Otra vez el Perú vuelve a caer en la incertidumbre luego de las declaraciones de la congresista de Avanza País, Patricia Chirinos, quien presentó una moción de vacancia frente al presidente electo, Pedro Castillo. A estas alturas del partido, frente a la que la mayoría de peruanos solo espera medidas inmediatas para problemas urgentes, no solo representa una gran irresponsabilidad confesa de parte del legislativo y las actitudes partidistas del sistema de partidos peruano, sino que desestabiliza al poder gubernamental y a todos los ciudadanos que aún se encuentran recuperándose de los rezagos de la pandemia. Sin embargo, más allá de las pantomimas políticas que se realizan en el hemiciclo del congreso, el costo de estos actos resulta cada vez más alto frente a la premisa que rodea la eventual idea de que se realice un proceso de vacancia, sobre todo frente a estos tres ejes que ejemplifican la premisa.
1.El proceso de vacunación:
Si bien existe un gran porcentaje de vacunados en la región Lima, las provincias de Perú aún parecen estar en deuda con este tema. La semana pasada, en el departamento de Cusco se ocuparon el 70% de las camas UCI y la gran mayoría por jóvenes no vacunados. Es importante que exista estabilidad en el gobierno y un trabajo conjunto del poder ejecutivo y legislativo para que el proceso de vacunación siga su rumbo como corresponde.
2. El retorno a clases presenciales
Hace algunos días el presidente Pedro Castillo declaró en su mensaje a la nación que se estaban preparando estrictamente los protocolos para el retorno de clases presenciales, un tema que en un país como el Perú, con provincias donde muchas veces las poblaciones no tienen acceso a Internet y por lo tanto tampoco a la oportunidad de educación virtual, es una deuda que queda pendiente para el actual equipo presidencial. El Ministerio de Educación debe plantearse como objetivo que las clases vuelvan a ser presenciales en la mayor medida posible, sobre todo por los y las jóvenes que se encuentran expuestos a situaciones de vulnerabilidad y desigualdad social.
3. La agitación social
Apenas hace una semana se cumplía un año de las marchas en contra de Manuel Merino que dejaron decenas de heridos y dos fallecidos. La razón de ese entonces repite casi la misma situación actual: las discusiones entre el Congreso y el Poder Ejecutivo que terminaron con la vacancia del presidente. Hay que tener en cuenta ese episodio cuando se habla de vacancia presidencial porque la inestabilidad afecta directamente a los peruanos, quienes en ese momento decidieron tomar partido y salir a las calles a marchar y denunciar un régimen que consideraron ilegítimo.
Hay más razones para afirmar que una vacancia es innecesaria en el Perú, sino que resulta un acto irresponsable y, lastimosamente popular de aquellos sectores que aún no aceptan los resultados legítimos que posicionaron a Pedro Castillo como presidente. Frente a ellos, resulta vital señalar que los intereses individuales que defienden cuestan y toman el lugar de muchas vidas y demandas de condiciones propias para subsistir en un país que aún tiene un sinnúmero de temas sin resolver. Para formar una nación donde los peruanos que se han visto más afectados durante la pandemia puedan volver a recuperarse es necesario que el poder legislativo y el ejecutivo tengan una misma meta y apunten hacia un mismo objetivo: la tranquilidad y el bienestar del pueblo.