Alguien, o los ciudadanos o los políticos, no estamos viendo el panorama completo ni dimensionando los impactos en la democracia y funcionamiento de la sociedad mexicana con respecto a las reformas constitucionales del poder judicial y los organismos autónomos, propuestas relacionadas con la integración del Congreso de la Unión con los plurinominales.
Muchas preguntas, pocas respuestas.
¿Será que el pluralismo político que debe imperar en la distribución de los legisladores plurinominales, de acuerdo con el artículo 54 de la Constitución, se puede interpretar “a modo”?
¿Será que el diálogo deliberativo que se supone caracteriza a nuestra democracia, desaparecerá si Morena y aliados obtienen la mayoría en la Cámara de Diputados?
¿Habrá posibilidades de que la impugnación presentada por PRI y PAN sobre el criterio de asignación de diputados de representación proporcional que dio mayoría calificada a Morena y aliados en la Cámara de Diputados avance?
¿Será que los tres escaños que le faltan a Morena y aliados en el Senado para alcanzar la mayoría calificada puedan ser comprados? ¿no hay oposición en México?
¿La aprobación de todas sus iniciativas de reformas será un gran reglo de despedida para AMLO, como dijo Mario Delgado actual líder de Morena?, ¿será que como dijo son “tiempos estelares …un gran homenaje para el gigante de la historia de nuestro país como seguramente no vamos a conocer en muchas generaciones”?
¿Será verdad lo que dice Mario Delgado sobre que la reforma al poder judicial equivaldrá a tener justicia como parte de la cotidianidad? ¿Libre de influencias? ¿Qué lo hace estar tan convencido?
¿Será que efectivamente es una “burda actitud intervencionista” como calificó AMLO la opinión de Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, quien se expresó dispuesto a dialogar con el gobierno mexicano para intercambiar opiniones sobre la elección de jueces a través del voto en las urnas?, ¿fue una declaración de Ken “desafortunada e imprudente” como refería la nota diplomática enviada al gobierno de Estados Unidos?, ¿por qué se resiste AMLO al diálogo para calmar las inquietudes que puedan afectar las inversiones externas?
¿Será que los gobiernos de Canadá y Estados Unidos ofrecerán las disculpas que pide AMLO, para así levantar la “pausa” a sus embajadas en México? ¿Todo por opinar y expresar preocupación sobre la reforma judicial? ¿Apoco no se puede opinar entre socios? ¿Qué pausa pondrá AMLO a los organismos y empresas mexicanas que no aprueben las reformas?
¿Será que tienen razón los especialistas, periódicos y organismos internacionales cuando señalan que las reformas constitucionales que impulsa el presidente son una amenaza potencial para la democracia de México?
¿Será efectiva la petición de mil 100 jueces y magistrados federales a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para intervenir, de acuerdo con sus atribuciones derivadas del artículo 41 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH), en la suspensión de la reforma judicial porque apunta a un “golpe de estado técnico” que convertiría al País en una dictadura?
¿Será que los organismos autónomos son innecesarios? ¿Apoco sus funciones las pueden realizar otras dependencias públicas? ¿No son entidades que actúan de manera autónoma, sin estar bajo el control directo de los poderes tradicionales del Estado, para garantizar y evitar interferencias políticas o influencias externas que puedan comprometer su imparcialidad o eficacia? ¿Por qué se cuestiona la “independencia” de estos organismos que ya tienen credenciales y evidencias válidas y sí se apuesta a la imparcialidad de los jueces al ser elegidos por voto popular?
¿Será que a Andrés Manuel se le olvidó cuando, al recibir la constancia como presidente electo en el 2018, prometió al poder judicial y a las entidades autónomas del Estado, “no habré de entrometerme, de manera alguna en las resoluciones que únicamente a ustedes competen”?
¿Será que realmente hemos vivido una transformación tranquila, como expresa AMLO, a pesar de “las mentadas” y cuota de humillación que dice haber pagado por luchar por sus ideales? Y nosotros, el pueblo, ¿qué mentiras hemos recibido durante su gestión?
¿Será que en política hay muchos lambiscones o por qué dijo AMLO “Claudia va a ser la mejor presidenta del mundo, ya a mi edad y a estas alturas no tengo yo que hacerle la barba a nadie, no puedo andar de lambiscón”, ¿serán los de Morena y aliados los lambiscones?
Todas las respuestas a las preguntas anteriores están relacionadas con la acumulación de poder que AMLO pretende perpetrar.
La información falsa y cínica nos desborda. Entre las crisis de verdad y la falta de políticos honestos y líderes comprometidos, la sociedad está cada vez más expuesta a la desinformación, a la polarización, a la manipulación y al desánimo.
¿Será que realmente Claudia Sheinbaum piensa que “es siempre un honor estar con Obrador”?
¿Será que la democracia en México está en riesgo?
Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com