El manejo de política económica de este gobierno no garantiza nada positivo en lo laboral. Agravan el desempleo, el subempleo, la precariedad la informalidad y tornan más vulnerables los abusos a los derechos humanos de trabajadores de toda condición.
No se puede esperar más adónde vamos. El gobierno de tumbo en tumbo buscará aprovechar el respaldo sindical de campaña de ciertos sectores que le dieron para ganar como ahora lo espera para sostenerse, ello no va con una coherente estrategia sindicalista.
Ante la crisis la estrategia y los objetivos son de una coherente política de desarrollo, en línea con la productividad, el crecimiento económico y el bienestar social. Y de un sólido e idóneo sistema democrático. Con la que se revierta el deterioro de derechos de las clases trabajadoras y productoras, medias, campesinas de las instituciones y del propio sistema democrático del país.
Que asegure con una eficiente gestión de la riqueza, y de su justa distribución de ingresos, de respuestas a los retos de las nuevas tecnologías, que tiendan a elevar la calidad de vida de los trabajadores cuya carencia lo sabemos se genera más pobreza y desigualdad y corrupción.
Con dicho propósito se debe revertir las consecuencias de la Pandemia, de pérdida de poder adquisitivo de los salarios, de empleo, de fondos previsionales a punto de tenerlos agotados, o de retiros de fondos de las AFP, la CTS, la ONP.
El trabajador no podría renunciar a esos derechos básicos ni el Estado abdicar de su rol tuitivo.
Las centrales sindicales deberán cumplir su rol de interlocutores para ello son con sus propios planteamientos que lo hagan a las políticas del Gobierno, sobre tercerización, o anuncios de incrementos a la compensación de tiempo de servicios, de despido sin tope de años laborados, a los que el empresariado y los medios atribuyen freno a las inversiones y mayor informalidad que no ocurra algo parecido al irrisorio incremento de la Remuneración Mínima Vital. Hacer el deslinde entre el Ministerio de Trabajo que los asume y del Ministerio de Economía, y del resto de ministros.
La reforma del Consejo Nacional de Trabajo, es otro objetivo fundamental.
Y en esa línea incorporar los beneficios de la reactivación económica a los trabajadores, que viene por inercia, y se centra en el Estado con mayor recaudación de tributos y las empresas con aumentar ganancias y utilidades.
La economía nacional y de las empresas permiten reivindicaciones de la propuesta sindical, sin necesidad del letal salario de la demagogia. Sostenerlo no es utópico.
Objetivos sindicales y laborales
Como la auto reforma impulsada por las centrales le permitirá reestructurar sus bases.
Estimular el CRECIMIENTO Y DESARROLLO del movimiento sindical de su potencial de 90% sin sindicatos, Y por ende del incremento de su representatividad.
Durante cuatro décadas la coordinación actual de ellas, no ha resuelto el 9% de la fuerza sindicalizada de la población laboral.
La participación sindical, urge para el diálogo social y la negociación colectiva.
Concretar alianzas con otros sectores como intelectuales, profesionales, institucionales. Abrir el espacio sindical, a la aprobación y ejecución de planes y programas de cualificación laboral, etc. que podríamos considerar relevante.
Para esto la batalla no solo es de los estamentos políticos ni de las tecnocracias.
Cambiemos de estrategia.
El país ha mostrado fortalezas con mayor reactivación a la de otros países de la región.
El Primero de Mayo es un parteaguas como ocurrió con la Jornada de las 8 horas, con unidad de frente único, igual con movilizaciones de diversos contenidos moral, ideológico, político, en más de un siglo, como la fundación de una central unitaria, victoriosas batallas por la libertad sindical de los años 50, 60, 70 .
Rememorar el Primero de Mayo Chicago 1886, sus mártires y los nuestros, del martirologio de la clase trabajadora. Necesita de nuestra brújula, para salvar el movimiento del naufragio.