Las acusaciones entre México y Estados Unidos sobre el fentanilo están alcanzando niveles preocupantes. Mientras que el presidente AMLO dice que México no produce esta droga, y prácticamente se lava las manos y culpa a los chinos y estadounidenses del problema de tráfico y consumo, Estados Unidos presenta evidencias de lo contrario y demanda acciones contundentes.
Un día después de la Cumbre de Seguridad celebrada en Washington la semana pasada, Estados Unidos habló de que la DEA tiene infiltrados desde el 2016 en Sinaloa, cuenta con comunicaciones interceptadas y grabadas, con datos de los laboratorios, y testimonios de implicados. Tiene identificada la ruta y la red del fentanilo por lo que pide la extradición de Ovidio Guzmán entre otras acciones.
También quiere al resto de ‘Los Chapitos’ a quienes acusa de narcotráfico, lavado de dinero y tráfico de armas. “El último año y medio, la DEA se infiltró de manera proactiva en la red de ‘Los Chapitos’, y obtuvo un acceso sin precedentes a los niveles más altos de la organización” reveló Anne Miligram, jefa de la DEA. Un informante de la DEA y operador del Cártel de Sinaloa dijo haber tenido ganancias de 24 millones de dólares por la venta de droga en Estados Unidos.
Por eso, durante la mencionada reunión de seguridad se advirtió una gran diferencia en la representatividad de cada país. Mientras que por parte de México participaron Jorge Alcocer secretario de salud, Alejandro Gertz Manero fiscal general de la República, Rosa Icela Rodríguez de la secretaría de seguridad, Marcelo Ebrard de Relaciones Exteriores, Luis Crescencio Sandoval de la Sedena, José Rafael Ojeda de la secretaría de marina, y Audomaro Martínez del Centro Nacional de Inteligencia, funcionarios de primer nivel, por parte del presidente Biden asistieron el procurador general Merrick Garland, la asesora de seguridad nacional Elizabeth Sherwood y otros funcionarios de menor nivel. Se notó la ausencia del secretario de Estado, Anthony Blinken.
Los nuestros fueron a confirmar lo que dice su jefe AMLO y a hacer acuerdos que no representan acciones efectivas. México insistió una vez más en su inocencia en la fabricación del Fentanilo, en su loable lucha contra el narcotráfico y en la culpabilidad de Estados Unidos en el tráfico de armas.
“Podemos asegurar que México no fabrica precursores químicos, vienen de Asia. México tampoco fabrica armas de alto poder, pero en México, mi México, padecemos la violencia originada por el tráfico de drogas sintéticas y el poderío de fuego de las armas ilícitas”, sostuvo Rosa Isela Rodríguez.
“El tráfico y el consumo de drogas sintéticas y el tráfico de armas, así como la violencia que generan, son un grave problema entre nuestras dos naciones; y hoy en especial el fentanilo, las metanfetaminas y las armas de fuego son una amenaza para nuestros países. Los Estados Unidos tienen un complicado problema de salud pública y México está combatiendo a los cárteles del crimen organizado que lucran con la venta de drogas y se abastecen con dinero y armas de alto poder. Es un círculo vicioso contra el que peleamos diariamente”, enfatizó la secretaria de seguridad.
Pero Estados Unidos no nos cree nada. México se comprometió a reforzar la vigilancia en las aduanas aéreas y marítimas para evitar el tráfico de precursores químicos con los que se produce el fentanilo y la FGR creará una unidad especial dedicada a la atención del tráfico de drogas sintéticas.
Por su parte, el gobierno de Joe Biden aceptó crear un grupo de trabajo que supervise semanalmente la reducción del cruce de armas de fuego de su país hacia México. Ambos países desarrollarán campañas de prevención para educar a los jóvenes sobre los daños ocasionados por el uso de las drogas sintéticas.
Nada significativo: Estados Unidos esperó a ver qué decía México y guardó sus evidencias de la DEA para el día siguiente.
Por supuesto que AMLO desestimó las evidencias de la DEA “una intrusión abusiva, prepotente, que no debe aceptarse bajo ningún motivo, ¿cómo van a estar espiando? Nosotros no hacemos eso”, señaló cuando es el Ejército líder en el uso de Pegasus.
Como respuesta rápida, la secretaría de educación en México, Leticia Ramírez, presentó la campaña preventiva que será nacional y permanente y que tendrá un alcance de más de 11 millones de estudiantes en 62 mil escuelas; incluye una guía para docentes que se verá en el aula al menos tres veces por semana.
¿Usted cree que una guía bonita y sus gráficos sean suficientes para calmar la presión y enojo de los vecinos? Los gringos están hartos de AMLO, y ya no saben cómo presionar más. Si las evidencias no funcionan, ¿qué hacer?
El problema es que AMLO vive en un país de fantasía y se cree sus propias mentiras. Su posición negacionista genera más problemas. “Resulta desconcertante el discurso del gobierno al tratar de tapar el sol con un dedo y afirmar que en México no se produce fentanilo, cuándo es claro que en México se produce dicho opioide” señaló la senadora del PAN Kenia López, argumento en el que coinciden senadores del PRD PAN y del grupo plural.
Esto se puede poner feo.
Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com