Mientras exista el mundo no acabará la fama y la gloria de México-Tenochtitlan… El año 2025 se cumplen 700 años de la fundación de esa gran ciudad o Hueyi Altepetl.
Cuauhtémoc llegó a ser Hueyi Tlahtoani (Gran Tlatoani) de México-Tenochtitlan, donde se educó y absorbió su rica cultura. ¿Qué significa pertenecer a esa gran cultura?
Desde que llegó a la tierra de su padre y de su abuelo, aliados de Zompancuahuithli, luego llama do Ixcateopan, Cuauhtémoc vivió el esplendor de una civilización originaria, una de las cinco que han existido en el mundo: la del Anáhuac, la Mesopotamia, la china, la del valle del Indo y la quechua o inca. Aquí se desarrolló una civilización absolutamente distinta a la europea y a la asiática.
En esa cultura creció nuestro héroe, desarrollando costumbres diametralmente diferentes a las de los europeos que vendrían a invadir nuestras tierras, aquí privaba la comunidad y la ayuda mutua, el respeto, la hospitalidad y el valor de la palabra dada.
Cuauhtémoc asimiló la experiencia de miles de años de convivencia social en su tierra paterna, ya que desde hace 10.000 años se había comenzado a poblar la cuenca de México. Tlatilco, Cuicuilco y Copilco fueron de los primeros asentamientos.
El niño se encontró en un lugar que tenía profundas raíces urbanas. En el valle de México, hace 2.000 años existían ya aldeas en Azcapotzalco y en Culhuacán. De Aztlán salieron huejotzincas, cuitlahuacas, chalcas, colhuas, tepanecas, tlahuicas, tlaxcaltecas, xochimilcas y mexicas, peregrinaron 300 años, y la mayoría se asentó en la cuenca de México: los huejotzincas se fueron por Puebla y los tlahuicas por Cuernavaca. Todos son aztecas: los últimos en llegar fueron los mexicas, que también eran aztecas, pero no los únicos. Primero llegaron los xochimilcas a la ribera del lago Xochimilco, luego los chalcas, los tepanecas, los colhuas, tlahuicas, etc. Cuauhtémoc era azteca, por herencia paterna, pero primero que todo, mexica.
Los mexicas fueron los últimos en llegar a la cuenca de México. Luego de haberse radicado en Chapultepec y Culhuacán, se asentaron en una pequeña isla que pertenecía a Azcapotzalco, donde el tlahtoani Acolnahuacatl, quien fuese el padre de Tezozómoc, les dio permiso de poblarla. Era insignificante, pedregosa y llena de serpientes: sus vecinos consideraban que no valía nada. Los mexicas construyeron un gran altépetl (poblado) que floreció sobre esa base.
Cuando llegó Cuauhtémoc, encontró una gran ciudad lacustre levantada con inventiva y esfuerzo. Los laboriosos mexicas aprendieron de los xochimilcas, que llegaron previamente a construir chinampas. Así pudieron extender grandemente la isla. Originalmente se crearon cuatro calpullis: Atzacoalco, Teopan, Moyotla y Cuepopan; luego, de cada uno de ellos se derivaron cinco calpullis.
Cuauhtémoc se admiró al conocer las chinampas instaladas dentro del lago y que eran muy productivas. Para hacerlas, colocaban grandes piedras, luego pequeñas, añadían tierra, las rodeaban con estacas y las amarraban con mecates a los árboles ahuejotes. Ahí sembraban y cosechaban abundantes frutos, ya que nunca les faltaba el agua, además, así hicieron crecer la ciudad de manera impresionante, en medio de una red de canales y se transportaban en acallis o lanchas.
Como también sucedía en Ixcateopan, toda la cuenca tenía como base los calpulli familiares, que se unían en los llamados icniuhyotl (hermandades) para formar pueblos (Romerovargas, 1957). Todos los pueblos tenían la cultura del maíz. Eran auto suficientes en la alimentación, pues en los calpulli todos producían maíz, frijol, calabaza y chile, entre otros alimentos, y cada cual tenía una especialidad.
Parte de la admiración de Cuauhtémoc al llegar al hueyi altepetl fue la maravillosa arquitectura, pues en Tenochtitlan se construyeron grandes calzadas y se urbanizó el espacio. Muchas de las grandes avenidas actuales son precuauhtémicas, por esas mismas calzadas anduvo Cuauhtémoc hace más de 500 años: México-Tacuba, Tacuba-Azcapotzalco, Camarones-Tlalpan, Iztapalapa, Vallejo, Tepeyac, Nonoalco-Tlatelolco, Misterios-Guadalupe-Tenayuca; también lo que hoy es Melchor Ocampo.
Se hicieron grandes obras hidráulicas, acueductos como el de Huitzilopochco (Churubusco) y el de Chapultepec, además del albarradón de Nezahualcóyotl de 16 km para separar el agua salada de la dulce. La increíble innovación en su desarrollo sorprendió a Cuauhtémoc y maravillan hasta el día de hoy. Esas grandes obras de ingeniería fueron impulsadas por Nezahualcóyotl, quien fuese abuelo de Moctezuma Xocoyotzin; su hija Xochicueyetl era la madre del tlahtoani, el querido tío de Cuauhtémoc.
