Hay una expresión religiosa que dice: “De la abundancia del corazón habla la boca”, dicho coloquialmente: las palabras expresan lo que nos preocupa o sentimos. La frase es interesante al referirse al reciente diálogo entre Andrés Manuel López Obrador, AMLO, y Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos.
Ambos son autoridades de dos países que comparten una frontera de 3 mil kilómetros con serios problemas de migración, violencia, corrupción, tráfico de drogas y de armas; pero también son socios comerciales. Para los Estados Unidos, México es el tercer mayor socio comercial después de Canadá y China. Para México, Estados Unidos es su principal socio comercial.
Este diálogo es el preámbulo de la visita de Harris en junio próximo en el que seguramente también revisarán los desafíos del T-MEC particularmente en temas de energía, cambio climático y condiciones laborales. Será una agenda que ambos países deberán definir por prioridades.
Según Marcelo Ebrard, secretario de relaciones exteriores en México, la reunión duró aproximadamente 1 hora y 20 minutos, aunque la versión El público de los diálogos iniciales duró casi siete minutos. AMLO y Harris, acompañados por integrantes de sus equipos, lucían sonrientes, cordiales. Fue evidente la diferencia de estilos de trabajo, prioridades y, sobre todo, temas a comunicar.
En su mensaje de tres minutos Kamala habló de temas y formas de trabajo.
Reconoció los aspectos comunes de ambos países, además de la frontera compartida, como los valores de dignidad y de respeto, así como lazos familiares, de amistad y una historia “extensa, profunda y compleja” (sic). Señaló que ha habido esfuerzos e interés de ambas partes por tener una relación productiva y resolver problemas comunes.
Habló también de desafíos comunes: la pandemia y sus repercusiones económicas, la migración, la corrupción, la necesidad de dar alivio inmediato a los países del triángulo del norte en Centroamérica y abordar las causas de la migración.
Quedó clara la estrategia: colaborar, esfuerzo bilateral y multilateral, con aliados en otros países, integral, con instituciones internacionales, el sector privado y organizaciones comunitarias. Lo anterior, señaló, se puede lograr en la confianza que es posible avanzar para forjar un futuro esperanzador para nuestros países y los del triángulo del norte y pueblos.
Dijo mucho en poco tiempo.
No fue así en el caso de AMLO. Él habló también de lo común entre ambos países, de las relaciones políticas históricas de amistad y de diferencias; del interés por la relación permanente, constante y amistosa, del trabajo conjunto, de “buscar el entendimiento y no pelear” (sic).
En cuanto a temas, AMLO solamente habló de la migración, “vamos a ayudar…pueden contar con nosotros…hay una propuesta específica que creo que puede ser conveniente…” expresó, se refería al programa Sembrando Vida en el que insiste puede favorecer a Honduras, El Salvador y Guatemala para evitar la migración.
En lugar de plantear otros temas estratégicos, AMLO prefirió comentar el mismo chiste que le dijo a Biden referente a una expresión atribuida a Porfirio Diaz: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos” y que ahora, según él es: “Bendito México tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”, para referir lo positivo y esperanzador de la relación entre ambos países.
Según el comunicado de la Casa Blanca, después de la parte pública de la reunión se hablaron de temas de cooperación económica, proyectos para el empleo bilateral, cambio climático, de la urgencia de implementar programas de ayuda humanitaria en Guatemala, Honduras y El Salvador, la defensa de los derechos de los migrantes, en especial niños y adolescentes, y la seguridad fronteriza.
Según Ebrard acordaron crear una ruta de trabajo para establecer un plan migratorio, abrir la frontera norte a actividades normales y consolidar el apoyo de la unión americana en vacunación contra el covid-19. Así mismo, sobre la propuesta de ampliar el programa Sembrando Vida a Centroamérica.
Es interesante la diferencia en temas en sus declaraciones oficiales, refleja prioridades y estilos de gobernar. Harris ha dicho que visitará México el 7 de junio, su primer viaje al extranjero como vicepresidenta, un día después de las elecciones en México. Ojalá la reunión no se vea afectada por los resultados y su impacto en el ánimo de AMLO.