Este muy interesante libro narra la Operación Cóndor, es una obra muy interesante, que te atrapa en su lectura por su ritmo ágil, pero además de su mérito literario tiene una gran importancia política y social para el despertar de las conciencias latinoamericanas y caribeñas, y lo más importante, es de enorme utilidad para los militantes sociales que queremos transformar la realidad y nos enfrentamos al imperialismo y a todas sus maniobras para las cuales utiliza a sus agencias de inteligencia como la Agencia General de Inteligencia (CIA) y de supuesta asistencia como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Fundación Nacional para la Democracia (NED).
Escrita por Fabián Escalante Font, tiene una gran significación pues él lleva una larga trayectoria de lucha que lo ha llenado de experiencia y de vivencias. Ingresó a los 14 años al movimiento revolucionario en la Juventud Socialista. Por su militancia, fue detenido varias veces por la policía del dictador proyanqui Fulgencio Batista, el 1º de enero él estaba encarcelado en el momento que triunfaba la Revolución cubana.
Luego del triunfo de la revolución, Fabián fue fundador y jefe de los servicios de seguridad cubanos siendo ascendido en 1988 al grado de general de división. Ha participado en reuniones y seminarios sobre las actividades terroristas de la CIA y ha publicado varios libros: Playa Girón la gran conjura en 1992, La guerra secreta de la CIA en 1993, Operación mangosta en 2002, The Cuba Project en 2004 y El Complot, también en 2004.
Siempre en acción, ha participado en numerosas misiones de solidaridad con la lucha por la soberanía en Latinoamérica y el Caribe, estuvo 10 años vinculado a la revolución popular sandinista entre otras actividades.
En las alas del cóndor refleja toda la experiencia del autor que, utilizando elementos de ficción, da a conocer hechos reales del actuar del imperio americano a través de la CIA en contra de gobiernos progresistas y organizaciones revolucionarias, muestra el trabajo de inteligencia y el uso del terrorismo para golpear en todo el mundo a los movimientos de emancipación, en particular, en nuestro continente, a Cuba y a sus patriotas.
Esta negra historia está llena páginas de sangre. Permanecen en la memoria de la nación las víctimas del terrorismo: 3.478 fallecidos y las 2,099 personas heridas como ha denunciado, el canciller cubano Bruno Rodríguez.
La novela transcurre en el hermano país del Perú, durante el gobierno progresista del militar Juan Velazco Alvarado, que impulsó grandes avances en su patria, cuando dirigió el país de 1968 a 1975. Proveniente de una familia de clase trabajadora de Piura, el 24 de junio de 1969, dictó la Ley de la Reforma Agraria que buscaba un reparto equitativo de la tierra, la distribución racional del agua y la elevación de la dignidad de los campesinos.
Además del petróleo, nacionalizó los demás recursos básicos del país: los yacimientos mineros (Cerro de Pasco, Marcona, Quellaveco y Michiquillay); y la industria pesquera. Golpeó a la oligarquía y al imperio poniendo bajo control directo del Estado la banca, las telecomunicaciones y los diarios. Hizo una amplia reforma educativa, que incluyó declarar al idioma quechua como lengua oficial, entre otros cambios estructurales para responder a las urgentes necesidades económicas y sociales del pueblo y adecuar al país a la coyuntura del mundo. En el aspecto internacional, entabló relaciones con los países del campo socialista, participó en el Grupo de los 77 o de los países en vías de desarrollo y se declaró antiimperialista. Implantó en el Perú lo que él llamó un «Socialismo de Participación Plena». Y por las reformas estructurales que implementó en el país, a este período se le denominó “Revolución peruana”.
El 8 de julio de 1972, Cuba y Perú, gobernado por Juan Velasco Alvarado, firmaron el restablecimiento pleno de sus vínculos oficiales tras más de una década de interrupción por la política estadounidense de propiciar el aislamiento de Cuba.
Lima y La Habana retomaron así una relación con profundas raíces históricas pues hay que recordar que el presidente peruano José Balta, quien gobernó entre 1866 y 1872 reconoció a la República de Cuba en armas, en un gesto de solidaridad con la causa independentista de la Isla.
