¿Te has preguntado cuánto tiempo pasa desde que la fruta y verdura que compras en el supermercado es cosechada, transportada, procesada, empacada y vuelta a transportar hasta tus manos? ¿Sabías que mientras ese tiempo transcurre esos alimentos van perdiendo sus nutrientes? Pues, la evidencia sugiere que el valor nutricional de las frutas y verduras es más alto inmediatamente después de la cosecha y disminuye con el tiempo.
Por ejemplo, cuando un alimento va a viajar mucho tiempo usualmente se cosecha cuando aún esta verde, para que soporte el procesamiento y viaje hasta su lugar de destino. En cambio, un producto que va a ser congelado se cosecha en el punto perfecto de maduración y es automáticamente congelado y embolsado; de esta manera sus nutrientes se mantienen intactos y por lo general son más económicos que los alimentos frescos.
Cuando pensamos en comprar alimentos congelados tenemos esa idea en la cabeza de que son de calidad inferior, pero ese es un concepto equivocado, así que, si vas a comprar frutas o verduras congeladas, hazlo con confianza y trata siempre de elegir orgánico.
Por ejemplo, hay ciertos estudios que demuestran que los antioxidantes en los blueberries congelados son mayores que en los frescos. Hablando de blueberries o arándanos, te doy un dato curioso. Los arándanos silvestres o wild blueberries son uno de los cultivos autóctonos más antiguos de Estados Unidos, han crecido aquí durante más de 13.000 años, éstos no se pueden plantar ni cultivar a partir de semillas. Estas bayas crecen en arbustos que se abrazan al suelo, apropiadamente llamados arándanos bajos, de julio a septiembre.
Antes del siglo XX, todos los arándanos eran silvestres y sólo accesibles en determinadas regiones durante determinados meses del año. Luego, a principios de 1900, el botánico Frederick Coville y Elizabeth White diseñaron con éxito una variedad de arándanos que podían cultivarse a partir de semillas, denominada arándanos altos, y así comenzó el gran auge de los arándanos.
Los arándanos silvestres o de arbusto bajo tienen aproximadamente la mitad del tamaño de los arándanos cultivados y en términos de sabor, son mucho más dulces, menos acuosos y de sabor más concentrado que la variedad estándar de los supermercados. Esto se debe a que los arándanos silvestres tienen una proporción más alta de piel y pulpa que, según la Asociación de Arándanos Silvestres de América del Norte (WBANA), les da a las frutas más pigmentos altos en antioxidantes, más fibra e intensidad en sabor.
En los EE. UU., los arándanos altos crecen en 26 estados, desde California hasta Michigan y Florida, pero los arándanos silvestres se encuentran casi exclusivamente en Maine. El estado produce el 99% de los arándanos bajos del país y el 40% de la oferta mundial, según un estudio publicado por la Universidad de Maine.
Así que si compras arándanos mi recomendación será que elijas los arándanos silvestres orgánicos congelados y llenes tu congelador de frutas y verduras orgánicas que te ahorrarán dinero y mucho tiempo de preparación en la cocina.