Además de las grandes obras hidráulicas, había sistemas sencillos de canalización de arroyos y manantiales, redes de canales de riego y acequias abastecidas por el caudal de las aguas de los ríos hasta las calzadas-dique y albarradas. Desde hace siglos la población tuvo gran cuidado y experiencia en el manejo del agua.
Pudo admirar Cuauhtémoc cómo los pueblos circundantes de la zona lacustre de la cuenca de México convivieron con la enorme riqueza de los lagos y su entorno. Se sorprendió de conocer tantos poblados y un espacio con tanta actividad, puesto que en la cuenca había alrededor de 60 altépetl que eran centros urbanos con diversos pueblos o icniuhyotl y que hoy son parte de la Ciudad de México: Xochimilco, Tlalpan, Coyoacán, Cuajimalpa, Mixcoac, Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac, Tacuba, Tizapán, Azcapotzalco, Tultitlán, Cuautitlán, Chimalhuacán; todo un mundo se abrió ante los ojos del jovencito que había crecido en la sierra agreste de lo que hoy es Guerrero.
Aunque ya había escuchado de su abuelo, su madre, su padre y de tanta gente todo lo que contaban sobre México-Tenochtitlan, no dejó de sorprenderse. Se sentía orgulloso de que Ixcateopan formara parte de la Triple Alianza y de todo lo que en conjunto tantos pueblos aliados habían logrado construir. La ciudad tenía tres tipos de calles: unas de tierra firme, otras que eran los canales por donde circulaban canoas, y las terceras, que tenían forma mixta: una parte la constituían camellones sólidos adosados a los edificios, por los que caminaban las personas, mientras la otra mitad, llamada bordo, se destinaba a la circulación de embarcaciones. Además, todas las calles tenían nombre. León Portilla señala que lo habían ido recibiendo casi siempre en función de sus características propias. Ejemplo de ello son: Cihuateo Caltitlan (al lado del templo de las diosas), Tecpan Caltitlan (al lado del palacio), Temazcaltitlan (al lado de los temazcales), Tomatlán (donde abundan los tomates), Zapotlán (donde abundan los zapotes), Atenantitech (junto al bordo de agua) Acatitla (al lado de las lanchas), Acolco (donde se tuerce el agua o la acequia). (León Portilla, 1993). Todos estos nombres desaparecieron con la colonización española porque hacían referencia a los templos que fueron derribados por el salvaje invasor.
Cuauhtémoc pertenecía al calpulli de su padre Ahuízotl hijo del que había sido tlahtoani del mismo nombre. Como se dijo, cada calpulli, además de su labor agrícola, se especializaba en alguna actividad: siembra de flores, tomates, herbolaria y magia, artesanía, comercio, transporte por los lagos, etc. Uno de los calpulli se especializaba en el gobierno, ahí le tocó crecer y desarrollarse al pequeño nieto del tlatoani Ahuízotl y sobrino de Moctezuma Xocoyotzin.
Dentro de su familia conoció a su tío Cuitláhuac, quien siempre lo asombró por su valentía y decisión. Lo veía y quería ser como él: firme y audaz, además era muy cercano a su tío Moctezuma, un hombre sabio y valiente.
Vivir en Tenochtitlan fue un privilegio para el joven porque ahí se desarrollaron la educación y salud gratuitas. Cada persona, niño o anciano era protegido por su calpulli, y el gobierno se responsabilizaba en caso de pandemias, inundaciones o sequías. Hubo zoológicos y jardines botánicos antes que en Europa.
En Tenochtitlan se desarrollaron la arquitectura y la ingeniería, la comunicación entre los altépetl; el comercio y el intercambio eran incesantes. Como Tacuba, Texcoco y México-Tenochtitlan hegemonizaban a los demás pueblos de la zona, ahí se concentraron muchos de los avances de su época. Todos los pueblos originarios de lo que hoy es México, en mayor o menor grado gozaban de esa civilización y contribuían a engrandecerla a través de la unión de muy diversos pueblos en muchos lugares.
Era una gran sociedad, y Cuauhtémoc sabía que su calpulli familiar era responsable de defender esta civilización que había que desarrollar aún más. Por eso, años más tarde se hizo cargo de encabezar la lucha contra los invasores europeos que llegaron a devastarla brutalmente. Hubo una gran destrucción, pero, como dice el poema náhuatl anónimo: “Arrancaron nuestros frutos, cortaron nuestras ramas, quemaron nuestro tronco, pero lo que no pudieron matar fueron nuestras raíces”.
Si hay algo importante y fundamental en la cosmovisión de los pueblos originarios, es que defiende su cultura e identidad, que existe y permanece a pesar de todo el sufrimiento de nuestra tierra y nuestra gente. En la base de esa identidad está Cuauhtémoc. Los mexicanos de hoy hemos de defender nuestra raíz, cultura e identidad como lo hizo valientemente nuestro héroe chontal-mexica.