La solidaridad entre ambos pueblos se manifestó cuando en enero de 1960, en la conferencia de cancilleres de la OEA en Costa Rica, que buscó aislar a Cuba, el canciller peruano, Raúl Porras Barrenechea, con audacia y de espaldas a las instrucciones de su gobierno, se opuso a la condena de la isla, dictada por Washington, como represalia por su opción socialista y la defensa de la soberanía que ha brillado como un faro en todo el continente americano.
Cuba respondió solidariamente con Perú tras el terremoto del 31 de mayo de 1970, que causó grandes estragos en gran parte del territorio, enviando una brigada médica a asistir a los damnificados, sin que hubiese relaciones oficiales, este gesto fue muy importante para impulsar la normalización de las relaciones entre ambos países. Los médicos cubanos llevaron la sangre donada masivamente por los cubanos siguiendo el ejemplo del comandante Fidel Castro. Además, una brigada de constructores edificó una red de hospitales en Áncash, la región más afectada. La solidaridad cubana llegó también tras los terremotos de Lima de 1974. Miles de profesionales peruanos, mayormente médicos, se formaron en Cuba, además, Perú ha recibido cooperantes cubanos en las áreas de educación, salud, deporte, cultura y otras.
Estas relaciones de solidaridad preocuparon enormemente a Washington, que a través de la CIA realizó un plan para sabotear las relaciones económicas entre los dos países: los convenios pesqueros, atacar a la misión diplomática y realizar un complot para derrocar al gobierno de Velasco a través de un golpe de Estado. No quiero contarles la historia porque es importante que cuando lean el estupendo libro En las alas del cóndor, no deje de sorprender su inesperado desenlace enmarcado en el golpe de Estado del 29 de agosto de 1975, encabezado por el general proyanqui Francisco Morales Bermúdez Cerruti que derrocó al general Velazco Alvarado.
Este libro que exhibe las actividades contrainsurgentes de la CIA, nos compete a todas las personas comprometidas con la lucha por la liberación nacional y social, para que tengamos claro que el enemigo no descansa y realiza labores de infiltración, sabotaje, división, constantemente, a través de los medios de comunicación e incluso por medio de agentes infiltrados en todas las esferas, desde el gobierno y las ONG´s , hasta dentro de los propios movimientos sociales y organizaciones políticas, para confrontar, provocar, agudizar contradicciones y mantener la fragmentación en el campo popular. Saben que un pueblo unido y organizado es invencible, por ello quieren la dispersión y el aislamiento de los agentes de la transformación. Basta decir que, como lo señala el libro, EU hasta financió a Sendero Luminoso en el Perú para atacar y desprestigiar el movimiento revolucionario.
En este libro se muestra cómo actúa la contrainteligencia cubana. Los hechos dejan muy claro que lo que ha hecho siempre es combatir el terrorismo y frustrar sus planes, Cuba salva pueblos, mientras Estados Unidos promueve el terrorismo. Desde hace décadas la Habana ha venido notificando al gobierno de Estados Unidos del actuar de los grupos terroristas en su territorio norteamericano y los nombres de los principales instigadores de actos violentos que actúan bajo sus narices.
Así se ha destacado Cuba en la lucha contra el terrorismo y por la búsqueda de la paz, pero el Departamento de Estado coloca a Cuba dentro de la lista arbitraria sobre los Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo. El gobierno de Estados Unidos y sus agencias de aplicación y cumplimiento de la ley, al igual que sus agencias de inteligencia, conocen con suficientes evidencias que es absolutamente falso que Cuba patrocine el terrorismo y que supuestamente no coopere con Estados Unidos en el combate al terrorismo.
