Del 29 de noviembre al 1º de diciembre de 2021 se celebró el VII encuentro del Grupo Puebla, líderes progresistas de América Latina llamaron en México a profundizar la lucha contra la desigualdad tras la pandemia. El encuentro del Grupo de Puebla reúne a mandatarios y expresidentes, a 200 líderes de 19 países para debatir un modelo de desarrollo alternativo al neoliberalismo en la región.
No es para menos, la situación es alarmante pues la inseguridad alimentaria en América Latina se duplicó con la pandemia. Debido a la falta de dinero, uno de cada cuatro hogares en la región ha pasado hambre en los últimos 30 días. El problema se agravó en los países con mayores niveles de desigualdad y pobreza según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. El hambre en América Latina y el Caribe está en su punto más alto desde 2000, después de un aumento de 30 por ciento registrado entre 2019 y 2020 en las personas que enfrentan inseguridad alimentaria, lo que representa 13.8 millones de habitantes.
De modo que la ONU alerta que padecen hambre 59.7 millones de personas en América Latina, mientras que en la misma América Latina y el Caribe el Patrimonio de los multimillonarios aumentó 40% durante la pandemia.
Nuestros pueblos provienen de grandes civilizaciones originarias, cuentan con pueblos trabajadores, recursos materiales, y capacidad, pero el colonialismo y el neocolonialismo han saqueado nuestras riquezas. Hoy en varios países la oligarquía quiere mantener esa vieja situación.
Pero América Latina está en movimiento. Han triunfado en las elecciones gobiernos progresistas en México con Andrés Manuel López Obrador, Bolivia con Luis Arce, en Perú Pedro Castillo, en Argentina que preside Alberto Fernández, en Chile se logró convocar a un nuevo constituyente.
En las elecciones de Honduras. Xiomara Castro del Partido Libertad y Refundación (Libre) ganó con 20% de diferencia. Ya el partido oficialista reconoció su triunfo. Esto da un giro a la situación, pero no es estable, siempre la derecha está al acecho y en cuanto puede revierte los procesos de avance. Como sabemos en Honduras se desarrolló un golpe “blando” en 2009 cuando el presidente democráticamente electo Manuel Zelaya había convocado a un plebiscito para llamar a una Asamblea Nacional Constituyente En la madrugada del 28 de junio soldados encapuchados irrumpieron en la residencia presidencial y secuestraron al presidente llevándolo a una Base de la Fuerza Aérea al sur de Tegucigalpa, para luego deportar a Costa Rica a pesar de que la deportación está expresamente prohibida por la constitución de Honduras.
Honduras ha sido un país dominado por EU, quien tiene ahí la Base Militar del gobierno norteamericano conocida como Palmerola y se usa normalmente para para “misiones de colaboración” con países del área, asistencia humanitaria y “operaciones antidrogas”. En realidad, opera en contra de Cuba, Nicaragua y Venezuela, como bastión yanqui en Centroamérica. Estados Unidos mantiene una base militar en Soto Cano, ubicada a 97 kilómetros de la capital, operativa desde el año 1981, cuando fue activada por el gobierno estadounidense durante la administración de Ronald Reagan. Fue usada por el coronel estadounidense Oliver North como una base de operaciones de la “contra”, las fuerzas paramilitares entrenadas y financiadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para enfrentar los movimientos populares en Centroamérica, y particularmente contra la Revolución Sandinista.
Desde 2009 han proliferado en Honduras, las protestas, el olor de llantas quemadas, pólvora y bombas lacrimógenas, las movilizaciones en contra del gobierno ilegítimo, así como los actos represivos del gobierno. El actual presidente Juan Orlando Hernández ha sido denunciado ante la ONU en reiteradas ocasiones por violar derechos humanos.
La candidata triunfadora Xiomara Castro aseguró en Honduras que su victoria supone terminar con “la corrupción, el narcotráfico y los escuadrones de la muerte”. Xiomara, ha asegurado que no fallará “a las mujeres” y que exigirá respeto para ellas. Zelaya denuncia que la actual gestión presidencial intenta «imponer un sistema de terror militar con sus políticas de seguridad, donde ya prácticamente desaparecieron fundamentales derechos civiles». Y es que la ONU ha informado que la muerte violenta de mujeres pone a Honduras en el primer lugar de femicidios de países que no están en guerra en el mundo. Muy conocidos han sido los asesinatos de Bertha Cazares, ecologista, de Margarita Murillo líder histórica de la lucha campesina y de cientos de mujeres y de campesinos.
La represión, la violencia, la proliferación de grupos criminales en Honduras y en otros países de Centroamérica han provocado una ola incontenible de personas que migran buscando seguridad en Estados Unidos. En México es visible el aumento de migrantes de Honduras, y muchos de El Salvador, Guatemala y últimamente de Haití. Las políticas neocoloniales de Estados Unidos, las potencias y sus corporaciones han provocado marginación, violencia, narcotráfico, desapariciones que producen olas incontenibles de refugiados, tal como lo hemos testificado en los últimos años. Los migrantes en Estados Unidos sirven como esclavos modernos y permiten a las corporaciones abaratar el costo de la mano de obra de ese país, además que buscan dividir a los trabajadores entre “legales” e “ilegales” para mantener la desunión de la clase obrera e impulsar el racismo y la discriminación de parte de los trabajadores de Estados Unidos en contra de los trabajadores de Centroamérica, Sudamérica y el Caribe.
