Como el enamorado contento de ver a su pareja después de no verse durante un tiempo, así lució Andrés Manuel en su tercer informe de gobierno; sonriente y con actitud triunfalista expresó: “nos volvemos a concentrar en este Zócalo democrático”. En un momento crítico ante la amenaza de la ómicron se hizo la convocatoria a reunirse con el presidente sin limitaciones de aforo y con el uso voluntario de cubrebocas. Las autoridades de la Cd. de México, reportan la asistencia de 250 mil personas, transportadas la mayoría en autobuses, con refrigerio y con la sospecha de pago en efectivo por asistir. AMLO, se dijo contento porque “fueron muchos” quienes llegaron desde las 8:30 hrs. cuando el evento iniciaba a las 17:00. “Amor con amor se paga”, dijo el presidente. Mientras el encuentro llegaba, los asistentes disfrutaron de música y canciones.
El mensaje de AMLO, como siempre, estuvo lleno de optimismo y con la seguridad de ir muy bien en todos los rubros del país, sin embargo, no deja satisfecho a una parte del pueblo sabio. Aportó solo las cifras que quiso, evitó hablar a profundidad de los temas álgidos como seguridad, casos de corrupción sin atender y economía. Habló de lo que habrá en el futuro, siempre prometedor, en infraestructura, desarrollo y por supuesto bienestar. Pareció más bien un mensaje de alabanza para los bien portados como él y sus colaboradores cercanos.
Lo más elogiado fueron las fuerzas militares y por supuesto sus obras estratégicas que generan empleo y fortalecerán el turismo, aunque no dijo nada de lo “blindado por seguridad nacional” para evitar la transparencia y así permitir licitaciones directas en las mismas. El ejército es su principal operador. Realiza 246 tareas antes asignadas a civiles y ahora se le agrega la distribución de medicamentos. La militarización del país es obvia, aunque él lo niegue. Prometió hace tiempo regresar el ejército al cuartel, pero en lugar de eso le da más chamba.
Según los especialistas, a favor de la gestión presidencial están las finanzas públicas sanas que dan estabilidad financiera al país, el restablecimiento del salario, la entrada en vigor del TMEC y el impulso al turismo. Sin embargo, de acuerdo con COPARMEX, hay pocos logros en materia económica, decisiones inhibitorias de la inversión, ineficaz reasignación del gasto público y el debilitamiento de las instituciones.
Andrés Manuel presentó verdades incompletas que proyectan un país que no se vive por los mexicanos porque hay otra realidad: Precios de la canasta básica al alza, incrementos en gasolina del 17 por ciento, de luz del 24 por ciento y de gas al 4 ciento mensual; hay casi 4 millones de nuevos pobres, la inflación del 7 por ciento, la más alta en 20 años y con pronóstico de subir al inicio del próximo año; desabasto de medicinas y se calcula un 38 por ciento menos de personas atendidas en los servicios de salud públicos respecto al 2018.
Alabó el buen manejo de la pandemia, sin embargo, las muertes en el país superan las 300 mil y México se ubica entre los peores países en respuesta al COVID además en salud, por su manejo en lo económico y social. Lo único merecedor de halagos es el personal médico.
Los números de seguridad presentan niveles récord. De diciembre de 2018 a septiembre de 2021, suman más de 100 mil víctimas en el país, de las cuales 99 mil 569 son homicidios dolosos; así mismo, hay más de 2 mil 800 feminicidios, según las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Aunque el mercado laboral presenta signos de recuperación, los puestos de trabajo registrados ante el IMSS todavía se encuentran por debajo de febrero de 2020, periodo previo a la pandemia, y crece mucho el empleo informal.
Sin duda los mexicanos tenemos dos países: el de la mayoría de los ciudadanos y el de AMLO.
Si algo tenemos muy claro son los mensajes reiterativos del presidente: primero los pobres, nuestro movimiento de la cuarta transformación del país está en marcha, el problema de México es la corrupción, la culpa de retrasos, desabastos, inseguridad y toda serie de ineficiencias, es de los neoliberales y conservadores que se resisten al cambio. El gobierno es del pueblo, pueblo sabio y soberano, el pueblo pone y el pueblo quita, no endeudarse, abrazos no balazos, la revolución de las conciencias. Las expresiones sí están claras pero los logros no.
Y justo el día del informe, se liberaron “a la brava” nueve presos de una cárcel, como si fuera película y el Banco de México redujo su pronóstico de crecimiento económico para este año. Así las cosas.