La dieta paleo es una forma de comer que se enfoca en darle al cuerpo una alta cantidad de nutrientes y en evitar todo tipo de alimentos procesados y refinados. A esta dieta también se la conoce como la dieta evolutiva o la de cazador-recolector. Se basa en cómo comían los humanos durante la Era Paleolítica, que ocurrió entre hace diez mil y dos millones de años.
Durante ese tiempo, los humanos comían insectos, plantas salvajes, frutos, tubérculos, raíces, animales, huevos, peces, y mariscos; es decir, todo lo que podían recolectar y cazar.
Sus principios se basan en la creencia de que nuestros cuerpos no han evolucionado para comer y digerir los alimentos producidos a través de agricultura (que apareció sólo diez mil hace años en la región de Mesopotamia), y especialmente la agricultura moderna (basada en fertilizantes, con todo tipo de químicos para lograr que los cultivos crezcan rápidamente y modificados genéticamente). Se cree que la inflamación creada por este tipo de producción moderna de alimentos ha contribuido a la prevalencia de muchas enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
La alimentación paleolítica se basa en alimentos reales, producidos como la naturaleza manda, como carnes, donde el animal ha sido alimentado al 100% con pastos y sin haber recibido antibióticos u hormonas de crecimiento, pollos de pastoreo y sus huevos, pescados y mariscos de pesca salvaje, frutas, verduras, nueces, semillas y grasas producidas de forma orgánica (sin haber recibido pesticidas o fertilizantes tóxicos y sin haber sido modificados genéticamente).
Al contrario de lo que mucha gente puede pensar, no es una dieta basada en carnes solamente, sino una dieta equilibrada entre el consumo de proteínas (incluyendo carne de res, cerdo, aves, mariscos, cordero, animales de caza y vísceras), grasas saludables, nueces, semillas, frutas y muchos, muchos vegetales. Es más que nada un estilo de vida donde prevalece la calidad de los alimentos reales.
Por supuesto que nadie espera que en esta época salgamos a cazar o a recolectar, más bien gracias a las ventajas del mundo moderno podemos cocinar recetas espectaculares con ingredientes increíbles. La pastelería paleo no tiene nada que envidiarle a la pastelería convencional y esta receta es una muestra de ello.
Galletas de Almendras
Ingredientes
50 g (1,76 oz) de aceite de coco
115 (4 onzas) de mantequilla de almendras
70 gr (2,46 oz) de azúcar de coco
2 huevos de linaza (2 cucharadas de linaza molida + 6 cucharadas de agua)
1 cucharadita de extracto puro de almendras
65 gr (2,3 oz) de harina de almendras
90 gr (3.17 oz) de harina de plátano macho (o plantain en inglés)
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
118 gr (4.16 oz) de almendras fileteadas
Instrucciones
– Precalentar el horno a 350 F.
– En una taza mezcla los ingredientes del huevo de linaza y deja reposar 15 minutos para que tome una consistencia gelatinosa
– En un bowl mezcla la harina de almendras, la harina de plátano macho, la sal y el bicarbonato de sodio
– En el tazón de la batidora con el accesorio de paleta, coloca el aceite de coco suavizado, la mantequilla de almendras y el azúcar de coco. Mezcla hasta integrar
– Agrega el extracto puro de almendras y los huevos de linaza
– Luego agrega los ingredientes secos y por último las almendras fileteadas
– Con una cuchara de helados de tamaño mediano, dale forma a las galletas y colócalas en una fuente con papel encerado. Aplasta las galletas ligeramente con la mano
– Hornea por 15 minutos
– Déjalas enfriar antes de servir
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