Por lo contrario, desde hace 60 años son ellos quienes efectúan actos terroristas como el derribo del vuelo 455 de Cubana, que causó 73 muertos, por lo que sus acusaciones son cínicas e hipócritas. El atentado se efectuó el 6 de octubre de 1976, el avión Douglas DC- 8, de fabricación estadounidense, cayó al mar a consecuencia de dos explosiones mientras volaba a unos 5.500 metros de altura, minutos después de partir del Aeropuerto Internacional de Seawell, en la isla caribeña de Barbados. En el avión viajaban 11 ciudadanos de Guyana, cinco de Corea del Norte y 57 cubanos, entre ellos, los 24 miembros del equipo nacional juvenil de esgrima de Cuba, que regresaban a la isla luego de haber ganado todas las medallas de oro en el IV Campeonato Centroamericano y del Caribe de ese deporte, efectuado en Venezuela. El responsable del atentado fue Luis Posada Carriles, terrorista de la CIA que debe muchas muertes por sus sabotajes, fue absuelto en Texas, EE.UU.
Así como el presidente Joe Biden, liberó recientemente al terrorista Eduardo Arocena, quien dirigió el asesinato del diplomático cubano Félix García y otros muchos actos de sabotaje y violencia. Recientemente el Ministerio del Interior, dio a conocer un documento judicial con los nombres de 61 ciudadanos isleños y 19 organizaciones bajo investigación, buscadas por presunto terrorismo. Todos residen en Estados Unidos. Así el gobierno revolucionario de Cuba combate el terrorismo.
Han sido incontables las acciones violentas de la CIA, los ataques y asesinatos, los atentados contra embajadas y personal cubano, los golpes a la economía, al comercio y al sector agropecuario a través de plagas como el virus de la peste porcina, usando la guerra biológica; además del sabotaje al turismo y la explosión de bombas en comercios, hoteles, buques… No solo es el bloqueo, también el sabotaje y subversión a través de agentes pagados y publicitados por los grandes medios.
Al interior de la isla, el 28 de septiembre de 1960, se crearon los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) que constituyeron, desde su creación, la respuesta enérgica del pueblo cubano al terrorismo de Estado desatado por el gobierno de Estados Unidos, la CIA y el Pentágono contra Cuba. Fidel Castro declaró: “Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva. Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo y no saben la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo”. Y en el exterior patriotas cubanos trabajan en la contrainteligencia para detectar, alertar y evitar actos terroristas.
En la actualidad, casi medio centenar de gobiernos del mundo rechaza la inclusión de Cuba en la lista del Departamento de Estado de EE.UU., de países que patrocinan el terrorismo, tal como ha informado la Cancillería de la nación antillana.
Al reclamo se suman los pronunciamientos de repudio de movimientos, organizaciones, instituciones, activistas y personalidades internacionales, que califican esa designación de injusta y arbitraria, además denuncian sus consecuencias sobre la nación y las familias cubanas.
El incluir a Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo da pie a innumerables sanciones que aplica Washington unilateralmente. La persecución de las relaciones comerciales y de las transacciones financieras desde y hacia el territorio cubano, incide en todas las esferas de la vida. Igualmente, la medida coercitiva crea obstáculos adicionales para la entrega de asistencia humanitaria en un momento en que el país lidia con la escasez de productos básicos y suministros médicos, exacerbada por el endurecimiento de la política de bloqueo estadounidense.
Estados Unidos limita ostensiblemente o directamente prohíbe, incluso los intercambios de artistas, escritores, académicos, activistas y periodistas que residen en la isla. Paradójicamente, mientras mantiene a Cuba en ese listado, cobija en su territorio a grupos que organizan, financian y ejecutan acciones terroristas, con el propósito de subvertir el proceso revolucionario.
Los planes de acciones terroristas contra Cuba persisten. El lunes 8 de octubre de 2023, el Ministerio del Interior reveló detalles de una operación de infiltración frustrada recientemente por fuerzas especializadas de ese organismo, dirigida a realizar atentados contra objetivos económicos, sociales y militares con propósitos desestabilizadores. Algunos de los implicados en la organización, planificación y financiamiento de esa acción están incluidos en la lista nacional de personas implicadas en actos de terrorismo contra Cuba, entre ellos Willy González, al frente de la organización paramilitar Nueva Nación Cubana en Armas, cuya base está en la Florida. Hechos como éste han sido denunciados reiteradamente a las autoridades estadounidenses sin que se tomen medidas al respecto. El doble rasero de Washington ante el terrorismo devela su verdadera intención durante seis décadas de derrocar a la Revolución cubana. (Para comprar el libro comunicarse al 55-1652-7634.)