El 15 de enero se reportó el derrame de petróleo en la refinería La Pampilla en las playas costeras peruanas. Si bien es cierto la indignación por los animales muertos, la contaminación del mar y la paralización de trabajos de los pescadores, es un gran problema, ¿cómo afecta este problema en la salud de las personas? ¿Cuál es el plan de las autoridades?
Hasta ahora, solo hemos sido testigos de un nuevo derrame, negado por Repsol, empresa responsable, y el nulo plan de contingencia para tratar una desgracia como esta. La imagen que conocíamos dejó de ser la misma: las olas ya no llevaban a la orilla arena o algún cangrejo que finalmente se escondía. Al contrario, todo se pintó de negro y no solo por el petróleo, sino por los animales que por poco les faltaba hablar y pedir ayuda.
A este oscuro panorama se le sumó que más de 1500 pescadores se quedaron sin trabajo debido a la expansión del crudo en el mar, y que hasta el momento se han confirmado que son 24 playas contaminadas. “Nosotros estamos tan, pero tan afectados por esto, que ni siquiera estamos molestos, estamos tristes”, fueron las palabras de Alejandro Huaroto a un medio local. Y es lógico, pues en un país en el que aproximadamente el 41.7% son pobres multidimensionales, según la Encuesta Nacional de Hogares, el pan se gana cada día y no trabajar significa no comer.
Y esto no es algo nuevo. El informe “La sombra del petróleo” de la OXFAM expone que 474 vertimientos ocurrieron en el Oleoducto NorPeruano y los lotes petroleros entre los años 2000 y 2019. El 65% fueron consecuencia de la corrosión de los ductos y fallas en la infraestructura petrolera. Esto ha colocado a más de 41 pueblos indígenas de la Amazonía en peligro.
Según un informe de Greenpeace “Efectos del petróleo sobre la salud”, indica que los componentes tóxicos pueden ser absorbidos por vía cutánea, respiratoria y digestiva. En esa línea, señalan que las consecuencias pueden ir desde estrés, dolor de cabeza, hasta enfermedades cancerígenas incurables, siendo los más afectados los que limpian. Y en este punto recordamos cómo la empresa envió a 15 personas con un recogedor de basura, escobas y sin el equipo de protección personal adecuado para limpiar petróleo. ¿Habrá un seguimiento de la salud de estas personas? Y esto solo aumenta la indignación.
Es necesario que las medidas exijan más que solo limpiar el desastre. Este es el camino y la justificación perfecta para exigir a nuestras autoridades que coloquen las cartas sobre la mesa a favor de la ciudadanía. Las consecuencias, aunque algunas se viven de forma inmediata, hay otras que no. Regreso a las preguntas del primer párrafo y le sumo. ¿Qué tan alejados estamos del Perú estando en este país para darnos cuenta que las medidas tomadas con nuestros recursos están mal?