con el World Inequality Report 2022, el 10% más rico de los receptores de ingresos en México gana 30 veces más de lo que percibe el 50% que menos gana. En patrimonio, el 10% más rico de la población tiene cerca del 80% de la riqueza del país. Por cierto, la desigualdad en el ingreso en México es más del doble del promedio de países de la OCDE. En 2021 El 10% más rico concentra el 36.4% de los ingresos y el 10 por ciento más pobre el 1.8%. Es indispensable gravar la propiedad, la riqueza y el ingreso. Que los que más tienen, paguen más impuestos. De modo que la reforma fiscal es una urgente necesidad para que junto con la suspensión de pagos, el gobierno pueda disponer de por lo menos un 30% de recursos adicionales.
Sin embargo, lamentablemente la Secretaría de Hacienda y Crédito Público está contemplando una reducción del gasto público para el siguiente año. De acuerdo con las estimaciones, el gasto público tendría una disminución a 24% del PIB en el 2025, casi tres puntos porcentuales menor al estimado para el cierre de este año de 26.9%. De esta manera, el gasto neto total disminuiría 706,000 millones de pesos respecto a lo aprobado este año, es decir, sería 7.5% menor. (El Economista 2-4-24)
Lo que el país necesita es lo contrario, que se fortalezca el gasto público y que el gobierno entrante tenga suficientes recursos para enfrentar las necesidades de la población y del desarrollo interno.
Con esos recursos se debe generar la creación de empleos formales y con prestaciones, fortalecer la soberanía energética y lograr la soberanía alimentaria, fortalecer los sistemas de salud y educación, garantizar los derechos de las mujeres y de los jóvenes. Destinar recursos para los pueblos originarios, establecer un sistema nacional de cosecha de agua de lluvias e invertir en la captación del agua, a través de un sistema hídrico sustentable, enfrentar las consecuencias del cambio climático, impulsar la reforestación en el país.
México está muy rezagado en el cobro de impuestos, debido a las políticas del PRIAN a favor de los más ricos, esto puede y debe cambiar, La recaudación tributaria como porcentaje del PIB de México en 2022 fue del 16.9% lo que estuvo por debajo del promedio de América Latina y el Caribe que fue del 21.5% según en la edición de este año de las Estadísticas tributarias de América Latina y el Caribe a 4.6 puntos porcentuales y por debajo del promedio de la OCDE que es del 34.0%. Es urgente que el Estado mexicano obtenga los recursos necesarios para el desarrollo, el bienestar y la justicia que debe garantizar.
Por otro lado, es necesario recuperar la tradición histórica de los gobiernos progresistas. En la independencia se suspendieron pagos, también lo hicieron los primeros presidentes Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, asimismo Valentín Gómez Farías. Benito Juárez suspendió pagos y en la Revolución de 1914 también. En la época del cardenismo se mantuvo la suspensión. Luego de las suspensiones se renegoció por Benito Juárez y tras el cardenismo obteniendo reducciones del 80 y 90%. Los conservadores nos endeudaron pero todos los gobiernos progresistas pusieron un alto.
Profundizar la transformación de México o ponerle un “segundo piso” cuesta y mucho, hacen falta recursos que se obtendrán de combatir privilegios de las grandes corporaciones y la oligarquía pro yanki del país. El nuevo gobierno necesitará de recursos. Es cuestión de necesidad y de justicia.