Es triste la situación que actualmente están viviendo los más de cien mil haitianos que se estima han salido de su país en los últimos meses en busca de mejores condiciones de vida. Su ilusión es llegar a Estados Unidos, imagen posicionada en los latinoamericanos que por necesidad abandonan sus países, y de esta forma salir de la pobreza histórica que viven.
No es fácil imaginar a 30 mil personas en peregrinación, sin embargo, este el cálculo lo hizo el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, quien dijo haberlas visto desde el 9 de septiembre en los alrededores de Ciudad Acuña en Coahuila, México.
La semana pasada 15 mil migrantes haitianos hicieron un campamento en el puente que une a Ciudad Acuña en México con Del Río, Texas en Estados Unidos esperando ser atendidos por las autoridades estadounidenses, sin embargo, sucedió todo lo contrario. La presión social al ver a familias, niños y personas en situación de desamparo, así como los ojos del mundo puestos en Biden, motivaron a levantar la acampada.
Según datos oficiales Estados Unidos permitió el ingreso de cerca de 12 mil personas y dos mil, fueron devueltos a su país. A raíz de estas deportaciones, aproximadamente ocho mil migrantes decidieron regresar a México quienes están dispuestos a quedarse mientras se decide su situación legal. El regreso a su lugar de origen no es opción.
Según una estimación de Médicos Sin Fronteras, hay más de 40 mil migrantes, entre hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y haitianos, en Tapachula Chiapas esperando que México les otorgue el permiso de estancia en el país. Otros datos hablan de 60 mil. Tapachula no cuenta con la infraestructura necesaria por lo que el asilo se ha vuelto problemático. Han sido la Iglesia Católica y la población quienes han ofrecido ayuda ante la débil reacción del gobierno mexicano. Quienes ya no soportan las malas condiciones en Tapachula han viajado a Monterrey, el destino que a ellos luce más seguro para buscar trabajo.
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) señaló que el incremento exponencial de solicitudes hace que el trámite de regularización sea más lento. Refieren que tan solo en lo que va de este año, unos 19 mil haitianos han solicitado asilo. Hasta agosto pasado, el número de aplicaciones hechas por migrantes de ese país registró un incremento de 56 por ciento comparado con las recibidas en total entre 2013 y 2020. Las personas migrantes solicitan regularizar su situación legal, encontrar trabajo y esperar a la siguiente oportunidad para insistir en Estados Unidos.
Los albergues y oficinas públicas mexicanas están rebasados en su capacidad de atención. La COMAR de Monterrey no tiene citas ni personal suficiente para atender la demanda. A Monterrey han llegado mil 400 haitianos y se espera otra cantidad similar en las próximas semanas. Hay dos albergues que los reciben, Casa INDI y el Albergue Metropolitano del DIF N.L., quienes requieren del apoyo de la comunidad en alimentos y ropa pues los migrantes viajan solo con lo que traen puesto y algunos con sus limitados ahorros. Al llegar, no quieren salir pues están con temor de ser identificados por agentes migratorios que los deporten a su país.
Haití siempre ha sido pobre, es el más pobre toda Latinoamérica. Para que se dé una idea, su tasa de vacunación contra el COVID es del .37 por ciento.
En la actualidad vive un momento de fuerte inestabilidad política, económica y social que se acrecentó después del asesinato de su presidente, Jovenel Moïse, en julio pasado y del terremoto en agosto que destrozó el suroeste del país. El Estado, por la crisis, es incapaz de atender las necesidades básicas de la población. Se suman además fuertes problemas de seguridad y violencia.
Esto ha obligado a miles de personas a buscar un nuevo lugar para vivir, lo cual es explicable. Chile y Brasil ya no son opciones para ellos pues ambos países tienen crisis de desempleo así que en su horizonte está Estados Unidos y ahora motivados por la ampliación de la vigencia del Estatuto de Protección Temporal (TPS) para todos los haitianos que estaban en Estados Unidos el pasado 29 de julio o antes, como medida de apoyo al terremoto de agosto. Una desinformación respecto a dicha política habría motivado la extraordinaria ola de migrantes, sin embargo los sospechositas creen que esta salida masiva de Haití ha sido provocada por los Pro-Trump para desestabilizar a Biden.
La realidad es que los haitianos viven una crisis humanitaria, los gobiernos de México y Estados Unidos tienen un reto migratorio de enormes dimensiones y la población tenemos la oportunidad de apoyarlos en los cruceros o a través de alguna cuenta oficial bancaria.
La sociedad tenemos una deuda humanitaria en todos los países que viven en pobreza.