El tema de la revocación de mandato además de ser muy comentado en la actualidad en diversos foros y espacios de diálogo es una preocupación actual y que se añade a los otros temas álgidos que estamos viviendo en México. Las reflexiones van desde la responsabilidad ciudadana de ejercer el voto o preferir el abstencionismo consciente, hasta considerar si es revocación o ratificación y las consecuencias que se podrían presentar. Ciertamente y así lo ha demostrado, el presidente tiene obsesión por la consulta. Seguramente está confiado en el resultado a su favor por ser lo que muchos califican como fraude anticipado, orquestado por él, y por la seguridad en su nivel alto de aprobación popular y capacidad de acarreo de su partido. De esta forma, el ejercicio de revocación lo ha transformado en ratificación y proclamación de su popularidad y está desesperado por tener un bálsamo al ego que últimamente ha recibido golpes fuertes. También podría estar preocupado por un resultado no favorecedor, de urnas vacías, y como siempre, culpar a los conservadores de este.
Pero independientemente del resultado, lo manejará a su conveniencia; no olvidemos que él siempre tiene otros datos, ha demostrado que las instituciones mexicanas no son importantes en su proyecto de transformación a menos que él las reforme, y de igual manera, no respeta la ley.Las señales obvias del fraude anticipado o trampa son: la reducción presupuestal al INE limitando de esta forma su capacidad de aseguramiento de un proceso limpio; la modificación de la pregunta de la boleta que originalmente no incluía la ratificación; la solicitud de la revocación por parte de los morenistas; y posteriormente cuando se permitió a los servidores públicos, incluyendo al presidente, promover el ejercicio de revocación, sin ninguna restricción salvo la de no usar recursos públicos. Todo ha sido manejado “a modo” para que el presidente continúe.Analicemos primeramente los números que los especialistas nos han presentado.En México tenemos 93,129,048 electores registrados lo que significa que para alcanzar el 40% requerido para validar el ejercicio, se necesitan en redondeo, al menos 37 millones de personas que participen. Para que sea vinculante a la revocación se requerirán poco más de 19 millones de votantes a favor de la “NO” continuidad del presidente.Como referencia, en las elecciones del 2018 se contabilizaron 56.6 millones votos, de los cuales 55 millones fueron válidos y el resto nulos. AMLO alcanzó poco más de 30 millones de votos.Hay dos momentos adicionales importantes.
La elección de 2021 y la consulta ciudadana para enjuiciar a los expresidentes. En la primera, Morena y aliados alcanzaron poco más de 21 millones votos; en la consulta ciudadana del 2021 el número total de sufragios fue de 6.6 millones de votos. Digamos entonces que lo máximo que podría alcanzar Morena son 21 millones votos y lo mínimo, 6.6 millones.Si Morena quisiera llegar al 40% requerido en el ejercicio para la ratificación, necesita 37 millones de votos, cantidad que está lejos de los resultados obtenidos anteriormente. Sin embargo, Andrés Manuel tiene una aprobación popular muy alta, arriba del 60% y su partido, Morena, ya demostró eficiente capacidad operativa para la recolección de firmas, por lo que la movilización o acarreo de votantes puede ser factible, aunque representa un gran reto.Si lo lograra, el ejercicio ratificaría la continuidad de AMLO hasta el 2024. Aunque el propósito de la consulta es la revocación no la ratificación, en teoría, no se necesitarían votos para la continuidad, pero los morenistas están aferrados a tenerlos.
Para algunos, este escenario aumenta la convicción de que López Obrador busca salir fortalecido políticamente por el mandato popular, renovado y ampliado, y le daría mayor libertad con su agenda. De igual forma, es una herramienta de promoción para él y su partido para las elecciones 2024 y podría ser una antesala para la ampliación de mandato dado que el pueblo “quiere” que siga.Ahora bien, de acuerdo con los números anteriores, se requieren al menos 19 millones de votantes para que AMLO se vaya, los que están a favor de la revocación, ¿serán capaces de organizarse para ir a las urnas a votar estando tan divididos? De no lograrse, los votantes por la revocación se sumarán a los votantes pro-AMLO con el riesgo de cumplir el total requerido y de esta forma considerar exitosa y válida la consulta. Lograr el 40 por ciento confirmaría la legitimidad y fortalecería al gobierno.En resumen, la apuesta es por la abstención y así dar un claro mensaje de inconformidad al presidente, no participar en un ejercicio con vicios de origen.No votar en una consulta amañada y deshonesta es una expresión legítima de desaprobación y un ejercicio ético.AMLO sigue desenfocado y cada vez más amenazante contra el INE.