Conozcamos el contexto de la crisis de Ucrania y Rusia. La propaganda de EE.UU. y sus medios, siempre se fija en lo que está sucediendo ahora y no nos da la película completa. Si EE.UU. y sus aliados intimidan a un país hasta que no pueda soportarlo más y contraataca, solo escuchas que contraatacan, no lo que vino antes. Es necesario para comprender la crisis actual conocer los antecedentes.
En 2013, el presidente de Ucrania Yanukovich dirigía el partido más importante de Ucrania, buscaba convivir pacíficamente con Rusia. Para contraponer a ambos países, EE.UU. y la OTAN invirtieron 5,000 millones de dólares para acción y propaganda de cientos de Organizaciones No Gubernamentales para fomentar el descontento. Desde que Ucrania se independizó y comenzaron las privatizaciones y políticas neoliberales a favor de unos cuantos se desencadenó una crisis económica que provocó la emigración de 12 de los 53 millones de habitantes.
En 2014, Yanukovich iba a aceptar un préstamo de Rusia, que no gustó a EE.UU. ni a la Unión Europea, los sectores de ultraderecha y neonazis atizaron el descontento popular. La población de Ucrania estaba dividida sin una mayoría clara entre quienes se inclinaban por Occidente y los que apoyaban a Rusia, pero en Kiev el 75% de la población era antirrusa. Ahí comenzaron las manifestaciones en la Plaza de Maidan, que pronto se tornaron violentas. EE.UU. buscaban el “cambio de régimen”. Descaradamente el senador John McCain fue a Maiden a alentar las protestas, la Subsecretaria de Estado de EE.UU. Victoria Nuland, en las manifestaciones armadas repartía dulces. Por su parte, John Kerry el secretario de Estado instó a «los ucranianos a decidir su futuro”.
Hubo disparos y la situación se salió de control. En una grabación entre la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el Ministro de Exteriores estonio Urmas Paet, quien confirmó la autenticidad de la grabación, afirmó que era evidente que detrás de los francotiradores no estaba la policía sino los opositores. Luego comenzó el ataque a los edificios gubernamentales. El presidente Yanukovich optó por huir del país. El golpe triunfó y llegó al poder Yatsenyuk, de extrema derecha antirrusa. La nueva ministra de Finanzas fue Natalie Jeresko, nacida en Illinois EE.UU. y el hijo de Joe Biden asumió un cargo en la junta directiva de la mayor compañía de gas natural del país ganando 50 mil dólares al mes. Así avanzó la campaña de Estados Unidos y la OTAN para rodear militarmente y poner en jaque financiero a Rusia.
El nuevo gobierno golpista aprobó la Ley de Idiomas. El ruso uno de los idiomas oficiales e idioma principal de un tercio de la población en Ucrania se eliminó como idioma oficial, y obligaron a las escuelas a enseñar solo en ucraniano, incluso en áreas de habla rusa, los letreros de las calles y todos los documentos oficiales estarían en ucraniano. El Partido de las Regiones, el más grande de Ucrania, fue prohibido. Esa es la “democracia” que implementaron.
Hubo en 2014 gran oposición al golpe y a la acción de los neonazis, en el centro y el oriente del país. En Odessa, la gente se inconformó y estableció un campamento de protesta fuera de la Casa de los Sindicatos. El 2 de mayo de 2014 una multitud de fascistas atacaron a los manifestantes contra el golpe, usaron cócteles molotov, incendiaron el edificio, dejaron 46 muertos, 214 heridos y 172 detenidos. La policía arrestó a las víctimas no a los agresores.
Las protestas contra el golpe ocurrieron también en Crimea y en las regiones de Donbass. Crimea había sido parte de Rusia durante cientos de años, desde 1774, pero en 1954, Jruschov, el primer ministro soviético que nació en la frontera con Ucrania y dirigió la República de Ucrania de 1938 a 1949, estaba luchando por el poder absoluto y les regaló Crimea, para obtener aliados.
Después del golpe de 2014, el pueblo de Crimea protestó y convocó a un referéndum y el 95% votó a favor de regresar a Rusia. Pero en los medios se habla siempre de la “invasión de Rusia”.
En Donetsk y Lugansk, establecieron su propio gobierno autónomo, creando milicias para defenderse del ejército ucraniano y los combates siguieron. A pesar del acuerdo de Minsk, Ucrania mandó 150.000 soldados allí. 14.000 personas han muerto en los combates en Donbass.
Toda esta situación ha provocado la explosión de un conflicto que amenaza con un enfrentamiento nuclear. EE.UU, se dice que tiene en un alto estado de alerta 400 misiles intercontinentales balísticos (ICBM) que siempre están listos para atacar. Rusia, al igual que EE.UU., mantiene sus ICBM terrestres siempre armados y en un alto estado de preparación. EE.UU. y Rusia tienen siempre en alerta máxima alrededor de 2.000 armas nucleares cada una, pero su arsenal es de más de 5.000 cada uno. En Europa el arsenal de EE.UU. incluye al menos 100 armas nucleares en Europa, en cinco países de la OTAN: Alemania, Italia, Turquía, Bélgica y los Países Bajos, con bombarderos listos para desplegarlos. Esto pone en grave peligro a los pueblos de estos países y a toda Europa.
