El ossobuco (también llamado jarrete de res) es un corte menos común en los Estados Unidos en comparación con otros como la chuleta o el ribeye, pero es increíblemente sabroso. Este corte proviene de la parte baja de la pata de la vaca y consiste en carne y hueso, lo que lo hace ideal para platos cocinados a fuego lento, ya que el hueso contiene tuétano, que agrega mucho sabor.
El tuétano es un superalimento rico en nutrientes, lleno de colágeno y glucosamina, que mejora la salud de los huesos y las articulaciones, la elasticidad de la piel, la digestión y fortalece el sistema inmunológico. También puede ayudar a reducir la inflamación y contribuir al manejo del peso mediante la secreción de adiponectina. Su consumo regular no solo proporciona vitaminas y minerales esenciales como calcio y fósforo, sino que también contribuye a huesos más fuertes, mejor salud cardiovascular y una piel más saludable. Su textura mantequillosa e increíble sabor no solo realza el sabor de tus platos, sino que también es delicioso sobre un pan tostado con un poquito de sal encima.
Esta receta es perfecta para acompañar con arroz, papas al horno, o como hice yo, dentro de un delicioso pan. ¡No necesita nada más!
Ingredientes
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta
- 1 cebolla blanca, picada
- 1 poro (o puerro), picado
- 4 dientes de ajo, picados
- 3 zanahorias, picadas
- 1 botella de Cabernet Sauvignon
- 2 tazas de caldo de huesos
- 2 ramitas de romero fresco
- Higos secos al gusto
- 3 hojas de laurel
- 3 cucharaditas de pimentón ahumado (como el Pimentón de la Vera)
- 5 piezas grandes de ossobuco
Instrucciones
Pinta cada pieza de carne con un poco de aceite de oliva extra virgen y espolvorea con sal y pimienta. Sella las piezas de carne en la parrilla justo hasta que adquieran un delicioso sabor ahumado y sellen los jugos. Reserva.
En una cacerola o sartén profunda, agrega un poco de aceite de oliva y la cebolla. Cuando la cebolla se vuelva transparente, añade sal y el ajo picado, seguido del poro y la zanahoria. Deja que las verduras suden durante unos minutos.
Coloca las piezas de carne en la cacerola y espolvorea el pimentón ahumado por encima. Agrega la botella de vino y el caldo de huesos. Ajusta la sal y la pimienta al gusto.
Coloca los higos secos por toda la cacerola, junto con las ramitas de romero fresco y las hojas de laurel. Baja el fuego, cubre la cacerola y déjala cocinar durante dos horas o hasta que la carne se desprenda del hueso fácilmente.
Desmenuza la carne y mézclala con las verduras y los jugos de cocción, y coloca esta increíble mezcla entre dos rebanadas de pan caliente. ¡No olvides agregar el tuétano del centro del hueso; es delicioso!