Piensa en todas esas veces que te has embarrado los zapatos con algo y te los has limpiado en un tapete o incluso en el pasto, o de aquella vez que pisaste ese “regalito” en el parque y que pasaste una semana lamentándote mientras tratabas de limpiar tu calzado.
En muchas culturas del mundo la práctica de quitarse los zapatos al entrar a una casa (o templo) era algo muy común, y se mantiene en muchos países hasta el día de hoy, incluso tienen zapatos especiales para usar dentro de la casa, o pantuflas. Y todo esto parte del hecho que nuestros pies están en contacto con las impurezas del suelo, y las llevamos a donde sea que vayamos. Hay mucha simbología alrededor de ésto además.
No solo es una práctica muy común en China y en Japón, donde además tiene mucho sentido ya que la mayoría de sus actividades las realizaban en el piso, sino también en países de África y Europa donde también era una forma de mostrar jerarquía y respeto. No se permitía por ejemplo visitar a un rey o a un anciano con los zapatos puestos.
El andar descalzo es también una muestra de humildad, recordemos además el lavado de pies como un acto simbólico que limpia las impurezas de nuestra alma.
Pero más allá de las razones que llevaron a estas diferentes culturas a quitarse los zapatos antes de entrar a la casa, ¿qué dice la ciencia con respecto a esto? ¡Pues como siempre, la ciencia hoy explica lo que la sabiduría ancestral ya sabía!
La ciencia ha encontrado que en nuestros zapatos se encuentran una serie de patógenos microbiológicos (un patógeno es algo que causa una enfermedad). Y no solo se trata de virus y bacterias, sino por ejemplo, piensa en todos los residuos tóxicos que están en el asfalto y veredas, los productos químicos en los jardines, los micro plásticos, los químicos industriales con los que se limpiaron los pisos de la tienda y de la oficina, los metales pesados que son tan peligrosos para nuestro cuerpo, y los famosos químicos perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (también conocidos como PFAS o “productos químicos permanentes”, debido a su tendencia a permanecer en el cuerpo y no descomponerse) ¡y todo esto pasa por tus zapatos sin que te des cuenta y lo metes luego en tu casa! Después de todo, los pisos de nuestros antepasados eran más limpios.
Por otro lado, el hecho de andar sin zapatos es algo natural para el ser humano, fisiológicamente estamos hechos para caminar descalzos. Mejora la distribución del peso sobre nuestros pies, y con esto mejora nuestro equilibrio, mejora la mecánica del pie, lo que mejora la mecánica de las rodillas, la cadera y la espalda y funcionan mejor nuestras articulaciones, músculos y ligamentos. ¡Es lo natural!
Personalmente, en casa no usamos zapatos. Creo que es parte de tratar de llevar un estilo de vida más saludable, evitando la mayor cantidad posible de toxinas y contaminantes; caminamos descalzos o con pantuflas. Ahora, ¿qué pasa cuando tienes invitados a tu casa y llevas una política de “no zapatos adentro”? Sencillo, no te avergüences de pedirles que se quiten los zapatos, más bien toma esta como una oportunidad de compartir información valiosa con ellos.
Hoy en día, sobre todo después de la pandemia, las personas están al tanto de que prácticas como esta ayudan a evitar el esparcimiento de virus y bacterias, así que pensar que además existen otros peligros que quieres evitar que entren a tu casa es algo que tiene mucho sentido. Y por último, es tu casa, son tus reglas. Recuerda que aunque no lo veas en la suela de tu zapato no quiere decir que no esté ahí.