En Chile el candidato de izquierda a las presidenciales, Gabriel Boric aventaja a su rival, el ultraderechista José Antonio Kast con 6 puntos de cara a las elecciones del 19 de diciembre. Según la encuesta Plaza Pública, del centro de estudios Cadem. Y Lula está bien posesionado para ganar la presidencia de Brasil el año que viene.
Aun así, las tensiones son fuertes, durante la inauguración en la Ciudad de México del séptimo Encuentro del Grupo de Puebla, en el cual están personajes emblemáticos de la izquierda iberoamericana, se advirtió sobre el avance de la ultraderecha y los riesgos para gobiernos progresistas de la región. Ya se han vivido los golpes de Estado, “golpes blandos” en Honduras contra Manuel Zelaya, esposo de Xiomara Castro el 28 de junio de 2009, ese mismo año en Paraguay sufrió la misma suerte el presidente Fernando Lugo, en Brasil el golpe fue contra Dilma Rousseff el 12 de mayo de 2016, a pesar de que habían votado por ella 54 millones de brasileñas y brasileños, además recordemos el golpe en Bolivia contra Evo en noviembre de 2019. Por eso Dilma ha declarado al Periódico La Jornada que el error más grande es dar por garantizada la democracia. Los pueblos deben de estar organizados y unidos para enfrentar los embates de las corporaciones y la derecha que defiende sus intereses, y profundizar las medidas transformadoras para poner a la gente en acción.
Y en otros países como Ecuador y Colombia gobierna la oligarquía. Pero existen fuertes movimientos de resistencia. En Colombia no cesa la ola de violencia y los asesinatos. El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz ha denunciado que a la fecha se han perpetrado 89 masacres en Colombia durante el 2021. En el presente año se han asesinado 155 líderes sociales y desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016 a la fecha, han sido ultimados 1.270 líderes. Por su parte Venezuela ha tachado la producción y distribución de drogas por parte de Colombia como una amenaza para la región y para el mundo. La oligarquía se ha convertido en una amenaza, no solamente regional, sino para todo el mundo en la producción y la distribución de drogas. Por eso desde hace dos años se organizan grandes movilizaciones en Colombia desde hace dos años. Este año en mayo y junio se sostuvo un Paro Nacional en Colombia exigiendo justicia y un cambio de modelo económico.
En el Caribe hay grandes noticias, La reina Isabel II, de 95 años, pierde su joya en el Caribe. Barbados es la isla de las Antillas en el Mar Caribe. La isla se la adueñaron los propietarios de esclavos ingleses en 1627, e introdujeron el brutal sistema de esclavitud para administrar las plantaciones de azúcar. En Bridgetown su capital residía un gobernador general representante del monarca inglés. Fue Jefa de Estado durante 68 años. La declaración de la República es histórica. Esperemos que Canadá siga su ejemplo, pues también tienen a la monarca como Jefa de Estado todavía. Por cierto, en Canadá la Real Policía Montada de Canadá, por órdenes del primer ministro liberal Justin Trudeau, reprime, desaloja y detiene activistas y miembros de la comunidad Wet’suwet’en, en resistencia pues sus territorios se encuentran al acecho por la construcción del gasoducto Coastal GasLink. Ahí mismo hay huelgas como en la Universidad de Manitoba, o en todo el personal de los centros infantiles de Quebec.
Estados Unidos vive también una ola de huelgas, más de 176 este año, 17 de ellas sólo en este mes de octubre. Los trabajadores piden mejores sueldos ante la inflación desencadenada, al 5,4%, y de acuerdo con los astronómicos beneficios de empresas como John Deere, que tiene a 10.000 trabajadores en huelga, o a Kaiser Permanente, con 31.000 empleados secundando la huelga.
“Observamos como los trabajadores protestan y ejercen colectivamente sus derechos para luchar contra las corporaciones que no comparten la riqueza que los trabajadores han contribuido a crear”, dice Liz Shuler, la presidenta del principal sindicato del país, AFL-CIO. Además, los trabajadores de Amazon se han estado organizando y se organizó una gran huelga de los trabajadores de Amazon en 20 países en el “Black Friday”, el día más comercial del año en Estados Unidos.
En el Encuentro un punto nodal es la discusión de la situación en Venezuela y Cuba, oponiéndose a sanciones y bloqueos y también se debatirá la eliminación de sobretasas del Fondo Monetario Internacional reclamadas por Argentina y México en el G20. Con lucha, trabajo y organización los pueblos de nuestra América lograrán la liberación nacional y social y la renovación democrática.