El aceite de orégano, derivado de la planta Origanum vulgare, ha sido un elemento clave en la medicina herbal desde la antigüedad. Utilizado por civilizaciones como los griegos y romanos, su reputación como un poderoso remedio natural ha perdurado hasta nuestros días. Este aceite no solo es conocido por su uso culinario, sino también por sus propiedades medicinales que han sido apreciadas en la herbología ancestral y hoy en día está volviendo a ser tendencia gracias a su efectividad para eliminar la candidiasis.
Compuestos activos y mecanismos de acción
Los compuestos activos del aceite de orégano son responsables de sus múltiples beneficios para la salud:
– Carvacrol: Este compuesto fenólico es conocido por sus potentes propiedades antimicrobianas y antifúngicas. Actúa alterando las membranas celulares de patógenos, impidiendo su proliferación.
– Timol: Complementa las acciones del carvacrol, proporcionando propiedades antioxidantes y antimicrobianas que ayudan a proteger al cuerpo contra infecciones.
– Ácido rosmarínico: Conocido por sus propiedades antiinflamatorias, se ha utilizado para tratar afecciones respiratorias y alergias.
– Flavonoides: Actúan como antioxidantes, ayudando a combatir el daño celular y a mantener la salud cardiovascular.
Beneficios para la Salud
- Fortalecimiento del sistema inmunológico: Sus propiedades antimicrobianas ayudan al cuerpo a combatir virus y bacterias, lo que lo convierte en un excelente aliado durante temporadas de resfriados. Es un excelente aliado para eliminar la candidiasis e incluso hay estudios científicos que indican que es de gran ayuda en los tratamientos para el sida.
- Mejora de la salud digestiva: Puede aliviar problemas como la indigestión y el síndrome del intestino irritable, ayudando a restaurar el equilibrio en la flora intestinal. Estimula la producción de bilis para digerir grasas y eliminar toxinas, favoreciendo también la reducción de peso.
- Propiedades antiinflamatorias: Su capacidad para reducir la inflamación es beneficiosa para quienes padecen enfermedades inflamatorias crónicas. Es eficaz contra la artritis, dolores musculares y de cabeza.
- Salud respiratoria: Ayuda a combatir gérmenes en las vías respiratorias y se ha utilizado tradicionalmente para aliviar síntomas de afecciones respiratorias, actuando como un expectorante, esto quiere decir que facilita la eliminación del moco y secreciones del aparato respiratorio, así que es perfecto para cuando tienes tos y bronquitis.
- Protección antioxidante: Los antioxidantes presentes en el aceite de orégano ayudan a prevenir el daño celular y el envejecimiento prematuro.
Usos en la herbología ancestral
La referencia más antigua al uso medicinal del aceite de orégano se encuentra en textos de la antigua Grecia y Roma. Los griegos, incluidos Hipócrates y Dioscórides, mencionaron el orégano en sus escritos como una planta con propiedades medicinales, utilizada para tratar diversos problemas de salud. Dioscórides, un médico griego del siglo I, en su obra De Materia Médica, describe el orégano como un remedio para problemas digestivos y respiratorios, así como un antiséptico.
En la medicina tradicional, se ha aplicado tópicamente para tratar heridas, quemaduras y afecciones de la piel, gracias a sus propiedades antimicrobianas. Además, en la medicina herbal china, se ha utilizado para equilibrar el calor interno y tratar problemas respiratorios.
Preparación del aceite de orégano
La preparación del aceite de orégano se puede realizar de la siguiente manera, (aunque hoy en día encontrarlo en forma de cápsulas o líquido en tiendas y supermercados es muy fácil):
– Recolección de hojas: Se recomienda usar hojas frescas de orégano.
– Maceración: Tritura las hojas y sumérgelas en un aceite portador, como aceite de oliva.
– Reposo: Deja reposar la mezcla en un lugar oscuro y fresco durante 2 a 4 semanas, agitando ocasionalmente.
– Filtrado y almacenamiento: Filtra el aceite y guárdalo en un frasco de vidrio oscuro.
Dosis y formas de uso
– Uso interno: Se pueden tomar de 1 a 3 gotas diluidas en agua o en un aceite portador, de 1 a 3 veces al día.
– Uso externo: Diluir en un aceite portador antes de aplicar sobre la piel para evitar irritaciones.
Precauciones
Es importante consultar a un profesional de la salud antes de usar aceite de orégano, especialmente si estás embarazada, amamantando o tomando medicamentos. También se debe tener cuidado con las dosis, ya que su potencia puede causar irritación.