Educación, no divisionismo y trabajo digno. Fueron las propuestas que el Papa Francisco realizó con motivo de la Jornada Mundial de la Paz 2022 y que Franco Coppola, ex nuncio apostólico en México, tomó como referencia en su homilía de despedida en este país.
El nuncio apostólico hasta el 2021 en México, señaló las causas que, desde su perspectiva, afectan el bienestar del país, promueven la paz y por consiguiente la no violencia. Llama la atención este mensaje porque no se advierte que como líder espiritual haya hecho algo en estas líneas durante sus cinco años de misión pastoral. Ya dice el refrán “obras son amores, que no buenas razones”.
Cuando en 2016 el Papa Francisco visitó México, les pidió a los obispos tener mayor acercamiento a la población. Inmediatamente después de esta visita se hizo el nombramiento del Nuncio quien, conforme a esto, debería tener mayor participación y proximidad en los problemas sociales de México. Coppola antes de México había estado en lugares como Líbano, Burundi, República Centroafricana y el Chad, zonas de conflicto, altamente vulnerables en pobreza, violencia extrema de los islamistas y en donde la religión católica vive amenazada.
Sin embargo, esta experiencia no se notó en nuestro país; su presencia fue discreta y para algunos ineficiente, pues no aprovechó su posición de influencia política y social como medio de crítica y denuncia a través de la red eclesiástica. Al menos no fue evidente. Quizá por eso terminó su misión en México.
El nuncio es una figura de representación oficial del Papa; realiza funciones diplomáticas del más alto rango de la Santa Sede con los Estados con los que El Vaticano mantiene relaciones. Su tarea principal es o debe ser pastoral, pero hay temas que debe atender a través del diálogo político.
Coppola no pudo hacer mucho con los obispos conservadores mexicanos que hacen poco o nada ante temáticas actuales; tampoco tuvo respuestas contundentes hacia la pederastia en México y la necesaria auditoría administrativa y de atención a víctimas de los Legionarios de Cristo.
No obstante, se dice que su relación con AMLO fue positiva, al menos logró que el Papa le enviara al presidente la famosa carta en la que el Vaticano ofrece perdón por las acciones en contra de los mexicanos durante la Independencia.
Lo más próximo de Coppola a los problemas sociales fue su visita a Aguililla, Michoacán en el 2021 una de las zonas más afectadas por el crimen organizado. Se mostró solidario con la población que lo sufre e hizo cuestionamientos a los políticos e instituciones públicas por no detener los altos niveles de violencia en México y la falta de Estado.
En la misa del 1 de enero del 2022 el ex nuncio que se va a Bélgica por encargo del Papa, hizo planteamientos que serán tarea para su sucesor y quizá sirvan para AMLO para pensar más allá de los abrazos como combate a la violencia.
En su homilía se preguntó «¿cómo lograr la paz en un País tan bueno, tan rico, tan fiel, tan creyente y peor, tan azotado por la violencia, por la muerte?”
«Y hoy el Papa pienso que nos da la respuesta, claro no es nada fácil, pero es el camino que tenemos que emprender. Primero dice, no se puede lograr la paz si hay división, hay que juntarse, hay que unirse. La paz es un valor que merece que pongamos de lado las diferencias que normalmente hay entre las personas», externó.
Así mismo, señaló que se requiere educación la cual es afectada por niveles de violencia. «He visitado lugares de nuestro País donde hay los edificios, hay las escuelas, pero no hay maestros, porque no se animan a ir, porque es peligroso. No es culpa de los maestros, claro, pero, de hecho, estos niños, estas niñas, no tienen escuela. Hasta cuándo no haya escuela para todos nuestros niños y niñas no habrá paz«.
Otro punto que expresó, también en referencia al Papa, es que se necesita trabajo digno para cada persona lo que representa fuente de paz.
«México tiene muchísimos recursos materiales y humanos. En un País que es rico, hay una parte que vive dignamente, y hay una mayoría que vive pobremente, en pobreza, le falta lo necesario. Le falta la instrucción, le falta un trabajo digno. De esta manera no hay paz y no puede haber paz», señaló.
Antes de tomar posesión Andrés Manuel, Coppola expresó que el presidente pidió a la Iglesia católica que interviniera para ayudar con el tema de la violencia, pues bueno, ya le entregó un reporte conceptual.
Quizá se requería más intervención social, la gente necesita sentir a sus líderes religiosos cerca. Justo cuando empezaba a tener más presencia y protagonismo con el pueblo y posiblemente mejor diálogo político (o estorbo), Coppola se va.
Así las cosas, desde la perspectiva ciudadana.