Todos estamos de acuerdo en que la mejor sopa de pollo del mundo es la que hace nuestra mamá y que cuando enfermamos es el remedio por excelencia, ¿verdad?
Ahora que se nos viene el cambio de temporada y los virus y resfríos están a la orden del día, una sopita de pollo no sólo revive nuestras memorias de niñez en que todo se curaba con un buen plato de sopa caliente, sino también nos aporta los nutrientes necesarios para levantar nuestro sistema inmunológico y prevenir enfermarse.
Hoy en día la ciencia puede explicar lo que nuestra mamá ya sabía, un caldo de pollo casero de buena calidad tiene muchos beneficios para la salud. El proceso de cocción (con la ayuda del vinagre de manzana) desencadena la liberación de compuestos curativos que se encuentran en el tejido animal, como el colágeno y los aminoácidos. El caldo de pollo también contiene glucosamina y ácido hialurónico, que ayudan a reducir la inflamación y aliviar el dolor en los tejidos conectivos, por lo que se recomienda por ejemplo para personas que padecen artritis. Reducir la inflamación del tracto digestivo promueve el crecimiento de bacterias beneficiosas.
Un buen caldo de huesos también puede proporcionar actividad neuroprotectora para reducir el riesgo de migrañas. Contiene minerales vitales como calcio, magnesio, fósforo y azufre y si a todo esto le sumas el placer de tomar un buen plato de sopa, tendrás una comida ganadora, una comida que calienta el alma.
Aquí te dejo la receta del caldo de huesos de pollo que te servirá como base para tu sopa de pollo o cualquier otra preparación que requiera un caldo poderoso y cargado de sabor.
Ingredientes
- 1 poro grande, cortado por la mitad y lavado (reserva 1 hoja entera para el bouquet garni)
- 1 3-4 libras de pollo entero (si tiene las patas unidas, mucho mejor porque están aportan muchísimo colágeno)
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cebolla amarilla con piel, cortada en 4 trozos
- 6 tallos de apio con hojas, picados en trozos grandes
- 1 nabo cortado en 4
- 2 zanahorias grandes cortadas en trozos grandes
- 1 ½ taza (100 gr) de champiñones frescos y/o hongos secos (si usas hongos secos, remójalos en agua caliente 20 minutos antes de agregarlos y no descartes el agua de remojo)
- 4 dientes de ajo enteros y con piel ligeramente aplastados con el cuchillo, para que liberen su sabor
- Trozo de 1 pulgada de jengibre fresco
- Trozo de 1 pulgada de cúrcuma fresca o una cucharadita de cúrcuma en polvo
- ¼ cucharadita de pimienta negra molida
- 1 trozo grande de alga Kombu
- Sal
- 3 cucharadas de vinagre de manzana
- Bouquet garni (puedes incluir perejil fresco, tomillo, albahaca, romero, laurel y estragón, todas las hierbas que tengas a mano)
- Precalienta el horno a 350 F.
Para hacer el bouquet garni, coloque la hoja entera del poro que reservaste horizontalmente sobre una tabla de cortar. Reserva el poro restante para el caldo de pollo. Coloca las hierbas en el centro y envuélvelas con la hoja de poro atando luego este paquete con hilo de cocina. Reserva.
Coloca el pollo en la tabla de cortar. Corta el pollo en cuatro trozos. Retira toda la grasa y la piel de los trozos de pollo, luego retira toda la carne. Puedes congelar la carne de pollo y guardarla para otro uso. Coloca todos los huesos de pollo (recuerda incluir las alas, el cuello y las patas) en una bandeja para hornear y cocina hasta que se doren en algunas partes, aproximadamente 25 minutos.
Calienta el aceite de oliva en una olla grande a fuego medio. Agrega la cebolla, el poro, el apio, la zanahoria, los champiñones, hongos secos, el nabo, el ajo, el jengibre, la cúrcuma y saltea, revolviendo constantemente hasta que comience a ablandarse, de 6 a 8 minutos. Agregue el bouquet garni, los huesos de pollo, las algas kombu, la pimienta, el vinagre de manzana, el agua de remojo de los hongos secos, rectifica la sal y revuelva bien.
Llene la olla con agua hasta 1 1/2 pulgadas del borde, ponle la tapa y deja hervir a fuego bajo durante aproximadamente tres horas. Mientras más tiempo cocines tu caldo más sabroso quedará. Si ves que se reduce mucho, agrégale un poco de agua.
También puedes usar una olla slow cooker y dejar que cocine por unas seis horas.
Una vez frío el caldo, cuela la preparación, retira la carne que pueda quedar en los huesos y añádela al caldo. Este caldo puedes congelarlo en porciones o entero y te va a servir de base para hacer tu sopa de pollo (encuentra la receta de mi Sopa de Pollo Anti-inflamatoria en mi libro de cocina) o cualquier otra sopa o estofado. ¿Una tacita de caldo a media tarde con un poco de orégano seco encima?