A unos días de que se realice la consulta para la revocación de mandato, el debate sigue y la gran duda es la participación ciudadana.
La revocación de mandato es un hecho histórico en nuestro país, un logro democrático y una gran oportunidad de expresar la decisión de que el presidente de México continúe o no con su gestión. Sin embargo, el proceso para su realización está plagado de irregularidades desanimando a participar a una buena parte de la población al considerarlo como ejercicio tramposo.
La realidad es que hay una pugna fuerte entre el abstencionismo y la fuerza operativa de los morenos para acarrear el voto, y en medio, el ciudadano decidido a externar su deseo a que el presidente se vaya ya.
El problema es que los mexicanos no tenemos una oposición organizada que garantice la asistencia a la consulta y acercarnos a la posibilidad de reunir la cantidad de votos necesarios para vincular la revocación.
En el fondo la pregunta es, ¿qué se busca: revocar o ratificar? La ley habla de revocar, pero los morenos y el presidente quieren ratificar.
AMLO usa dos caretas, la del provocador al voto de los fifis y conservadores y la del verdadero demócrata que no teme, y por eso la pide, la evaluación del pueblo.
Entre los argumentos para el abstencionismo está la diferencia entre la participación en esta consulta y la votación para elegir puestos populares. En la primera, la no participación envía el mensaje de continuidad al no haber vinculación. En la segunda, votaciones electorales, se trata de evitar que otros decidan por uno.
De igual forma, se señala la trampa de la pregunta de la boleta ya que no era necesaria la inclusión de la ratificación. Así mismo, la solicitud del ejercicio de consulta siempre surge de la oposición no del que será evaluado.
El fin de semana pasado hubo marchas a favor y en contra de la revocación en diferentes ciudades del país. Las marchas contra la revocación de mandato incluyeron textos como “No vamos (a votar). Terminas y te vas. Exigimos salud, seguridad, empleo, educación, respeto a la Constitución”; “¡Yo defiendo al INE!” y “En defensa de la democracia”.
Entre las opiniones de los manifestantes está: “Venimos a apoyar la marcha porque estamos en completo desacuerdo en la revocación de mandato ya que la convirtieron en una ratificación y en un medio de división y de confusión para la sociedad”, dijo Diana, integrante de la organización Ciudadanos con causa justa, que promueve la protesta.
“Convocamos a dejar urnas vacías, yo no voy el 10 (de abril) lo dejó solo (al presidente) porque después vamos a ir a las urnas el 5 de junio para votar en las elecciones ordinarias para las (seis) gubernaturas en disputa, vamos a sacar a la gente a votar, esa sí es una votación, esta es una consulta que la convirtieron en una farsa”, agregó la activista.
A las personas que participaron en las manifestaciones en contra de la revocación, AMLO las calificó como aspirantes a fifis y conservadores de moronga azul. “Salieron a decir que no se participara y fue muy interesante porque son sectores conservadores que no están de acuerdo con el programa de transformación, ese es el fondo, y no son fifis, son como aspirantes a fifis, pero son bastantes” dijo.
“…Son groseros y muy racistas y clasistas, discriminatorios…es un prototipo, o sea, muy individualistas y también muy faltos de información…son muchísimos, millones, afortunadamente también hay millones de mexicanos que quieren la transformación, sobre todo la gente humilde, la gente pobre” expresó.
“Un buen demócrata, lo he dicho varias veces, no es el que está pensando solo en ganar siempre…es el que quiere establecer la democracia como forma de vida, que sea el pueblo el que mande…¿qué clase de demócratas son si existe un ejercicio de participación democrática, de democracia participativa y no se acude?…los otros (los que convocan a la no participación) están pues demasiado calculadores, selectivos, ‘me conviene la democracia, pero en estas condiciones, si no voy a ganar no hay democracia’, comentó en una de sus mañaneras.
Lo cierto es que Andrés Manuel conserva en niveles altos su aprobación popular, desde que inició su mandato no ha bajado del 60 por ciento y en algunos estados como Tabasco, Oaxaca, Guerrero, Sinaloa y Nayarit llega hasta 80.
Según una encuesta de SIMO Consulting, para El País, el 74 por ciento de los votantes se muestra favorable a que el presidente termine el sexenio y rechaza que deje su cargo antes de las elecciones de 2024. Un 24 por ciento quiere que se le revoque el mandato.
“La consulta histórica para apoyar a nuestro presidente será una realidad. Este 10 de abril, vamos a votar que siga AMLO”, es el texto en los volantes repartidos para participar en la consulta.
La gran incógnita es la participación.