Quizás una de las mayores preocupaciones hoy en día para quienes quieren comer saludable es elegir el mejor endulzante.
Si te fijas en la etiqueta de cualquier producto, verás que en la tabla de información nutricional donde dice azúcar, no indica un porcentaje de Valor Diario (% VD). Esto es porque los seres humanos NO necesitamos agregar azúcar a nuestra dieta.
La mayoría de nosotros crecimos en la época de la moda baja en grasas. El gobierno, los medios de comunicación, los doctores, científicos y nutricionistas nos decían que debíamos cambiar la mantequilla por margarina, elegir yogurt y leche bajos en grasas y que la base de nuestra alimentación deberían ser los cereales, como pan, arroz y pasta; es decir, azúcar y carbohidratos. ¿Por qué? La única respuesta a esto es porque la industria alimentaria quería vendernos más de sus productos procesados. Lamentablemente, nuestra salud no está dentro de las prioridades de las grandes empresas y los más vulnerables son los niños, quienes reciben todo tipo de bombardeo publicitario lleno de colores y dibujos divertidos que juegan con su subconsciente, creando una necesidad por dichos productos.
El estadounidense promedio consume (o bebe) 34 cucharaditas de azúcar al día, lo que equivale a más de 500 calorías. Esto supone un promedio de más de 100 libras de azúcar por persona cada año. El consumo de azúcar ha aumentado drásticamente durante el último siglo. En 1822, el estadounidense promedio consumía en 5 días la cantidad de azúcar que contiene una de las gaseosas de 12 onzas actuales. ¡Ahora comemos esa cantidad cada 7 horas!
La ingesta de azúcar no proviene solo de pasteles, dulces o gaseosas. Casi todos los alimentos procesados en el supermercado contienen azúcar añadida y, la mayoría de las veces, no está etiquetada como azúcar, sino escondida detrás de muchos nombres como jarabe de maíz de alta fructosa, maltodextrina, glucosa, sacarosa, almidón modificado, etc.
El azúcar es biológicamente adictiva, más incluso que la cocaína. Su consumo es responsable de la diabetes tipo 2, problemas cardíacos, colesterol alto, síndrome metabólico, entre otras enfermedades modernas.
Esta evidencia sobre los efectos del azúcar en nuestra salud ha hecho que la industria alimentaria incursione en alternativas al azúcar, lo cual podría ser una idea genial, pero ya han salido nuevos estudios que demuestran que estos “maravillosos” endulzantes son igual o más peligrosos incluso. Recuerda, nuestra salud no es su prioridad. Por ejemplo, los famosos polialcoholes, como xilitol y eritritol, que son derivados de azúcares como la glucosa o la manosa, fueron promocionados como alternativas al azúcar y que además ofrecían beneficios para nuestra salud, pero finalmente se descubrió que están asociados con un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular.
La famosa stevia normalmente proviene de plantas clonadas para obtener los estevioles que contienen mayor dulzor (y menos propiedades medicinales). Además, si lo piensas, ¿cómo es que una planta de hojas verdes termina siendo un polvo blanco? (usualmente mezclado con maltodextrina (azúcar)). ¿No debería acaso la stevia ser un polvo verde?
¿Qué hacemos entonces? Azúcar es azúcar, punto. No la necesitamos. Pero si queremos darnos un gusto, entonces podemos elegir dentro de una variedad de opciones y nuestra premisa siempre será: lo que provenga de la naturaleza en su estado más puro y mínimamente procesado; y orgánico siempre será mejor. Por ejemplo: azúcar de coco, panela (azúcar de caña pura y sin procesar), dátiles, miel o azúcar de maple, fruto del monje puro (sin eritritol) y miel de abeja.
Unos tips para reducir nuestro consumo de azúcar diario:
– Toma bebidas sin endulzar, elige agua como primera opción. Puedes hacer refrescos caseros hirviendo frutas, especias, hierbas medicinales u hojas de té. Esto te dará una opción fresca, con “sabor” y no necesitarás agregarle ningún tipo de endulzante.
– A cualquier receta de repostería que quieras hacer, reduce la cantidad de azúcar que indique ahí. Créeme, tu postre quedará igual de delicioso.
– Revisa las etiquetas de todos los productos que compres y siempre elige el que tenga menos azúcar.
– Cuando tengas antojo de chocolate, recuerda que mientras más amargo, tendrá menos azúcares añadidos y disfrutarás de los beneficios del cacao.
– Evita los smoothies o extractos con muchas frutas altas en azúcar. Cuando comes la fruta en vez de ingerirla licuada, el pico de glucosa es menor.
– Comer una grasa, fibra o proteína antes de una comida rica en carbohidratos reduce la cantidad de insulina que se produce en respuesta a la comida. Por ejemplo, si quieres comerte una barra de chocolate, come un huevo duro antes.
– También puedes optar por tomar un vaso de agua con una cucharada de vinagre de manzana antes de las comidas y con esto el pico de glucosa se reducirá entre 8% y 30%.
– Recuerda, somos animales de costumbre. Mientras más reduces la ingesta de azúcar, más se acostumbra tu cuerpo a esos sabores nuevos y, poco a poco, lo que antes te parecía una cantidad normal de azúcar pronto te parecerá muy dulce