La campaña de los EE.UU. y sus medios de comunicación belicistas para que se centre ahora la atención en las armas nucleares es también un medio que utilizan para marginar a la gente y paralizar su resistencia, así como para desviar la atención de los crímenes de EE.UU. y de la OTAN en todo el mundo, en Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia, Siria y su papel provocador en la creación de Ucrania como su base avanzada contra Rusia, comenzando con el cambio de régimen de 2014 que trajo un gobierno vinculado a los intereses de EE.UU. y de la OTAN. Y quieren que todos nos sumemos entusiastas a sus planes de guerra que los medios de comunicación presentan como libertadores.
Además, el 24 de enero, la OTAN anunció que sus aliados estaban poniendo sus fuerzas en “estado de alerta” y enviando buques y aviones de combate adicionales hacia el este de Europa para reforzar el flanco oriental. Biden mandó 10.000 tropas adicionales, en alerta máxima listas para desplegarse en Europa, además de los 30.000 soldados ya estacionadas en Alemania y los 30.000 ya establecidos en Polonia, entre otras. Esto incluye a los de la Fuerza Aérea, que son en gran parte las responsables de lanzar armas nucleares, así como a 3.000 militares de los EE.UU. del 82º aerotransportado del Ejército que ya ha sido desplegado en Polonia, estacionándolas en la frontera con Ucrania.
Se está jugando con fuego, mandan cientos de millones de dólares en armas y armamento entregados a Ucrania. Con esta política de llevar las cosas al límite, para medir la respuesta de Rusia y su disponibilidad para atacar,
Pese a sus compromisos a defender a Ucrania en el caso de un ataque de Rusia, ninguno de los líderes occidentales ha abogado por una intervención militar liderada por la OTAN para defender a Kiev, de manera que el propio Zelenski reprochó que Occidente le ha dejado “solo” ante el operativo militar ruso lanzado desde el 24 de febrero.
La OTAN asegura que no quiere “ser parte del conflicto con Rusia en Ucrania” y rechazó la petición de Zelenski para crear una zona de exclusión aérea en Ucrania, porque a su juicio el derribo de aviones rusos significa un conflicto directo con Moscú que provocaría una “guerra total en Europa”. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, reafirmó que cualquier declaración de terceros para crear una zona de exclusión aérea sobre Ucrania sería tomada como una participación en el conflicto armado. Y ahora la OTAN deja sola a Ucrania: No tenemos planes de enviar tropas, dicen, pero sí están llegando 20,000 mercenarios extranjeros que se presentan como “voluntarios”.
Pero las corporaciones sí que hacen el gran negocio. Desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, en una semana, el valor de las 15 empresas armamentistas con mayores ventas del mundo –de las que 9 son estadunidenses– y que cotizan en alguna bolsa de valores, se disparó en alrededor de 81 mil 500 millones de dólares, revelan datos de mercado de las diferentes compañías.
Rusia ha dejado claro que sus acciones militares en Ucrania pararán al momento si Kiev cumple con sus condiciones: consagrar la neutralidad, el reconocimiento de Crimea como territorio ruso y a las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk como territorios independientes. Consideremos que el Ejército de Ucrania ha llevado a cabo tan solo durante el día viernes 4 de marzo 33 bombardeos con armas pesadas en los territorios de la República Popular de Lugansk, según ha informado la Milicia Popular de RPL en un comunicado. También advierte que el envío de armas extranjeras a Ucrania conduciría a un colapso global.
La guerra ha traído efectos terribles. Además del desastre humanitario que se desarrolla en Ucrania, los combates han provocado un aumento de los precios de la energía en todo el mundo y una caída de las existencias, y han amenazado el suministro de alimentos y los medios de subsistencia de las personas de todo el planeta que dependen de los cultivos de la fértil región del Mar Negro.
El Precio de gasolina en EE.UU. registró un aumento de 11% para el 7 de marzo y llegó a máximos no vistos desde finales de julio de 2008, en medio de las tensiones entre Rusia y Occidente. El mayor exportador de petróleo del mundo es Rusia pero EE.UU. ha prohibido la importación de su petróleo y gas
Debido al conflicto, el precio del petróleo que ya rebasa los 130 dólares podría terminar el año en 185 dólares por barril si el suministro ruso continúa interrumpido tras el conflicto con Ucrania, ha alertado un informe Analistas de JP Morgan y el está mundo a puertas de una crisis alimentaria mundial y suben el precio como nunca en 14 años. El trigo y el maíz suben sus precios pues Rusia es el primer exportador y Ucrania el cuarto.
En la situación actual, es nuestro deber oponernos al belicismo, las mentiras y la desinformación, exigir que los EE.UU. y la OTAN se abstengan de lanzar la guerra, contra Rusia y dejar de usar a Ucrania como base de avanzada para provocar y aislar a Rusia. Exijamos el fin del conflicto, desmantelar a la OTAN y a todas las bases extranjeras, renunciar a los Pactos Agresivos, promover el respeto a la soberanía de los pueblos y la paz en todo el mundo.