Las personas hablamos de los temas que nos interesan ya sea por preocupación o por temor, o por percibir alguna gratificación. Depositamos la atención necesaria a los sucesos y valoramos la información disponible según los riesgos que se perciban. La gente reconstruye la información, y le da significado según su marco cultural y entorno personal, y eso forma parte de las conversaciones personales.
La Programación Neurolingüística (PNL) es un enfoque, sin sustento científico, que relaciona patrones de comportamiento con pensamientos y lenguaje que de manera reiterativa se utilizan. Este enfoque propone que al comprender y cambiar la forma en que las personas piensan y se comunican, se puede mejorar su calidad de vida. De hecho, así fue cómo surgió: eliminar asociaciones negativas del lenguaje y lograr cambios positivos.
Tiene sentido. Si todo el tiempo estamos siendo expuestos a información con cierta orientación, la pensamos y luego la hablamos, lo más probable es que la asimilemos e incorporemos en nuestros patrones de comportamiento. Y más, cuando es utilizada de manera reiterativa.
Para algunos líderes, el uso estratégico del lenguaje y narrativas persuasivas permiten la manipulación de emociones y la generación de conductas con determinada orientación.
Piense en los siguiente: la principal fuente de información que tenemos en el país proviene de AMLO con sus mañaneras. Desde ellas dirige el país, gira instrucciones y define el clima político de México. Su narrativa es tema para la prensa y para los diálogos en los diferentes sectores incluyendo la ciudadanía.
Estos espacios son utilizados por el presidente para comunicar sus “otros datos”, para atacar a gobiernos anteriores y a quienes identifica como enemigos de la 4T, y para alabar la ideología de su gobierno. También da clases de historia y en ocasiones pone música relacionada con los mensajes que quiere destacar. De igual forma, insulta a periodistas, medios de comunicación, empresarios y políticos (Calderón el preferido).
Lo cierto es que AMLO selecciona “los” temas y hace énfasis en la visión e interpretación que se debe dar a los mismos siempre con una evaluación moral. Busca legitimar la 4T mediante su estrategia de control de agenda, con un trasfondo de confrontación.
Sin tener el respaldo estadístico las expresiones más utilizadas por AMLO en sus mañaneras son: conservadores, liberales, corrupción, transformación, movimiento, neo liberal, vamos bien, pueblo sabio y bueno, seguridad, abrazos, humanismo mexicano, cambio, inflación, poder, candidato/a, social, INSABI, mafia del poder, tengo otros datos, Dinamarca, oposición, guardia nacional, ejército, no somos iguales, Pemex, no hay masacres, migrantes, gasolina, salud, bienestar, INE, INAI, ley, fentanilo, drogas, tren maya, gasolinazo, democracia/antidemocracia, mujer, delincuencia, crimen organizado.
Esas expresiones obviamente coinciden con las utilizadas por los ciudadanos y que me di a la tarea de preguntar: Guerra, fentanilo, seguridad, migrantes, violencia, sequía-agua-corte, calor, recibos (de servicios), abrazos, Dinamarca, cambio climático, Biden, Putin, AMLO, INE, desaparecidos, feminicidios, inteligencia artificial, miedo, mala calidad del aire, Tesla, SEGALMEX, chatbots, transición, salud-medicamento, viralizar, polarización, elecciones, Samuel, corrupción.
Claramente hay relación, es un estímulo-respuesta: el ambiente nacional y la realidad ciudadana. Lamentablemente hay otra respuesta que se queda en el ámbito personal, íntimo y familiar, y que tiene que ver con el desánimo, con la soledad y posiblemente la enfermedad al estar invadidos de estímulos negativos y amenazantes. Y a todo esto hay que agregar las situaciones personales que cada quien trae.
¿Y si cambiamos nuestra narrativa personal? No se trata de abstraerse de la realidad sino de buscar información que fortalezca nuestra estructura personal y trabajar la esperanza.
Privilegiar nuestras acciones y diálogos con conceptos asociados a la paz, la libertad, la democracia, la compasión, el respeto. Intervenir en nuestros entornos particulares sí contribuye al cambio global, aunque parezca lejano.
Por otra parte, no olvidemos que, así como hay mucha información a nuestro alrededor, también hay intereses que la manipulan y amenazan la estabilidad, la confianza y la credibilidad en situaciones particulares.
Ciertamente, a veces resulta difícil diferenciar la mentira de la posverdad. El riesgo es que puede reforzar creencias equivocadas. Ante esto es necesario tener una visión crítica de las fuentes de datos y buscar lo que parezca razonable, en pocas palabras, no creer todo lo que escuchamos.
En resumen, cuidemos a qué tipo de información nos exponemos y hagamos que lo reiterativo sean expresiones y actitudes positivas.
Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com